Por Alejandro de Anda
LO OSCURO. Las generaciones que hoy gobiernan ciudades y países se
encuentra en personas del rango de los 30 a 40 años. Jóvenes de 1980 y hacia
adelante.
Quienes han tenido en suerte y fortuna conocer de los adelantos tecnológicos
como nunca antes. Que han tomado la teoría de las aulas en ordenadores
electrónicos y que consumen alimentos que caducan mucho después que lo
que los que venimos detrás, apenas imaginamos.
Leche evaporada u otro tipo de alimentos que conservan por largo tiempo sin
afectar su organismo a la ingesta.
Estas mismas generaciones son los pioneros del llamado ‘segundas
oportunidades’.
Esencialmente hablando de lo que significaría el reciclaje como un elemento de
valor en la nueva producción del desarrollo en las comunidades.
Quienes peinamos canas –y a veces ni alcanzamos a peinar- no imaginábamos
el separado de residuos de uso común para evitar el colapso de las celdas de
contención de basuras o que tuvieran un nuevo uso lo que para el consumidor
significara ‘deshecho’. El plástico de los envoltorios, las latas de envasado, el
vidrio de líquidos, la ropa de segunda y miles de objetos que se convertirían en
reciclaje para estas nuevas generaciones.
Hoy sería impensable encontrar un edificio público o escuela que no considere
al menos dos –o tres- contenedores de basura con colores que indican el tipo
de desecho que administran. Orgánica, inorgánica y vidrio.
¿Qué al caso?
La nueva generación que ya domina el escenario y hacia donde apunta el
desarrollo humano, considera la economía circular como una fuente
indispensable y eslabón imprescindible en la vida ordinaria del planeta Tierra.
Razones para su consideración existen por miles.
La economía circular establece el aprovechamiento en la producción de las
materias primas de manera más sostenible. Es decir, se mantengan más
tiempo en los ciclos económicos generando a su vez, menores residuos.
No son las razones principales el que el reciclar sea más barato contra la
materia prima de origen nuevo; antes bien el apoyar al planeta en un consumo
razonado y empático con su ambiente.
Las llantas de vehículos, el vidrio, la ropa que se consideran basura son
elementos valiosos en esta economía circular que encuentra más de tres
vueltas sostenibles y productivas para continuar sirviendo al hombre.
La moda es quizá una de las ramas económicas que más generan dinero pero
que son de mayor costo ambiental con daño ecológico permanente. Su
desenvolvimiento considera el uso de no menos del 20% del agua dulce del
mundo.
Es una economía trascendental que las nuevas generaciones tienen
eslabonado al sistema productivo, donde los 35 mil millones de toneladas de
basura que generamos los humanos por año, se convierten en un filón de
materia prima para continuar dándole vuelo a esta agitada vida.
COLOFÓN: Sí… en todos los aspectos de la vida hace presencia la economía
circular.
Si usted hubiese estado dormido por 30 años y de repente hoy despertara, ante
una guerra de comicios electorales en donde se encontrase la boleta sabría sin
duda que no ha pasado un día desde su primer sueño.
Están reciclados los mismos políticos. Diferentes signos partidistas, los mismos
actores. ¡Reciclemos!
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@deandaalejandro