Mensaje de declinación a la candidatura a la Rectoría de la UAT
Asamblea universitaria, junta permanente, estimados todos.
Me presento ante ustedes, vengo de una larga trayectoria de lucha social y política, soy socialista, nunca negaré mi origen ni social, ni político, por un puesto o el poder. Este año cumplo 30 años de ser trabajadora universitaria: docente e investigadora. Y, al menos en 28 años, nadie supo de mí, me dediqué a mis funciones y a destacar en ellas. Respondí cuando las injusticias son groseras e insoportables para cualquier dignidad humana y más grave que sea en los espacios universitarios. En mi vida ponderé siempre el interés social, el interés comunal, el interés público.
Desde mi juventud me mantuve al lado de las causas justas, triste sería que, a mi edad, traicionara los principios de conducta política que me ha dado dignidad y autoridad moral. Por lo que, si algún integrante de esta Asamblea Universitaria pensó que venía a apoltronarme en el poder de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, está profundamente equivocado.
En el año 2021 [dos mil veintiuno], iniciamos un movimiento universitario para la reivindicación de los principios de Verdad, Belleza y Probidad, y Legalidad Universitaria. Y con el propósito de retomar el rumbo y recuperar la esencia de nuestra universidad.
El tiempo nos dio la razón. Llevamos años con un bajo nivel académico de acuerdo con los rankings nacionales sobre las Instituciones de Educación Superior, ocupamos el lugar 44. El más bajo de todas las universidades públicas del norte de México y las públicas de los estados colindantes. Y aunado a la corrupción imperante en nuestra universidad que obligó a Guillermo Mendoza a renunciar como rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
No sin antes durante su estancia en rectoría, un grupo de profesores fuimos objetos de una violencia desmedida, despidos injustificados y demandas por robo en mi contra. Y nuestro movimiento se convirtió en un reclamo de justicia y legalidad universitaria y de reclamo académico y moral.
Hace dos años, se me negó el registro de mi aspiración legítima como candidata a rectora de la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Que nos llevó a buscar el amparo federal que protegiera nuestros derechos; y en estos momentos en los tribunales federales se decide sobre la inconstitucionalidad del Estatuto Orgánico de nuestra universidad, al no contemplar el principio constitucional de paridad de género que debe regir a todas las instituciones públicas. Pues, se ha confundido, en los órganos ejecutivos y colegiados de nuestra universidad; perspectiva de género, igualdad de género con paridad de género.
Con el presidente Andrés Manuel, con quien comparto ideales y me he unido a su llamado de transformación desde 2017, nuestra nación ha iniciado una política social de cambio en todos los niveles de la vida pública, privada e institucional.
Dada su naturaleza, esta política exige que las universidades públicas estén a la altura de las demandas una vez que se ha trazado la política pública, asegurando que se cumplan sus objetivos y funciones de acuerdo con la constitución. De acuerdo con su política educativa de la Nueva Escuela, basada en la pedagogía de la liberación, privilegia la pregunta más que la respuesta. Se orienta bajo la premisa de que: Por el bien de todos, primero los pobres. Educación para todos y todas, sin dejar a nadie atrás. Y respeto a los Derechos Humanos y Derechos de los Universitarios.
Al hablar de la Universidad, es necesario hacer referencia a la dignidad y libertad de las personas.
La autonomía de nuestra universidad fue el resultado de una larga lucha estudiantil y popular en 1967, incluso precursora del movimiento estudiantil de 1968 y que culminó con la autonomía legislativa en 1972. La composición paritaria [maestros-alumnos] de esta Asamblea universitaria es el resultado de la autonomía, en los términos de que esta sea instituyente en cuanto al dictado del conjunto de las leyes orgánicas de nuestra universidad.
Pero, que quede bien claro. Ningún Estatuto Orgánico, ninguna Ley Orgánica de ninguna universidad pública, está por encima de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos. Y por ello mismo, este día es día de celebración, el día del inicio de la apertura democrática en la UAT.
Hoy es una fecha que debemos guardar en la memoria histórica de la UAT. Se acabó la era de los candidatos únicos, como dice una novela “La noche quedó atrás”. La Junta Permanente admitió el registro de la aspiración de cinco candidatos.
Esta situación es inédita, nueva, liberadora, pues abrió la puerta a las legítimas aspiraciones de los profesores que se logró desde el constituyente universitario de 1972, pero que, las administraciones les fueron poniendo diques leguleyos, acotando el sentido democrático que se encuentra en el espíritu universitario.
