Por Concepción Delgado Parra:
Una democracia real convoca a la deliberación, no a anular a quien piensa distinto.
No cabe duda de que el debate público constituye uno de los avances más importantes para una democracia. Discutir en torno al nuevo modelo educativo contenido en los libros de texto gratuito de la 4T, significa conocer el punto de vista de los diferentes proyectos políticos y económicos de nación que hoy se encuentran en pugna.
La campaña iniciada por TV Azteca en la que advierte del retorno del “virus del comunismo”, cuya publicidad fue replicada inmediatamente por los medios corporativos nacionales e, incluso, internacionales, surge para cuestionar el contenido de los libros de texto gratuito que serán distribuidos a niños y niñas de educación básica en el ciclo escolar que inicia en este mes de agosto.
En la controversia, unos señalan que se trata de materiales que propagan el “comunismo”, mientras que, para otros, la propuesta rompe con el anterior modelo educativo que funcionaba bajo el principio de “competencias”, dirigido a mercantilizar a los seres humanos y convertirlos en mano de obra para servir al mercado.
La propuesta contenida en los libros de texto gratuito potencia dos aspectos centrales. El primero, devolver al docente el lugar para conducir el proceso de formación educativa en el salón de clases, reconociendo sus saberes y experiencia, y dotarlo de autonomía para restituirle el papel de sujeto activo en el ejercicio pedagógico y de instrumentación didáctica.
El segundo aspecto se refiere a la incorporación del pensamiento crítico y la recuperación de la comunidad como un espacio orientado a la recreación de los lazos sociales y la solidaridad que fueron fracturados con la irrupción del individualismo.
Ciertamente, la población en México se encuentra ante un paradigma educativo diferente que es necesario discutir. Más allá de los intereses comerciales de las editoriales que ven amenazadas sus ganancias y de la campaña instrumentada por Ricardo Salinas Pliego para evadir sus responsabilidades fiscales, es necesario deliberar sobre las implicaciones que el nuevo modelo educativo conlleva.
La oposición no atendió a este llamado. La arenga de Marko Cortés para que los padres y madres de familia destruyan los libros de texto gratuito es irresponsable. Pero, sobre todo, peligrosa porque hace eco de experiencias históricas de intolerancia que terminaron con la destrucción de pueblos enteros.
Sembrar la confusión y el miedo devino regla para conseguir adeptos. Sin embargo, amenazar a la población con el retorno de fantasmas dejó de ser una estrategia creíble.
Una democracia real convoca al debate y la deliberación, no a anular ni a destruir a quien piensa distinto. Exige una crítica al hacer político, tanto de quienes detentan el gobierno como de sus opositores.
Apostar por la reconstrucción de la comunidad social y política significa situar en el centro de la vida colectiva principios que fueron desechados en la carrera por el progreso y desarrollo económico: el respeto por la pluralidad y la responsabilidad por el otro.
Dos cuestiones que retornan hoy para interpelarnos como sociedad a través de los libros de texto gratuito.
Doctorada en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM y Posdoctorada por la Universidad de Yale