Por Francisco Ramos Aguirre
La presencia de Bárbara Margarita Richardi Romagnoli en Ciudad Victoria,
Tamaulipas podría considerarse un capítulo pendiente de la novela Arráncame la vida, de
la escritora Ángeles Mastreta. Todo sucedió a mediados de los años cuarenta del siglo
pasado, cuando la esposa y viuda del general Maximino Ávila Camacho, mantuvo
discretamente en esta población un encuentro amoroso con Jorge Vélez, actor poblano y
productor cinematográfico.
Es probable que esta relación sentimental de tintes dramáticos, surgiera poco antes
de la muerte del controvertido general revolucionario y político el 17 de febrero de 1945.
Ese día su consorte se encontraba presenciando una película en el Cine Chapultepec,
cuando le avisaron del sorpresivo fallecimiento de su marido en la ciudad de Puebla,
presuntamente por envenamiento.
Para sorpresa de sus ex esposas y varios hijos, por decisión de Maximino su
consorte Bárbara Margarita se convirtió en la única heredera de todos sus bienes que
sumaban cientos de millones de pesos entre ellos, la Plaza de Toros México, obras de arte,
edificio Sanborns, ranchos, hoteles, balnearios, cuantas bancarias, cuadras de caballos y
dinero en efectivo. Además sin la presión del mencionado personaje, Margarita decidió
contraer matrimonio con el mencionado artista.
Como era de esperarse, esta situación enfureció a varios de los hijos de Maximino
quien organizó dos atentados a balazos contra la pareja. El principal motivo, se relacionaba
con el reparto testamentario del hermano incómodo del presidente Manuel. El primer
atentado, estuvo a cargo de su yerno Hugo Olvera Villafaña y sucedió a finales de 1945
donde resultó herido el actor Vélez y falleció su sobrina Teresita Bonfigli de Richardi. Otra
de las agresiones fue en 1947 y tuvo lugar cerca del aeropuerto de la capital mexicana,
mientras se disponían viajar a Roma, vía Nueva York para contraer matrimonio religioso.
Esta ocasión ambos resultaron heridos, aunque el asalto pudo costarles la vida.
En medio de todo esto, para proteger su integridad física el célebre matrimonio
abandonó la capital del país para continuar su idilio amoroso lo más lejano posible del
escenario de los sangrientos sucesos. Alrededor de 1946, llegaron a Ciudad Victoria,
probablemente recomendados por Francisco Arce El Charro Negro un personaje cercano
muy a Maximino, administrador de sus haciendas, guardaespaldas y pistolero a sueldo. En
marzo de 1938, estuvo implicado en la muerte del senador nuevoleonés Federico Idar
durante un pleito a balazos en la cantina La Ópera de la capital del país.
Por circunstancias políticas, Arce era amigo del ex presidente Emilio Portes Gil.
Bajo estas circunstancias, se corrió la versión que el ingeniero Marte R. Gómez entonces
gobernador de Tamaulipas le brindó protección en un rancho cercano a la capital
tamaulipeca. El asunto llegó a la Cámara de Diputados, saliendo en su defensa el profesor
Juan Rincón miembro de la camarilla portesgilsta. Lo cierto es que el gobernador
Maximino Ávila Camacho, fue quien lo escondió en su hacienda cercana a Teziutlán,
Puebla.
Para entonces su hermano Rafael de origen español y temperamento opuesto al
Charro Negro, radicaba en la capital tamaulipeca. Gracias a las alianzas políticas entre
ávilacamachistas y portesgilistas, ocupó importantes cargos durante los gobiernos de Marte
R. Gómez, Magdaleno Aguilar y Hugo Pedro González quien lo nombró Tesorero de la
Junta Local de Caminos. Incluso la prensa lo mencionaba como pre candidato para suceder
al gobernador Magdaleno Aguilar Castillo.
Para quienes tenían acceso a las altas esferas del poder político y social de aquella,
la presencia de Margarita y Jorge no pasó desapercibida en Ciudad Victoria. Al principio,
probablemente a mediados de los cuarenta se hospedaron un par de meses en el Hotel
Sierra Gorda. Mantenían una presencia de bajo perfil y compartían amistad con un grupo
reducido de victorenses. Después, se trasladaron a una finca campestre ubicada cerca de
Subida Alta que probablemente les vendió Magdaleno Aguilar. Ahí construyeron una casa
y establecieron su nido de amor. Según el ingeniero José Salazar Canales, el matrimonio
recibía visitas de amigos muy cercanos procedentes de la capital del país. Por ejemplo, se
hablaba del rejoneador Juan Cañedo, Howard S. Phillips esposo de Dolores Olmedo y los
toreros Conchita Cintrón y Sidronio Rodríguez.
Su discreta estancia en Ciudad Victoria, pudo ser el punto de partida para retomar su
antiguo proyecto de emigrar vía Nuevo Laredo hacia Nueva York y posteriormente a
Canadá. De esta metrópoli, volarían a Roma para legalizar su matrimonio ante la iglesia
católica, pues se habían casado por las leyes civiles en el Hospital Inglés, donde Vélez
convalecía. Respecto a la incursión de Vélez en el cine, al menos se mantuvo en esta
actividad hasta 1946. En resumen produjo y actuó en 16 películas. A partir de aquel año,
prácticamente se había retirado de las cámaras.
Probablemente, las heridas que recibió durante el segundo atentado motivaron que
se alejara de los escenarios, aunque otro de los motivos pudo ser la seguridad económica
que le brindó su esposa y viuda millonaria. A finales de enero de 1948, los esposos Jorge
Vélez y Margarita Richard radicaban en la ciudad de Brownsville, Texas, a donde llegaron
en 1946. Ese mismo mes Margarita abordó un avión en esa población fronteriza,
presuntamente con rumbo a la capital del país.
La pareja estaba construyendo una gran mansión en Punta Isabel, a orillas de la
Laguna Madre. “En el puerto de Brownsville se aglomeraron numerosas personas, a efecto
de ver de cerca a la discutida viuda de Don Maximino cuando bordó la nave aérea. La
presencia de los esposos Vélez Richardi en esta población, causó muchos variados
comentarios. En enero de 1957 se registra la llegada de Margarita a la mencionada ciudad,
a bordo de un avión de la compañía American World Airways.
Durante muchos años, la vida de esta célebre pareja fue tema de numerosos
comentarios periodísticos que aparecieron en las páginas de los principales diarios del país.
Finalmente Jorge Vélez murió en 1970 y Margarita le sobrevivió hasta 2009, sin procrear
familia con el artista. En de edad centenaria, en la primera década del siglo XXI falleció en
la miseria en una casa de huéspedes de la capital del país que compartía con su hija Gloria.
Así terminaron los años de gloria de esta mujer origen italiano que se convirtió en
heredera de un gran capital económico. En 1947 durante la post guerra, donó a los
habitantes pobres de países europeos “…un vagón de polvo en leche, huevos y carne.” Lo
mismo en sus años de vocación caritativa, inauguró en Tacubaya el Centro de Asistencia
Infantil Policlínica Bárbara Margarita Richardi de Ávila Camacho.” (Periódico El
Noticiero/Ciudad Victoria, Tam. 24 de enero de 1948).