Por Francisco Ramos Aguirre
El general matamorense César López de Lara, pudo haber sido uno de los mejores
gobernadores de Tamaulipas del período postrevolucionario. En parte porque el oficio de
gobernar, lo aprendió de algunos integrantes de su familia, involucrados en el poder
político. Por ejemplo, durante los períodos de los presidentes Manuel González y Porfirio
Díaz, su padre Domingo López de Lara fue Tesorero General de la Nación, Senador por
Tamaulipas (1885), Director de la Aduana de Matamoros y Diputado Federal (1892).
A todo esto, sumamos su experiencia militar como revolucionario del ejército
constitucionalista en Tamaulipas, Oaxaca y San Luis Potosí. Además de desempeñarse con
acierto como gobernador del Distrito Federal -julio de 1915-enero de 1918-, gracias a su
cercanía con el presidente Venustiano Carranza.
A finales de 1917, el coahuilense le brindó su apoyo para contender en las
elecciones del gobierno de Tamaulipas. Aquella ocasión sus intenciones se frustraron,
porque el General Luis Caballero presentó su candidatura al mismo cargo. Al no existir un
acuerdo político, los revolucionarios trataron de dirimir sus diferencias en un duelo en
Chapultepec que terminó en una trifulca entre los grupos adversarios. Las elecciones se
llevaron a cabo y los dos se declararon triunfadores. Ante dicho escenario, Caballero
decidió levantarse en armas contra el ejército federal y se rindió a principios de 1920.
La nueva candidatura de López de Lara al gobierno de su estado natal, sucede a
finales de 1920 en el contexto de la muerte del presidente Carranza y el ascenso al poder
del general Álvaro Obregón, presunto autor intelectual de su asesinato en Tlaxcalantongo,
Puebla. De esta manera, la situación se tornó complicada para el matamorense. Sin
embargo, en octubre de ese año más de cinco de cinco victorenses lo recibieron jubilosos
en la estación del ferrocarril, en un acto masivo “sin precedentes en los anales políticos
del Estado.”
En el transcurso de su campaña política, según informes de la Comandancia Militar
se presentaron algunos casos de inconformidad y violencia con armas de fuego entre
lopezlaristas y caballelristas. Para enero de 1921 López de Lara se declaró ganador de las
elecciones, y de pasó anunció una visita a Austin, Texas donde se entrevistó con el
gobernador Patt M. Neff.
Toma de Posesión del nuevo gobernador
En medio de una relativa tranquilidad social, militar y política el 10 de febrero a las
diez de la mañana, el general César López de Lara tomó posesión como gobernador de
Tamaulipas. La ceremonia se realizó en el Gran Teatro Juárez, atiborrado de invitados “…nuestro Coliseo estaba de bote en bote desde las lunetas, hasta las galerías.” En el
programa tomaron protesta los magistrados de las tres salas del Supremo Tribunal de
Justicia los licenciados Francisco T. Villarreal, Juan A. Veites y Federico Martínez Rojas.
“…escuchándose al acabar, estruendosos aplausos.”
Enseguida, López de Lara y su comitiva se trasladaron a palacio de gobierno, es
decir al edificio localizado en 17 Hidalgo donde, a la usanza de los cánones políticos de
aquella época -no muy distintos a los actuales-, recibió en sus oficinas a numerosas
comisiones, políticos, funcionarios, líderes sociales, invitados y delegaciones de los
municipios tamaulipecos.
Cerca de las dos de la tarde, el flamante gobernador y su nutrida comitiva se
trasladaron al Paseo Méndez “…a presenciar el banquete popular, donde más de cinco mil
personas de todas las clases sociales, se regocijaban en el regalo de los sabrosos platillos
nacionales que se sirvieron en vistosos platos de cartón, traídos exprofeso de Estados
Unidos.” Demostrando el nuevo gobierno, su interés del cuidado ecológico.
Aquel acontecimiento político, derivó en un desborde de entusiasmo inédito.
