Escribiremos de ella las veces que sea necesario, a las autoridades ya se les
olvidó, a nosotras jamás.
“Cuando yo salí de aquí, dejé mi guagua en la cuna, creí que la mamita
luna, me iba a cuidar a mí, pero como no fue así, me lo dice en una carta,
pa´ que el alma se me parta, por no tenerla conmigo; El mundo será
testigo, que he de pagar esta falta”. Verso por la niña muerta. Violeta
Parra.
La Columna Rota/ Verónica Villalvazo (FridaGuerrera)
Karina nació el 4 de mayo de 2003, en Candelaria, una localidad encañada en
el municipio de Santiago Zacatepec, Mixe. Elsa y su esposo padres de Karina
se dedicaban a la agricultura en su comunidad para autoconsumo, sin
embargo, un familiar le hizo saber al padre de Karina que era mejor estar en la
Ciudad de Oaxaca, ya que había más oportunidad para mejorar; fue entonces
que decidieron tomar a sus tres hijos y emigrar.
Elsa, de 35 años, llegó a la capital en 2011, en ese entonces Karina tenía 8
años, Elsa relata que al principio vivían en una casa prestada por una señora
que la ayudó, y entonces empezó a lavar ropa ajena, su esposo falleció poco
después, “él tomaba mucho y además estaba enfermo y se murió”
Elsa se vio en la necesidad de trabajar doble para poder mantener a sus hijos,
el dinero no alcanzaba, en la misma casa que les prestaron había un
restaurante, la señora Carmen, dueña del lugar, le pidió a Elsa, que, Karina
trabajara con ella para ayudarle. La niña de 13 años comenzó a trabajar,
lavando trastes, barriendo, sirviendo mesas, “la patrona” dejaba que la niña
durmiera ahí mismo, Elsa dejó el lugar porque volvió a casarse, tiempo
después Karina regresó a vivir con su mamá, aunque seguía trabajando con la
señora Carmen.
El 05 de abril de 2016, Karina desapareció del restaurante, nadie sabía, ni vio
nada, ni “la patrona”, Elsa fue a buscarla, preguntó por ella y solamente le
decían que pusiera una denuncia por desaparición, pero nadie le indicaba
donde, la madre ni siquiera sabe leer, mucho menos tomar el camión que la
llevará al lugar indicado para interponer su denuncia.
Pasaron los días y la angustia de Elsa crecía, pero, a la vez, pensaba que
regresaría.
El 6 de abril de ese mismo año, al siguiente día de su desaparición, en medios
locales en Puebla, daban cuenta del hallazgo de una mujer asesinada sobre el
kilómetro 66+500 de la autopista México, Puebla, a la altura del paraje “El
Pipirín”, en Santa Rita Tlahuapan.
Muchos de los medios manejaron que la edad de la mujer oscilaba entre 25 a
28 años, “que tal vez era una prostituta” porque esa zona era conocida por eso,
información que les fue otorgada por las insensibles autoridades. El cuerpo de
la mujer fue inhumado el 09 de abril, y depositado en una fosa común, en
calidad de no identificada, la desconocida 6 para las autoridades poblanas, el
feminicidio 25 en Puebla, el feminicidio 302 de 2016, de nuestra
documentación diaria. Blusa negra sin mangas y con encaje rojo en el cuello,
brasier morado, pantalón de mezclilla color gris, calzón azul rey y sandalias
rosas, estrangulada, violada y dejada en una cobija azul, no había más registro
de esta mujer.
Fue el 28 de abril, que una vecina de Elsa a la que no le pasó desapercibida la
ausencia de la niña acompañó y guio a Elsa para poner la denuncia por la
desaparición de la inocente (quien se mantiene cercana a Elsa, hasta el día de
hoy), Elsa todavía pensaba que Karina se había ido tal vez a trabajar, y que en
algún momento volvería. A finales de junio de ese mismo año el colaborador
cotejaba los volantes de búsqueda de mujeres desaparecidas y las no
identificadas de feminicidios, nos percatamos de que Karina Reyes Crescencio
en su volante de búsqueda señalaba la misma ropa que la mujer localizada en
Puebla.
Me comuniqué de inmediato con las autoridades oaxaqueñas para hacerles
saber que Karina era la mujer localizada en Puebla, a quienes señalaron como
prostituta las mismas autoridades y con una edad de 28 años. En esos mismos
días buscaron a Elsa para notificarle que había una persona que tal vez era su
hija, emocionada, como ya lo relatamos en la segunda columna que hemos
escrito sobre el caso de Karina y la indiferencia de autoridades y sociedad.
Elsa estaba embarazada, acudió a la fiscalía únicamente para que le
mostraran las fotos del hallazgo del cuerpo, la joven madre la vio, ahí como la
dejaron, “violada, estrangulada, tirada como un perro”. Olvidada y revictimizada
por las autoridades poblanas.
