Por Fortino Cisneros Calzada
Con precisión matemática y habilidad quirúrgica fue planeada la elección del domingo 2 de junio; los resultados están a la vista: con su misma caballada y con sus mismas reglas, incluyendo sus marrullerías, triunfó la propuesta de la coalición Sigamos Haciendo Historia y, como se había ideado, Claudia Sheinbaum Pardo es presidenta de México. Su compromiso es la construcción del segundo piso de la Cuarta Transformación de la vida pública nacional.
Con toda una vida dedicada al quehacer político, esto es, a la construcción de categorías (conceptos lógicos fundamentales que reflejan los vínculos y las conexiones más generales y sustanciales de la realidad) para una comprensión cabal del entorno y una intervención adecuada, Andrés Manuel López Obrador, luego de dos tropiezos y mucha brega por todo el territorio nacional, entendió que para llegar a la meta debía dejar de remar contra la corriente y, en cambio, aprovecharla.
El esfuerzo fue denodado y seguramente sólo él podía llevarlo a cabo. La roca de granito en que se estrellan las olas de mentiras y maledicencia de la oposición interna o venida de lejos, la Mañanera, abrió una vía de acceso para llegar a la consciencia de millones de mexicanos, que pudieron entender, con explicaciones cariñosas, lo mismo que con cátedra flamígera o con humorismo anclado en la picardía autóctona, el humanismo mexicano, en el que “por el bien de todos, primero lo pobres”.
Presumen algunos tontejos del INE corrupto que fue gracias a ellos que Morena y aliados ganaron la elección. La realidad es totalmente diferente: fue a pesar de ellos. Por poner un ejemplo del cual hay constancia fidedigna: las tres casillas de la Sección 1000 del municipio 032 del estado 28, se instalaban en la escuela Niño Artillero de la colonia Narciso Mendoza, ocupando tres aulas, dos del área sur y una del norte. Sin previo aviso, fueron trasladadas a un jardín de niños, ocupando sólo un salón.
Claro que hubo una larga espera, pues el personal de casilla tuvo que idear la forma de hacer el trabajo de tres. Luego, aparecieron los provocadores, unos quejándose del INE, otros arremetiendo contra los funcionarios de casilla por su lentitud; sin embargo, la gente los apaciguó pronto y tuvieron que esperar como todos los demás. Responsables y conscientes del papel histórico que les tocó, los encargados de esta casilla cumplieron a plenitud.
Ya derrotados con sus propios arsenales de estafas, ahora las huestes venidas del gordillismo apoderado del aparato electoral van al basurero de la historia. La reforma electoral, entre otras fundamentales para la salud de la república y bienestar del pueblo mexicano, tendrá que darse antes de los próximos comicios; pero, no una enmienda cosmética que permita seguir medrando a los mismos que tienen fortunas colosales en bancos del Valle de Texas y San Antonio, sino una transformación radical.
Carlos Salinas dio al traste con la educación cuando puso a la Gordillo al frente del sindicato magisterial; los maestros se volvieron niños. Pero, la ambición de Elba era mayor que su perversidad y pronto se apoderó del aparato electoral con sus esbirros, al grado de crear su propio partido político y de vender la elección del 2006 a Calderón a cambio de la Subsecretaría de Educación Básica, el ISSSTE y la Lotería Nacional.
Así, el sindicato magisterial se convirtió en cofradía de sastres y modistas haciendo de las elecciones un traje a la medida del mejor postor. Entendido perfectamente el entramado, sólo bastó con usarlo y encauzarlo. Porque “las categorías deben ser tan móviles, tan flexibles, tan mutuamente relacionadas, como lo son los objetos y los procesos del propio mundo material. No las categorías aisladas, que sólo reflejan aspectos limitados de este mundo, sino la unión de las categorías”.