Definitivamente un día memorable donde la clase política y militar, mostró su fortaleza y
confianza de un personaje que pudo convertirse en uno de los políticos de mayor
relevancia en el estado. Sin embargo, años más tarde el destino y los vaivenes del poder,
le tenían una sorpresa.
La fiesta del mandatario continuó por la tarde, al celebrarse carreras de caballos y
de cintas, bien concurridas y animadas. “Todos estos actos fueron amenizados por las
bandas municipales tanto de Nuevo Laredo, como del puerto de Tampico, así como
también la magnífica banda de Estado Mayor del señor General Arnulfo Gómez, que
bondadosamente le cedió para estas fiestas.”
El mitote parecía no tener fin. Esa misma noche los legisladores, magistrados,
banqueros y comerciantes de la localidad le ofrecieron un banquete en el Teatro Juárez.
Dentro del programa, hicieron uso de la palabra, probablemente inundándolo de elogios y
virtudes los licenciados Emilio Portes Gil, Tomás Guillén Peña y Benito Juárez Ochoa.
Además, el ingeniero José F. Montesinos y diputado José Zamudio.
Políticos Bailarines
Para cerrar el día con broche de oro, se realizó un solemne baile al que asistieron
las esposas de connotados políticos y empresarios. Entre ellas María Treviño Garza
consorte de López de Lara y las señoras de Montesinos, González, Balboa, Higuera,
Ramírez y “…otras muchísimas que sería muy largo enumerar… Hubo delegados de todos
los municipios del Estado, del Gobierno de Texas y del Estado de Nuevo León.”
Finalmente, el ciclo festivo se cerró con una gran kermese o jamaica donde las
ganancias fueron destinadas en beneficio del Asilo Vicentino. De esta manera, señala el
cronista del periódico El Demócrata “Tamaulipas ha entrado de nuevo al régimen
constitucional, después de siete años de anómalas situaciones esperando todo el pueblo
que el nuevo jefe del Estado, lo haga florecer y prosperar.”
Una de las primeras acciones del gobierno larista, se relaciona con un interesante
proyecto educativo. Para ello nombró de titular del ramo al profesor Alfonso Herrera,
experimentado profesionista. Como parte del proyecto de instrucción pública, en octubre
de 1921 anunció una inversión de 600 mil pesos para la construcción de una Escuela
Modelo para prácticas de la Escuela Normal de Maestros y una de Artes y Oficios, es decir
la que sería Escuela Técnica Industrial Álvaro Obregón. En Tampico, ordenó la fundación
de una escuela secundaria.
Mientras los diputados Emilio Portes Gil y Candelario Garza lo atacaban en el
Congreso de la Unión, argumentando su apatía sobre el problema agrario, los victorenses
presenciaron algo inusitado. Durante la mañana del 17 de octubre de 1921, observaron la
llegada de un aeroplano procedente de Tampico. En el avión marca Lincoln-Standard
viajaba el presidente municipal del mencionado puerto, ingeniero José Montesinos. Por su
parte el general López de Lara, demostró su valentía y sobrevoló unos segundos mientras
el piloto realizaba evoluciones.
Por su cercana filiación militar y política carrancista, López de Lara solventó varios
problemas en Tamaulipas. El conflicto más importante sucedió a finales de 1923 con
motivo de la sucesión del presidente Álvaro Obregón y la revuelta armada, promovida
Adolfo de la Huerta, quien se sentía con méritos para sustituirlo. En ese momento,
Obregón y Plutarco Elías Calles rompieron su alianza política con de la Huerta.
En cuanto a López de Lara, prácticamente firmó el final de su carrera política, al
apoyar el movimiento armado contra Obregón. Luego de algunos enfrentamientos contra
el ejército federal, junto con sus principales colaboradores fue acusado de traición a la
patria. Bajo estas circunstancias, López de Lara no tuvo más remedio que reconocer su
fracaso y exiliarse en el extranjero, junto a otros generales involucrados en la revuelta.
(Fuentes: El Heraldo de México/6 de octubre/1920; El Demócrata Diario
Constitucionalista/enero 11/1921; El Demócrata Diario Constitucionalista/febrero
22/1921; El Demócrata/octubre 23 /1921.)