Por Alejandro de Anda
LO MUY OSCURO. Defender el estado de derecho en México, fue el eje
central del discurso que, vía remota compartió Donald Trump a los asistentes a
la Conferencia Política de Acción Conservadora CPAC, celebrada en la Ciudad
de México en días recientes.
La cita a tal reunión –con la visión de la defensa de los derechos de la vida, la
libertad y la ideología espiritual- aglutina a los personajes más importantes del
conservadurismo extremo y en México es representado por el actor oriundo de
El Mante, Tamaulipas, Eduardo Verástegui.
El diputado Eduardo Bolsonaro (hijo de Jair, ex presidente de Brasil); Sara
Carter (presentadora de Fox News), Henry Kronffle (presidente de la Asamblea
Nacional de Ecuador); José Antonio Kast (excandidato a la presidencia de
Chile) serían algunas de las personalidades que acudieron a la manifestación
republicana en suelo azteca.
Empresarios rusos, gobernadores estadunidenses también tomaron parte de la
estrategia mediática de apoyo a Trump desde la plataforma latinoamericana.
Bajo la premisa en palabras del candidato republicano de buscar seguir
“luchando para proteger nuestra cultura, soberanía y los valores de la libertad,
familia y la fe de Dios todo poderoso” la CPAC hizo gala del proselitismo en
favor de la propuesta de Trump (principal impulsor de la CPAC) en vísperas de
la contienda por la primera silla del poder de los Estados Unidos.
Nada de malo; es correcto.
Sólo que…
La Conferencia, que se realiza de manera anual ¿por qué escoger el llamado
‘Venezuela del norte’ por el conservadurismo nacional para llevar a cabo tal
encuentro? ¿por qué no Canadá, aliado económico y bastión de los últimos
resquicios monárquicos en nuestro continente?
A razón de sabernos ‘el patio trasero de EE.UU’ y de ver el gran desprecio que
desde siempre –y aun en funciones de presidente- Trump habría demostrado
por la política con nuestro país (recordar el muro); es complicado en términos
de entendimiento el que los principales líderes conservadores se dieran su
propia certidumbre de acudir a un país al que consideran enemigo ideológico y
con los mayores índices de inseguridad como para poner en riesgo lo que vale
en peso político y monetario cada asistente a la CPAC 2024.
Y para el ‘cerrojazo’ al intervencionismo, el representante norteamericano en
México, el embajador Ken Salazar envía un desafortunado mensaje que
promueve todo el peso de la política americana bajo la recomendación de ‘no
seguir adelante con la reforma al poder judicial de México’.
Con la óptica de mandar señales de incertidumbre a la inversión
norteamericana en nuestro país, el embajador hizo señalamientos que son una
clara intromisión a los asuntos de un país soberano, independientemente de la
certidumbre de sus palabras. Esto es un asunto independiente, pero que
abona.
¿Defender el estado de derecho en México? ¿Dios, patria y defensa de la
democracia? ¿Quién es Trump para promover lo que a juicio de los mexicanos
nos es de autodeterminación ganada por muchas batallas, sangre y vidas de
quienes nos antecedieron? Ni mucho menos Ken…
COLOFÓN: Si desde el patio trasero se determina la política norteamericana y
lo que dictará el próximo mandatario respecto de la conducta de la política
mexicana, la CPAC deberá buscar asiento entonces en la siguiente legislatura
nacional, por orden de Trump ¡Qué peligroso!
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@deandaalejandro