por Fortino Cisneros Calzada
“Lo lamento mucho, no tenía antecedentes de que hubiera problemas en la educación en Tamaulipas. Realmente, me ha sorprendido”, dijo el prestigiado maestros Gumersindo Guerrero García, reconocido como un sembrador de escuelas, por lo que recibió del Congreso del Estado la medalla al mérito “Luis García de Arellano”, que se otorga a mujeres y hombres tamaulipecos que se hayan distinguido por sus servicios eminentes prestados al Estado, a la Patria o a la Humanidad, al saber del paro magisterial.
Explicó que momentos así, de dificultades, son una oportunidad para que los involucrados muestren sus mejores habilidades y talentos para encontrar una pronta solución, pues, finalmente, los que más resultan afectados son los niños. Niños que no tienen nada que ver con las diferencias de criterio de autoridades o representantes sindicales. Es una buena ocasión para que el gobernador del Estado, Dr. Américo Villarreal Anaya, un magnífico cardiólogo y un hábil político, ponga en juego su talento.
Cuestionado acerca de la secretaria de Educación en Tamaulipas Lucía Aimé Castillo Pastor, explicó que se trata de una persona que lleva la tarea educativa en la sangre, basta decir que es nieta del Profr. Rigoberto Castillo Mireles, director, por muchos años de la Escuela Normal Rural de Tamatán, de la que han egresado maestros notables, incluyendo al Profr. Arnulfo Rodríguez Treviño. Tiene, además una sólida educación en administración pública y docente y goza de la confianza del gobernador.
Por su parte, Arnulfo, que es mi amigo de muchos años, es un luchador sindical muy competente. Ha tenido el cargo dos veces y hasta ahora había sido acertado en sus decisiones, inclusive, es de los representantes que busca la conciliación antes que el conflicto. Me preguntó ¿Qué pasó? Lo que haya sido, lo importante es que se logre una solución pronta y que se restablezcan las actividades docentes a la brevedad.
En ese empeño tiene que ver mucho el gobernador del Estado, Dr. Américo Villarreal Anaya, cuyos buenos oficios se requieren para que los niños de Tamaulipas vuelvan a las aulas. No sé qué pasó; pero, no hay que olvidar que no hay mal que por bien no venga. Quizá algo que no percibimos tenía que acomodarse para que el sistema educativo de Tamaulipas siga siendo de los mejores de México, dijo el maestro Gumersindo Guerrero, toda una autoridad en la materia.