Cena de negros
Por Marco Antonio Vázquez Villanueva
Brincando en una pata los agoreros del desastre, o lo que es igual, los emisarios del pasado, difundían desde el jueves de la semana pasada en sus redes sociales el cierre temporal de los Oxxo en la Ciudad de Nuevo Laredo, lo hicieron como si realmente estuvieran sorprendidos, se decían inseguros, hasta parecía que fuera la primera acción de violencia que veían en su vida, la realidad y desgraciadamente es que el tema nos es nada nuevo, se ha visto repetidas veces en los últimos 14 años aunque los primeros 12 ellos estuvieron ciegos y sordos, mudos incluso o por lo menos odiaban hablar del tema.
La violencia es un asunto de todos los días en Tamaulipas, el mismo gobernador Américo Villarreal Anaya lo dijo con todas sus letras el pasado lunes en el marco de la ceremonia de Honores a la Bandera celebrada en Reynosa y adelantó que no habrá más silencios que provocan sospechas y no más complicidades o saqueos como los que se descubrieron a las administraciones pasadas y se van subsanando.
«Antes no se veía la presencia de estas instalaciones en brindar información o datos de los hechos lamentablemente delincuenciales que se presentan en nuestra entidad y ahora en las Mesas de Seguridad vemos siempre la presencia atinada de la observación, de la videovigilancia, de la respuesta de la llamada al 911 y la presencia pronta y oportuna de nuestras fuerzas de seguridad para atender las demandas que nuestra población exige en este campo de responsabilidad”.
«Dejaron de ser botín de empresas que buscaban enriquecerse sin dar realmente los resultados que esperábamos y ahora tenemos una nueva dinámica hacia el C5 que está realmente del lado de la ciudadanía».
Con todo y haber recibido un sistema de seguridad desmantelado, los números, dijo el gobernador, han mejorado.
«En un estudio que hemos realizado de los 21 meses que llevamos en esta administración, comparados con los 21 de la anterior, tenemos resultados positivos muy significativos y ha sido constante», afirmó. Es cierto, lo de Nuevo Laredo, el cierre de las tiendas Oxxo, otra vez nos pone en la nota nacional como los malditos de la película, pero en realidad no es tan malo lo que ocurre, al contrario, también atrae los reflectores del gobierno federal, habrá más presupuestos para combatir la delincuencia, obliga a reforzar estrategias y presencia al grado de destinar más elementos a aquella plaza, también obliga a actuar en consecuencia para prevenir.
Mire, en 21 meses de esta administración se han visto varios escándalos en materia de inseguridad como el del fin de semana, el secuestro de los gringos, algunas amenazas en el marco del proceso electoral y otros de menor difusión, pero que la gente los ve sin problema alguno, con todo y ello, este gobierno tiene una ventaja, la gente realmente confía en que se ha actuado en consecuencia y con honestidad.
La prueba de lo que mencionó es que el INEGI en su Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) hace ver un avance significativo en la percepción de seguridad en diversas ciudades de Tamaulipas como Reynosa, Nuevo Laredo, Ciudad Victoria y Tampico que mostraron una disminución en la percepción de inseguridad y si hay algo que presumir quizá sea el sur, también es un hecho que Tampico está dentro de las cinco ciudades de México donde la gente se siente más segura, más tranquila.
Si nos regresamos a la ceremonia de Honores del pasado lunes otra vez se observará la razón de esos resultados, estaban todos los encargados de prevenir la violencia, de combatir a los delincuentes, estuvieron Héctor Joel Villegas González, secretario general de Gobierno; Sergio Chávez García, secretario de Seguridad Pública; Irving Barrios Mojica, fiscal general de Justicia; el general Juan José Gómez Ruiz, comandante de la 8a. Zona Militar; y de la Guardia Nacional, el inspector Carlos Pantaleón Rocha.
Es claro que los primeros 21 meses de esta administración no han sido sencillos, iniciaron cuesta arriba porque no había patrullas (todavía las puede ver usted todas tiradas en diferentes talleres o deshuesaderos de esta ciudad capital), tampoco estaban en manos del gobierno las instalaciones de videovigilancia, es más, se mencionó que había seis helicópteros todos fuera de circulación pero que ya se repararon y se suman a uno más que donó la FGR ese mismo día.
Conclusión, la violencia que se vive en Nuevo Laredo, los eventos que vemos todos los días en diferentes municipios del Estado no son nada nuevo, el pueblo lo sabe, pero también confía que ahora si se está trabajando, observa los resultados buenos y los califica con confianza al gobierno, se percibe más seguro y, desde luego, igual ve lo actos en la calle, con mucha atención observa las publicaciones del enemigo porque sabe que la maldad existe y que los del pasado no van a parar porque lo que desean es otra vez los presupuestos, otra vez el poder que les dio la impunidad de saquearnos a manos llenas…