Elsa, aún embarazada, la llevaron al lugar donde desecharon a su pequeña,
cuando en aquel momento platique con ella, en compañía de un traductor, nos
comentó. “Para qué me llevaron donde me tiraron a mi hija, yo lo único que
quiero es que la regresen para llevarla a mi pueblo”.
Eso hicimos, casi ocho meses después, el nueve de noviembre de 2016,
Karina regresó a esa comunidad de la que nunca debió salir, ese lugar lleno de
nubes, de árboles, de agua. De gente buena, Karina pensó que su asesino era
bueno, un miserable e impune sujeto que hasta el día de hoy sigue libre.
Han pasado 8 años del feminicidio de Karina, durante 2 años las insensibles e
indiferentes autoridades de ambas entidades, buscaban definir a quién le
correspondía llevar la “investigación” de un delito que no puede ser
determinado, porque por oficio se debe agotar todo para que la justicia llegue.
La carpeta de averiguación previa (se manejó con el viejo sistema judicial) de
Karina, desde el año pasado, fue remitida por la Fiscalía Especializada para la
Atención a Delitos Contra la Mujer por Razón de Género, encabezada por la
Licda. Margarita Guzmán Corsi, junto con la Licda. Luz Gabriela Herrera
Pacheco, encargada de la Fiscalía para la Atención e Investigación de
Feminicidios, enviaron la carpeta de investigación a la coordinación de rezago
de Valles Centrales, a cargo del Lic. Juan Carlos Santiago Escamilla. Intenté
comunicarme a dicha coordinación sin lograr entablar algún contacto, para
saber qué implica que la investigación se encuentre en esa área perteneciente
a la Viscefiscalía de Oaxaca. Todo parece indicar que lo que pretenden es
dejarla ahí, sin justicia, olvidada, como pretendieron hacerlo cuando fue
localizada, asesinada, apostando al olvido (ojalá me equivoque).
Nuevamente, preguntamos, como lo hemos cuestionado todos estos años.
¿Por qué?, ¿Por ser indígena?, ¿Porque saben que su madre ocupada en el
sobrevivir a diario con el resto de sus hijos no sabe cómo exigir justicia?, ¿Por
ser una más? ¿Porque pensaron que al arrojarla a una fosa común nadie la
buscaría?
Al fiscal general del Estado de Oaxaca, Lic. José Bernardo Rodríguez Alamilla
no le interesa hacerle justicia a las oaxaqueñas, han pasado tres fiscales en
estos ocho años. A ninguno de ellos les ha importado darle justicia a esta
pequeña, que no buscó ser violada y asesinada. Tienen información de quién
es el asesino, en su momento lo denunciamos. Mariano, el asesino de Karina,
sigue libre, y, quién sabe si ya asesinó a otra u otras, y tal vez un día que
vuelva a cometer algunos de sus crímenes, descubran que es el mismo,
lamenten no haber llevado a la justicia a este miserable y mezquino ser.
Para ellos, Karina es un archivo más que se quedó rezagado en la indiferencia
institucional, para los medios que en su momento dieron cobertura, primero del
hallazgo del cuerpo, algunos retomaron la información de la primera columna
que redactamos del caso de nuestra niña mixe, el 13 de julio de 2016, otros
más retomaron lo redactado el 8 de noviembre de 2016. Cuando Karina fue
devuelta a su mamá. Pero más nadie ha vuelto a preguntar, sí, ya se le hizo
justicia, a nuestra niña mixe.
El restaurante de donde se la llevó Mariano ya no existe, Elsa sigue
sobreviviendo en Oaxaca junto con sus hijos, esperando tal vez, que un día le
hagan saber que la justicia llegó para su pequeña.
Platicando con Irene, la amiga, apoyo y vecina de Elsa, que desde el primer
momento ha estado con ella, nos comenta que hace algunos meses les “dieron
avances”, que les vislumbraron, que pronto darían con el responsable del
crimen de Karina, hasta ahora seguimos esperando.
Y no dejaremos de exigir que la justicia llegue para Karina, porque tal vez nos
importa a 4 personas, pero nos importa y no daremos marcha atrás en esta
exigencia de justicia, verdad y reparación para Karina y su mamá.
P.D. A diferencia de las historias que contamos en este espacio; estas
columnas donde hablamos de estos niños y niñas son investigaciones y
seguimientos que desde FridaGuerrera llevamos a cabo, la intención siempre
es buscar justicia, no publicamos sus rostros para que sean usados para
revictimizarles, lo hacemos con todo el amor y respeto con el que siempre
hemos elaborado nuestras redacciones.
@FridaGuerrera
@vocesDLAusencia