Por Oscar Díaz Salazar
Los estrategas de campaña de varios candidatos del Partido Acción Nacional, decidieron esconder, disimular, omitir, olvidar, disfrazar e incluso negar cualquier vínculo con el señor Francisco N.
Personajes que le deben la candidatura, la carrera política y la posibilidad de «comer con manteca» a Cabeza de Vaca, optaron por «invisibilizar» al ex gobernador, porque saben que en este momento, y quizás para siempre, el nombre, la sombra y el recuerdo de su jefe político, es un lastre para quienes fueron parte de su gobierno y de su corriente (muy corriente) política.
Es innegable que son afines a Francisco N, políticos como Imelda San Miguel, candidata al Senado; Yalheel Abdala candidata a la presidencia de Nuevo Laredo; Miguel Ángel Almaraz, candidato a Alcalde de Rio Bravo; Carlos Fernández, candidato a presidente de Madero, y muchos otros que como decía el Púas Olivares: «todo se lo deben a su manager», y ese manager es ni más ni menos el jefe de la pandilla de la Vaca Salvatrucha.
Pero que omitan mencionar a Francisco N, los que hoy participan en la contienda por cargos de elección popular, obedece a un cálculo político para intentar convencer a los electores de ser independientes del sujeto que permanece fuera del país, para evadir la justicia.
Es probable que incluso el gran elector del PAN en Tamaulipas, el mismo Francisco N, les hubiera aconsejado a sus candidatos (suyos de él) desmarcarse de su nombre y su recuerdo, omitirlo, olvidarlo, con el propósito de evitarle la carga negativa y los rechazos que provoca su mención.
Pero por supuesto que es falso este rompimiento de los «bandidatos» y el Bandido mayor Francisco N. Los electores deben saber que como jefe político Cabeza de Vaca es una chinche, una ladilla, una monserga, y que con el triunfo de alguno de sus candidatos, tendrán que cargar con toda su runfla, incluyendo varios impresentables que ya conoce el público, pero también con los zánganos y presupuestivoros chilangos que le facilitan las cosas en el CEN del PAN, en los organismos autónomos, en el Poder Judicial y en todos los espacios e instituciones que se necesitan para tener poder e impunidad.
Los votantes tienen la decisión de encumbrar a los emisarios del pasado (inmediato), o de optar por otras opciones.