por Daniel Santos
Dice el portal noesasuntovuestro.com que «el problema Tiffany» es un término acuñado por la escritora Jo Walton para describir la tensión entre los hechos históricos y la percepción popular de la historia.
Por ejemplo, la creencia de que algo es más moderno de lo que realmente es. Si en una historia centrada en la Edad Media, una de las protagonistas se llamara Tiffany, lo más probable sería que a la mayoría de la audiencia le saltasen las alarmas pensado que ese es un nombre moderno popularizado por la película “Desayuno con diamantes”.
En realidad, Tiffany se registró en el año 1200 como nombre de pila, tradicionalmente dado a las niñas nacidas el 6 de enero, en la fiesta de la Epifanía. Pero en nuestra percepción moderna del mundo medieval, Tiffany no encaja…”
La tensión política que vive el país ha dado cuenta de este problema, y para ilustrarlo mejor, permíteme darte un ejemplo: con la reciente entrega-detención o lo que haya sido del Mayo en días pasados, hemos visto una infinidad de notas, columnas, artículos e investigaciones especiales que tratan de contar una historia que mejor le acomode a los intereses de quien las ordena o de quien las paga. Ojo! no es normalizar, ni aceptar nada, mucho menos defender al gobierno o a algún político, y esto lo digo porque podemos ver como muchos escriben y opinan espantados acerca de este suceso que tiene a su protagonista como eje central de esta idea, y es que todas esas personas hablan como si este fuera un personaje nuevo, no pueden concebir la idea de que el señor tiene por lo menos 30 años de operar en el país, ósea que durante el tiempo que gobernaron, o que ejercieron la profesión que ejerzan, ese señor ahí estaba haciendo lo que hace.
Pasó por los sexenios de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, actuó con sagacidad, ejerció su liderazgo y se mantuvo al frente de las operaciones de su negocio, y justamente hoy que es detenido es cuando lo traen a escena, es como si antes no hubiera existido y hoy es el responsable de todo, lo quieren ver como el que apoyó al hoy presidente, pero no lo ven que fue con el visto bueno, con la corrupción o con el contubernio de los pasados presidentes que este creció exponencialmente. Se olvidaron todos esos años de escribir de él, inclusive cuando Don Julio Scherer García lo entrevistó para su medio, no faltó el que quiso investigar al periodista. Recuerdo que uno que otro atrevido declaró que tendría que rendir cuentas por ese famoso reportaje… ¿y al personaje no?. Todo esto suena más a que este individuo “nuevo” tiene a muchos, miles sin poder dormir, y lo que están haciendo es apurarse a colgarle todos los pecados al actual presidente y a su partido, con tal de que los focos no los alumbren a ellos.
Evidentemente la gran mayoría de los problemas que hoy tiene México no son de nueva creación. Nacieron, crecieron y se desarrollaron al amparo de las autoridades y a la indiferencia de los persignados opinologos que hoy en día se erigen como faros de rectitud. Los problemas del país no son del 2018 a la fecha, son desde por lo menos del año 1200. Si, como le caso del nombre Tiffany.
Reenviado
“Ejemplos del problema de Tiffany: medievales bañándose (lo hacían, más que los ingleses actuales), negros o asiáticos en la Europa antigua (que los había), gente usando gafas en el 1200 (que fue cuando se inventaron).
Pero, claro, pones eso en una historia y te linchan. Aunque los autores investiguen cuidadosamente y quieran incluir información históricamente precisa, es probable que el público popular no lo compre. En la misma línea, tienes que jugar con la rigurosidad de lo que es cierto y de lo que la gente cree que es cierto…”
– Newletter: El problema de Tiffany
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