Por Alejandro de Anda:
LO OSCURO. Hasta el cansancio hemos tratado en los espacios de opinión los temas trascendentales que enmarcan la agenda pública donde los actores principales, son los menos. Es decir, las minorías que reclaman la universalidad de sus derechos.
Tema concurrido el que desde las tribunas congresales utilicen el término ‘violencia de género’ para interpelar los dimes y diretes entre personas de distinta estructura física humana –ya es difícil de por sí, definir el concepto XX y XY- y bajo esos argumentos ahora legaloides, se convierta en arena de lucha libre a los debates antes propiamente políticos para desde ya, convertirlos en atajos de violencia contra el ser más débil.
Beneficios de minorías.
Y elevado el tono de las discusiones la sociedad ya forma parte del lenguaje ‘inclusivo’ en donde la generalidad se encuentra obligada a formar parte de ese juego inacabable de palabras para respetar desde la sexualidad, ahora hasta la complexión física.
El respeto significa aceptar y valorar a los demás, independientemente de sus habilidades o logros. Por el simple hecho de existir, una persona merece recibir el pensamiento positivo de otro en tanto no exista ninguna alteración que mueva al encono. Nota del autor; lo escrito no viene redactado en los libros de texto.
Lo anterior manifestado deriva de cómo la influencia del uso y abuso de redes sociales mueve a generar animadversiones ahora sobre complexiones físicas que, desde el punto de vista de quienes las emiten motivan a propiciar desencuentros de tribus que toman bandos para exacerbar los ánimos.
Concretamente el dueño de la televisora del Ajusco (TV Azteca) Ricardo Salinas Pliego hacía pública su denostación respecto de la complexión robusta de la Senadora mexicana Citlalli Hernández.
Emite el INE (el encargado de realizar elecciones en el país) medidas cautelares en contra del empresario Salinas Pliego derivado de los casi cien ‘tweets’ publicados en su plataforma de redes sociales defenestrando la imagen robusta de la Senadora.
Donde al parecer no existen facultades para que un órgano de esa especie obligue a un ciudadano a respetar tales observancias que sólo el dueño de la aplicación podría sancionar, merced a sus políticas de publicidad.
Y donde el ataque –sí subido de tono del empresario hacia la mujer en cuestión- expondría únicamente la capacidad intelectual de una persona sobre lo que valora a otra.
Sin embargo, el que se expone como criterio a vigilar en este escarceo es el respeto. No el respeto a su complexión física o hábitos de ingesta nutricional.
Respeto que la misma dama, en los mismos espacios (tweets) no habría respetado de otros seres humanos.
A la comunicadora Adela Micha, la senadora le sobrepondría el apelativo ‘perra’ (sic) “Televisa sintonizada, una entrevista a modo de la perra Adela al genocida Calderón”. Valga uno de los muchos ejemplos.
No existen reglas que distingan la delgada línea del respeto en la farsa estructurada del lenguaje llamado Redes sociales.
Deberían tomarlo con la misma hilaridad. O mejor aún, judicializar las redes.
COLOFÓN: El punto trascendental de esta charla: ¿qué hace el INE sancionando particulares por el abuso del lenguaje?
¿Les facultamos para atender a minorías oprimidas por la mala aplicabilidad del idioma castellano?
Así se espera entonces que suba el nivel para la batalla 2024.
El respeto no se gana… el respeto es un derecho universal. Pero tampoco existe jurisdicción electoral para sancionarlo. O quizá sí…veremos cómo le va al de banco Azteca. “Violencia de género” es su amonestación.
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