Por Carla Huidobro*
En la voz taciturna de las aulas vacías,
donde el saber se esconde temeroso y la indolencia habita,
vemos el triste ocaso de una juventud ansiosa,
que en su apetito feroz por lo inmediato, olvida.
Ellos, ya no buscan el fruto del esfuerzo y la constancia,
sino que en bandeja de plata desean la ciencia,
como si el conocimiento, sin sudor, sin sed, sin anhelo
pudiera brotar etéreo en la era de la impaciencia.
El maestro, titán, en su lucha desmedida,
carga sobre sus hombros el peso de las mentes,
forjando en su alma un futuro incierto.
En su empeño, se encuentra solo.
Maltratado por aquellos a quienes intenta levantar,
su espíritu se desgasta ante la ingratitud,
la violencia le acecha en cada rincón del aula,
y aún así, sigue firme, aunque su corazón se apaña.
Atlas del desarrollo humano, condenado a sostener
el cielo de la ignorancia sobre su espalda encorvada,
sin un ápice de gratitud, sin un gesto de reconocimiento,
en esta lucha desigual, donde el saber se desvanece,
y la apatía corroe,
sigo sin trauma vicario.
*Carla Huidobro, doula cultural, investigadora y lingüista, impulsa con pasión la Cultura de la Curiosidad. Su enfoque, arraigado en la autenticidad, el respeto y la disciplina, le permite establecer conexiones significativas y enriquecer el aprendizaje.