Cena de negros
Por Marco Antonio Vázquez Villanueva
Un par de años atrás los opositores a la actual administración estatal hacían apuestas sobre el mes en el que caería de la gracia de los tamaulipecos el gobernador Américo Villarreal, lo mismo hablaron de un nuevo estallido de la violencia como en sus peores épocas (en las que por cierto gobernaban ellos, PRI-PAN), que pleitos políticos por la ferocidad y lo feo que se llevaban las huestes morenistas previo a la elección constitucional, pasando, desde luego, por desencuentros con la clase empresarial.
No se puede negar que la violencia, la inseguridad, todavía registran episodios graves en algunos municipios del Estado, sin embargo, también es imposible no reconocer que los números en los últimos dos años son mejores a los que presentó su antecesor, con un agregado, ahora la lucha parece seria, integral y dura cuando tiene que serlo.
Con los empresarios, si bien no existe una luna de miel, también queda confirmado que participaron a favor de la Cuarta Transformación tamaulipeca, algunos con lana incluso, la mayoría permitiendo un ambiente de paz en lo laboral y en los aspectos que a ellos interesan, resumiendo, le tienen dos veces más confianza que a los que se han ido y no se quieren enterar.
Y en lo político lo que hizo el gobierno de Villarreal Anaya no se había visto con ninguno de los últimos cinco exgobernadores, todos habían perdido su primera elección, habían fallado en sus apuestas nacionales con sus candidatos e incluso sus partidos, habían perdido sus Senadores y Diputados federales, Américo no solo ganó la elección nacional sino que Claudia sacó mayores porcentajes a favor que en casi todas las entidades, más del 62 por ciento con todos Tamaulipas ganado distrito por distrito, lo que pocos lograron, después ganaron los Senadores del partido de gobernador, también 7 de los ocho diputados federales en disputa, 21 de 22 distritos locales, todas las elecciones en los municipios de mayor población y presupuestos, sintetizando, la ciudadanía le entregó todo el poder al gobernador, también la confianza al proyecto transformador.
La breve introducción viene a colación para dar un contexto a la razón que llevó al Presidente Andrés Manuel López Obrador y a la presidenta electa, la doctora Claudia Sheinbaum, para elegir a Tamaulipas como el primer Estado morenista en visitar para una reunión de trabajo, hay que dejarlo claro, sobre todo para todos aquellos que siguen pensando que se pudiera tener dificultades con la nueva administración, al contrario, la relación es fuerte, de confianza, de resultados de aquí para allá, por eso todo parece indicar que por fin le darán la importancia que merece nuestro Estado.
Vaya pues, lo previsto es que se continúe con la construcción de las oficinas de la Agencia Nacional de Aduanas, (ANAM) en Nuevo Laredo que es uno de los grandes proyectos que tiene en marcha AMLO, pero también con las plataformas marinas que instala en Altamira, la empresa New Fortress Energy Altamira FLNG, en sociedad con la CFE, con el objetivo de producir gas licuado, igual se esperan más recursos para lo referente a infraestructura hidráulica, al tema de salud, educación y otras más.
Exacto, el privilegio de ser el primer Estado morenista en donde se realice una cumbre del presidente y la presidenta electa con el gobernador, algo dejará, de entrada, el mensaje de buena voluntad, de continuar con las obras en marcha, pero sobre todo, de que no se pretenderá comenzar de cero en la relación con el Estado.
Lo ideal será ver que todo se traduce en privilegiarnos también en presupuestos, en mayor atención a nuestras necesidades, más aún, que Tamaulipas por fin sea tratado como un estado de primera y no como nos ocurrió los últimos 30 años antes de Andrés Manuel López Obrador que nos ninguneaban de a feo, por eso le digo, el privilegio de ser los primeros algo bueno dejará…
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