Crónica de un festejo que no fue
Por Marco Antonio Vázquez Villanueva
Eran las 11 con 35 minutos de la mañana, un saloncito llamado Eugenio Hernández Flores que fue acondicionado como sala de prensa para la visita de la dirigente nacional de la Confederación Nacional Campesina, Leticia Barrera Maldonado, lucía medio lleno, o medio vacío como le quiera usted ver, en lo único que si coincidieron todos es que la convocatoria no era nada parecida con aquellos tiempos en los que tan solo para entrar al edificio ubicado en el 17 y Rosales de la capital de Tamaulipas era toda una odisea, hoy parecía que les urgía ver gente, sobraban sillas, hasta una o dos personas de la calle fueron sentados a la mesa y esperaban con ansia los platillos para el festejo.
Y sin embargo el ambiente parecía de velorio por más alegría que le querían poner a un festejo por 97 años de la fundación de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de Tamaulipas, la que decían era la más representativa del sector social, aunque muy apenas pudieron mover hasta ese lugar a 200 personas que aprovecharían para comer arroz y mole con pollo de ese que nomás de olerlo se hace agua la boca.
El edificio estaba con manchas por todas partes, saqueado, ya ni siquiera se veían aquellos enormes sofás de mezquite con cuero en los asientos que estaban en la sala de espera.
En el evento los discursos solo estuvieron llenos de quejas, se decían abandonados a su suerte, a punto de la quiebra, endeudados, campesinos olvidados por un gobierno de Morena que dicen no los quiere, apenas una pieza oratoria del maestro Leobardo Sánchez intentó perfumar el ambiente reconociendo a los campesinos en nuestra historia, a sus liderazgos, a quienes hicieron suya la frase del ilustre Emiliano Zapata que exigía para todos “tierra y libertad”, fue todo.
Antes, en una breve conferencia de prensa, Leticia Barrera Maldonado, la presidenta nacional de la CNC y Raúl García Vallejo, su dirigente en Tamaulipas, pintaron un desastre, hablaron de más de 6 millones de hectáreas que a nivel nacional dejaron de producir, de un sector que ha visto reducir con Morena más del 40 por ciento de los presupuestos destinados al mismo, de cientos de miles de campesinos en quiebra o en cartera vencida.
Sin embargo la realidad la delataba, a la dirigente lo único que le queda de campesina es la mano fuerte, franca, la que saluda de a de veras, de esas que caracterizan a los hombres y mujeres que producen nuestros alimentos, en lo demás ya no encaja con el estereotipo de un productor campesino, aunque, eso sí, se mimetizaba muy bien con sus compañeros en el presídium del evento que protagonizó para la celebración formal, quizá porque ahí estaba Edgardo Melhem, Enrique Cárdenas, Paloma Guillen Vicente, Alejandra Cárdenas, Juan Báez, Tino Sáenz, hasta Perfecto Solís; o tal vez la razón es que todos los de arriba se hicieron llamar ingenieros, licenciados, presidentes municipales, exdiputados o exdirigentes de esa organización quién lo sabe.
Eso sí, los miembros de CN, aunque se hunda, se siguen diciendo orgullosamente priístas, quizá por ello cuando llegó Juan Báez, uno de sus exdirigentes estatales, lo veían feo, acusaban que su esposa cobra muy bien en el gobierno de la cuarta transformación en el Estado y hasta que promovía a Morena, por ello alguien se atrevió a decir, “nunca tuvo vergüenza, ni debería andar aquí”. Pero eso lo dijo alguien de los de abajo, de los que estaban en las mesas, los del arriba, los del presídium, hasta lo abrazaron con felicidad.
Y la presidenta de la CNC qué dijo, pues Leticia Barrera pareció no enterarse de esa pequeñez, pero bueno, es entendible, desde que comenzó la rueda de prensa andaba extraviada, ofrecía vehementemente que con la CNC el PRI habría de recuperar espacios el año que viene porque los productores de alimentos estaban muy enojados, molestos, a alguien se le ocurrió preguntarle cuál era su padrón y muy convencida dijo “180 mil y con ellos daremos la pelea, somos la organización campesina, y que me perdonen las otras, con más militancia en México”, lo extraño es que dos minutos más le hacían la misma pregunta y para ese tiempo ya tuvieron 800 mil afiliados “y van a ser más porque estamos trabajando en las bases y los comités municipales”, sí, le insisto, parecía extraviada.
Aunque no fue lo peor, cuando en un discurso para honrar a un exdirigente campesino, Crispín de la Rosa, la oradora detalló, “Fue un dirigente tan honesto que cuando ocupó el cargo de presidente del comité municipal campesino decidió por cuenta propia no registrarse ni al Procampo, para que no hubiera malas interpretaciones”, y apenas lo terminó de pronunciar y otra vez el gritito, “ahí te hablan Juan”, aunque quizá los de abajo, los gritos, lo decían para que también lo escuchará Pedro, y Raúl, y muchos de los ahí presentes.
Entonces, pues entonces por lo que se pudo ver en los 97 años de fundada la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos en Tamaulipas es que siguen siendo orgullosamente priísta, aunque eso sí, ni siquiera saben cuantos militantes tiene la organización, ni quienes son, ni cuantos votan por ellos o, peor aún, sus bases ya sospechan que los venden o los quieren convencer de irse a otro lado políticamente hablando, es decir, la CNC anda extraviada y en liquidación, o eso hacen imaginar…