Por Martha Olivia López:
Con datos preliminares, el Colectivo Amor por nuestros desaparecidos en Reynosa dio a conocer la conclusión de los trabajos de búsqueda en un predio de esa ciudad fronteriza donde encontraron 29 osamentas, incluido un neonato en 16 fosas clandestinas. Edith González y Andrés Méndez Ñeco, fueron los que incansablemente estuvieron informando.
Desde 2006 hasta el 31 de enero de 2023, Tamaulipas ocupó el segundo lugar a nivel nacional en el número de fosas clandestinas halladas, según un mapa de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas.
Según estos datos, en el estado se han encontrado 547 fosas clandestinas de 2006 a enero de 2023: 402 hasta diciembre de 2018, es decir, en gobiernos federales del PAN y del PRI.
Ahora en este julio del 2023 en Reynosa, en las últimas dos semanas habrían sido identificados unas 10 osamentas y restos por los tatuajes y prendas, de los cuales cuatro podrían ser 4 mujeres y el resto hombres… sus edades oscilan entre los 20 y los 30 años.
Aunque en Tamaulipas este tipo de hallazgos podrían parecer normales, nos negamos a que esta sea la constante…sobre todo que esta situación se “normalizó” con la supuesta guerra contra el narcotráfico de Felipe Calderón Hinojosa, a partir de diciembre del 2006.
Y sí, desde el 2010 cuando se dieron a conocer las primeras fosas clandestinas en San Fernando, Tamaulipas, la mayoría con migrantes, el escenario sigue siendo desolador, triste y frustrante.
En este nuevo episodio, Antonia Díaz, la madre de dos jóvenes cuates de 20 años, nos dijo que, si todo sale bien, en ocho meses podrían entregarle los restos de sus hijos, por la carpeta de investigación que se abre con los peritajes y todo el proceso judicial al respecto.
Ante el dolor, la pregunta es ¿Hacia dónde van los jóvenes? ¿Y de qué forma les ha fallado la sociedad?
En el noreste, en Tamaulipas, la población joven representa cerca del 30 por ciento de la población total de la entidad. Cinco de cada 10 habitantes tienen entre 20 y 29 años de edad, y 35 de cada 100 de ellos viven en situación de pobreza.
Y, por si fuera poco, la carencia social con mayor prevalencia en la población adolescente y joven es el acceso a la seguridad social. En promedio, a nivel nacional 6 de cada 10 personas están privadas de ejercer dicho derecho social.
Es hora de repensar no solo en el tema de la seguridad, sino también en las y los adolescentes y jóvenes y qué hace o deja de hacer el Estado y Gobierno en sus tres niveles, la sociedad, la familia y los medios de comunicación para que el futuro de los jóvenes sea claro y esperanzador.