Cena de negros
Por Marco Antonio Vázquez Villanueva
¿Será verdad que Américo Villarreal Anaya como gobernador “quiere” más a Ciudad Victoria que al resto del Estado?, no lo sabemos, de lo único que tenemos constancia es que poco a poco se va recuperando este municipio de todo el saqueo y destrozos que le provocó el prófugo exgobernador Francisco N.
Pero bueno, el panista dejó todo el Estado destrozado, todas las Comapa´s saqueadas, con información de este miércoles 7 de agosto se sabe que hoy buscan mil millones del organismo de la zona sur, pero también se transaron las despensas, las becas no aparecieron en todo el sexenio, hasta el recurso destinado a mejorar nuestra seguridad pública, entonces, es una realidad que se ve mejora por muchos lados y menos tensión.
Dentro de todo, también es una realidad que hace mucho no se veía una respuesta rápida a problemas de temporada, por decirle algo, los daños que eran causados por las lluvias se acumularon por sexenios, por años, hasta dejarnos verdaderos potreros como calles, ahora, por lo menos en las vías principales, le entran a lo urgente al día siguiente, por darle datos, el gobierno capitalino de Eduardo Gattás anunció ayer que en coordinación con la Secretaria de Obras Públicas del Estado se utilizarán 15 millones de pesos para bacheo y otros daños, vías principales y rutas de transporte el objetivo, también calles deterioradas por fugas de agua.
Quizá sea solo deseo, quizá sea una realidad y Américo quiere más a Victoria o se lleva mejor con sus autoridades que con las de otros municipios, nos referimos al trato que recibimos porque el caso, le insisto, es que hacía por lo menos 12 años que no sentíamos en esta capital un cariñito al grado que la cruda realidad nos exhibe como una de las capitales con más deficiencias en todo México y ojalá todo cambie porque, también créalo, ya nos los merecemos.
Ahora, tampoco crea que es algo nuevo, los gobernadores tienen su corazoncito y el que hoy tenemos en Tamaulipas es de Victoria, quiere a Victoria y lo más probable es que se quede a vivir en Victoria como lo hizo su padre que caminaba las calles como cualquier ciudadano y la gente se lo reconocía.
En ese sentido regionalista todos han tenido sus gustos culposos, Manuel Cavazos Lerma era de Matamoros y cuando llegó a gobernar Tamaulipas se trajo a todos sus amigos a la capital del Estado, casi todo su gabinete era oriundo de su pueblo y si no tenían una relación muy grande con aquella región, por supuesto, aquel municipio recibía los mejores apoyos, más inversiones, hasta se aferró cinco años de su administración en construir un “canal intracostero” que resultó una mariguanada, no era más que un sueño guajiro, el chaparrito deseaba prácticamente una especie de carretera marítima que terminaba ahí donde dejó su ombligo lo que le convertiría, según él, en la frontera de mayor movimiento comercial de todo el mundo, de ese tamaño era su enfermizo amor a su patria chica, hasta heredó la gubernatura a otro de su pueblo, a Tomás Yarrington.
Por supuesto, Tomás también gobernó con muchos matamorenses y para matamorenses, aunque su sueño era más grande, quería ser presidente de México y trajo a verdaderos magos de las finanzas con una visión más amplia, pero esencialmente el presupuesto era para su terruño.
Llegó a la gubernatura un victorense, Eugenio Hernández, con él Ciudad Victoria recuperó su calidad de capital del Estado, sus principales hombres y mujeres eran oriundos de esta región o con muchos años aquí, la inversión regresó, obras también.
Egidio Torre también es de Ciudad Victoria, igual invirtió en la capital más que en el resto del Estado, pero llegó con un rencor muy grande al cargo, nos quería cobrar el asesinato de su hermano a todos y terminó conformándose con el presupuesto, ni siquiera tuvo la valentía de aclarar el caso, con el terminó la era priísta y arribó uno los cómplices a ocupar su cargo, el reynosense Francisco García Cabeza de Vaca.
El sexenio anterior, que fue panista, otra vez fue una época de terror presupuestal para la capital, se vio invadida por altos funcionarios fronterizos, todos con más ambiciones que proyectos, aunque estos eran gringos, por tanto, para allá se llevaron todo, ni siquiera Reynosa que se presumía era su pueblo de origen se benefició con ellos en el cargo.
Con 30 años de historia y luego del anuncio de una inversión superior a los 15 millones de pesos que servirá para cubrir baches, es posible que Américo si quiera más a Ciudad Victoria, es una realidad que se lleva muy bien con el alcalde Eduardo Gattás y también que igual tiene su corazón entregado a la capital, por lo menos hacía 12 años que esta ciudad no recibía mucho, los últimos seis años, no recibió nada, hasta las obras que hicieron fueron para saquear, muy malas en su calidad.
Ahora, también hay que dejar de ver las cosas con el corazón, este gobernador, Américo Villarreal Anaya, no es igual al que se fue, de entrada, no se conoce que castigue a un municipio, a todo le busca espacio, por decirle algo, la principal obra de infraestructura hidráulica pretende resolver los problemas de toda la frontera en el tema, y este jueves se anunció una reunión con productores de sorgo, se comprometió a invertir en el tema agrícola, a liderar sus peticiones para atraer más presupuestos y proyectos, a hacer lo posible para que Tamaulipas siga siendo número uno en la producción de este grano y se le pueda dar una plus a las cosechas.
Y no crea que es poca cosa, las propuestas del gobernador para agregar valor a la producción de sorgo tienen que ver con la exportación a Asia, la integración de cooperativas y la instalación de plantas de productos balanceados, son un ejemplo de cómo el gobierno está buscando transformar los desafíos actuales en oportunidades de crecimiento y expansión para los productores tamaulipecos.
“Seré un defensor inquebrantable de los intereses de los productores de sorgo. Gestor en la federación y donde sea necesario”, les dijo a los productores.
Entonces las pruebas son de que los gobernadores tienen su corazoncito en los terruños que les vieron nacer, la diferencia ahora es que no se odia a nadie, más aún, que se alienta y se apoya lo que es viable y de beneficio común…