El espíritu democrático acompañado de un horizonte de llegada abocado de acuerdo con las funciones de nuestra universidad. Y como dice el Título I de los Estatutos de 1972, ya que hablamos del espíritu universitario el sentido de la Verdad, Belleza y Probidad, el cual a la letra dice:
- Fracción XV. La universidad Autónoma de Tamaulipas se inspira en un propósito de servicio social estimada en la realización de sus fines para interés de la comunidad y encima de cualquier interés individual o partidista.
- Fracción XVI. Propiciará la aplicación de los conocimientos científicos a la solución de los problemas nacionales para mejorar el nivel de vida del pueblo e intervenir a través de una función critica.
Nuestra institución está enraizada en un sentido popular, democrático, libre, laico, en los procesos de liberación social. Aún pervive en nuestro actual Estatuto Orgánico, allí perdido como quien quisiera esconderlo, o perderlo, hasta el final del articulado. Capítulo II, fracción V.- que a la letra dice: “Colaborar en lo general en el proceso de emancipación del ser humano para ser útil a la sociedad”.
Por lo que deberé continuar con la edificación histórica de una universidad pública, popular, laica, gratuita, obligatoria, libre, plural e igualitaria, democrática y con paridad de género, humanista, pluricultural, nacional.
Una universidad de las tradiciones, de las humanidades, de las ciencias, los saberes y las artes manuales y espirituales. Una universidad para el desarrollo moral y espiritual de la juventud estudiosa y al servicio de las causas justas del pueblo tamaulipeco.
Quiero abocarme a construir el poder del espíritu universitario, abocarme a no solamente a quedarme en la puerta de la transformación que está en este momento inmediato de apertura. El hecho mismo de que la convocatoria para la aspiración a la candidatura a rector para el periodo 2024-2028, por iniciativa del rector interino, por primera vez quedó abierta al registro de los profesores y profesoras universitarias, a pesar de que algunas dependencias educativas de la universidad la cerraron.
Estamos en la puerta de la transformación y falta el camino para transitar desde y por la legalidad universitaria. Nos falta diseñar en común, el camino para que la paridad de género en los procesos electorales sea un elemento articulador y transformador de las formas de integración, organización y funcionamiento de los órganos de gobierno.
Esta es la tarea a la que me quiero avocar dado que en los tribunales federales está por resolver sobre la inconstitucionalidad del Estatuto Orgánico y hoy respiramos otra situación, otro tiempo, el de la transformación de la universidad.
Por qué he decidido dedicarme a esta tarea, PORQUE ME RECONOZCO COMO ACADÉMICA Y NO PROPIAMENTE ADMINISTRATIVA, es que les informo a esta Asamblea Universitaria que decline de mi aspiración a postularme como candidata, ante la Junta Permanente, claro en este periodo.
Mi aspiración es legítima, no simulo y soy honesta, ante estos contextos sabemos que no tengo una oportunidad real de aspirar a la rectoría, no por falta de capacidad ni de aspiración personal o apoyo universitario, sino por las condiciones que provocan los que aún del régimen anterior continúan y otros que se resisten a los cambios que la actualidad constitucional exige.
Por ello, quisiera dar la definición de poder, definición con la que me oriento: el poder no es una propiedad, en realidad nadie tiene el poder, el poder es un ejercicio de hacer, es actuar en comunidad y con la comunidad. El poder solamente lo es cuando le colocas la novedad al mundo y tienes el mérito del comienzo, es decir, el mérito del ejercicio de la libertad. Declinar la candidatura es para ocuparme de procurar ayudar a la realización del camino de la transformación.
Es por ello por lo que hago un llamado a quienes, si quieren a nuestra máxima casa de estudios, a que juntos impulsemos una reforma universitaria en donde esté claramente estipulada, ordenada y normada la paridad de género en todos los procesos de elección de los órganos de nuestra universidad.
¡Lucharé por elevar la calidad académica de nuestra universidad y darle la bienvenida a la participación de todos y todas en este proceso!
El poeta español de compromiso político León Felipe aclara mejor mi compromiso cuando dice:
Voy con las riendas tensas y refrendando el vuelo
Porque no es lo que importa llegar solo [sola] ni pronto
Sino con todos [todas] y a tiempo.
Es tiempo de las mujeres, es tiempo de la transformación en la UAT
Muchas gracias por su atención.