Cena de negros
Por Marco Antonio Vázquez Villanueva
Algo muy cercano al ridículo hizo México en las olimpiadas de Paris 2024, ni una sola medalla de oro, tres de plata y apenas dos de bronce, muy poco el logro si se compara con el número de atletas que entraron a la competencia y es peor si se observan los presupuestos que se destinan al área.
Y hay algo más, se debe asentar que la mayoría de los triunfos de los deportistas son logros personales más que de cualquier gobierno, al contrario, es claro que el sistema político, la administración pública, ha sido un obstáculo o por lo menos influye para que el talento en las diferentes disciplinas no se desarrolle, por darle un ejemplo, en la mayoría de las escuelas primarias la materia de educación física no existe, en casos extraordinarios a lo más que llegan es a poner a los niños a dar vueltas a una cancha, cuando hay recursos, a patear un balón o echar unas canastas.
Las deficiencias siguen en las secundarias, los muchachos apenas aprenden parte de reglamentos deportivos y ahí termina, con ello queda claro que todos los deportistas se desarrollan por cuenta propia, quien triunfa lo hace más por gusto, talento y gasto personal o de la familia, que por apoyo o un encausamiento a sus habilidades a tiempo, tarea que por supuesto le debería corresponder a los gobiernos.
Ándele, para allá iba, a que los sistemas educativo, de salud y el responsable del desarrollo humano no están cumpliendo con su función en forma adecuada, no se preocupan por orientar a los niños, no se interesan en lo mínimo en conocer las habilidades de cada uno de ellos y encausarlas de tal forma que cuando terminen su periodo de instrucción se conviertan en personas felices, capaces de desempeñar como los mejores un oficio, deporte o profesión que les permita vivir dignamente y además les garantice una alta calidad de vida a ellos y sus familias.
Vaya pues, es hora de que el sistema educativo, apoyado por otras áreas, pueda detectar a tiempo las cualidades de cada niño o niña de tal forma que estudie la carrera que le permita ser feliz o aprenda el oficio o deporte que le ha de tener contento y con dinero, es obvio que si se puede, las teorías psicologías así lo sentencian, decenas de ejemplos tenemos en otros países que van muy avanzados al respecto mientras que en México lo que abunda son los profesionistas frustrados, sin empleo en el perfil que obtuvieron, sin oportunidades, y eso, reconociendo aciertos y desaciertos de los gobiernos, que en los últimos años hemos ido cambiando para bien.
Quizá sea mucho presupuesto que se requiere para detectar el talento de cada uno de los niños, pero se debe observar el objetivo, la felicidad, el lograr que todos los mexicanos estén contentos y a veces parece que ese es el meollo del asunto, el grave problema, los gobiernos intuyen que la capacidad y la alegría no reditúan votos sino libertades y protestas ante lo mal hecho, lo que no le conviene, pero, créalo, nuestros niños ya merecen tener mejores expectativas.
Concretando, no existe duda que la educación, la escuela, es el único microbús al progreso, a la igualdad, lo que nos puede llevar a eliminar nuestros problemas de violencia y muerte, con un sistema educativo adecuado quizá dejemos de ser la raza de bronce o a veces de plata, por lo menos en Las Olimpiadas y empezaríamos a producir campeones, así que, son tiempos de discutir el regreso a clases, proponer que los encargados del área comiencen a diseñar un proyecto educativo diferente, que realmente funcione y que sea el camino a la felicidad de todos los mexicanos, porque ha sido ese el obstáculo, los gobiernos modernos, los que ya han sido hijo de la democracia, hasta hoy ni por error se les ocurrió, ni se les ocurrirá, ni siquiera observando tanta desigualdad y tan pocas oportunidad para algunos, establecer un programa escolar cuya finalidad sea la felicidad del individuo, y no, no esperemos que todos terminen siendo doctores o científicos, pero si que la mayoría en su edad adulta desempeñen el trabajo, deporte, o profesión que sea el idóneo a sus cualidades, los haga felices y por consecuencia pueda alejarlos de la violencia, de los delincuentes, es decir, que el trabajo de las autoridades ayude a crear sociedades amables, afables, les dicen hoy.
Son tiempos de análisis, descubrir por qué siendo un país con más de 130 millones de habitantes ni siquiera obtuvimos una medalla de oro como lo hicieron algunas islas con apenas unos miles, ni para que compararse con Australia, ahí si es para morir de pena pues ellos con apenas 26 millones de habitantes, la quinta parte de los que tiene México, obtuvo 18 medallas de oro más las de plata y bronce, y se lo menciono nomás para que vea en las condiciones en las que andamos, la urgencia de cambiar muchas cosas, de que la doctora Claudia Sheinbaum, nuestra futura presidenta, pueda ofrecer soluciones al respecto o por lo menos comience a sentar las bases para ello porque también tenemos claro una cosa, este sería un proyecto a muy largo plazo por lo que ya no es sano seguir como vamos, nomás lo ciegos no lo ven, nomás los testarudos no reconocen que las olimpiadas nos exhiben.
Coloque en el buscador de facebook @CENADeNegros1 y le agradeceré que me regale un Me Gusta, además nos puede seguir en la cuenta de X @gatovaliente y, como siempre, le dejo el correo electrónico a sus órdenes para lo que guste y mande… [email protected]