Por Francisco Ramos Aguirre:
Ingeniero agrónomo y constructor originario de la Ciudad de México (México 1866). Hijo de Juan Duvallón -súbdito francés, profesor de la Escuela Regional de Agricultura de Acapanzingo- y Margarita Galicia. Concluyó sus estudios en la Escuela de Agricultura y Veterinaria del Colegio de San Gregorio en la capital del país fundada en 1850, donde también alumnos Federico Altristain, Enrique Palafox, Manuel Villada, Felipe Molina, Alfredo del Valle, Julio Riquelme, Alfonso Magallón, Carlos Macías, entre otros. Entre 1891-1893 fue integrante de la Junta Patriótica de la Octava Demarcación de la capital del país; profesor de Matemáticas, Física y Construcciones Rurales de la Escuela de Agricultura.
Desde sus tiempos estudiantiles, realizó trabajos científicos en Jalisco, Colima, Estado de México y Michoacán. En 1892 ingresó como miembro de la Asociación de Ingenieros donde pertenecía el ingeniero Cortthel, constructor de las obras de la Barra de Tampico y miembro de la Sociedad Agrícola (1893). En 1893 solicitó a la Secretaría de Fomento aprobación de su sistema para combatir la humedad y ensalitramiento en toda clase de muros y materiales de construcción.
Junto a su hermano el ingeniero Topógrafo Luis Duvallón -egresado del Colegio Militar- llegó a Tamaulipas alrededor de 1894, invitado por el gobernador ingeniero Alejandro Prieto. La presencia de este profesionista en Tamaulipas fue muy relevante a partir de finales del siglo XIX hasta principios del XX, particularmente para Ciudad Victoria donde construyó varias casas “…de estilo moderno y buen gusto estético…de bella arquitectura y un verdadero lujo asiático” según menciona el periódico El Tiempo de ese año..
Por ejemplo, a él debemos la construcción del Teatro Juárez (1900); la supervisión de las obras del nuevo mercado y en 1897 realización, trazo y ejecución del Camino Real a Tula que uniría esta población con Ciudad Victoria. Ese año firmó un contrato con el gobierno de Tamaulipas que concluyó en 1900 con la inauguración del Camino Nacional. Como parte de la ceremonia se celebró un baile en el Teatro Casino de Victoria del cual se dejó constancia en una crónica: “A las nueve de la noche abrió sus puertas el Teatro-Casino de Victoria…La concurrencia de las plateas, palcos y galería era numerosa; en el patio o salón de baile propiamente dicho era mucho más. Difícil sería para el cronista mencionar a cada una de las personas que asistieron al sarao suntuoso por lo que pide excusas y limita su relación con mucha pena.
“Estaban en el salón las muy estimables señoras Margarita Zubiaga de Tampico, y vestía costoso traje violeta con severos listones del mismo color; Margarita Aguilar de Holtz, con falda crema y blusa rosa y negro; Isabel Garza de Camargo, muy bella, con traje guinda y blanco; Josefa S. de Duvallón con vestido negro y preciosas aplicaciones; Eva Aragón de Romero de traje azul celeste, aplicaciones de gasa española; Josefa Zorrilla de Lavín de falda negra, muy del agrado de las entendidas victorenses y blusa crema con abalorio; Isidora Govea de Ilizaliturri de falda como la anterior y blusa lila; María Morales de Río de rosa y blanco; María Mosso de Capistrán de traje azul y adornos rosa y Esperanza Cuéllar de Terán de traje blanco valiosísimo, y las señoritas Josefina González, mariposa de seda azul saliendo apenas de su crisálida; Rafaela Argüelles de traje blanco, guías de flores, adornos rosa y ojos negros muy negros; Luisa Camargo, una rosa reina como el color de su vestido; Amada Garza que es muy amada, traje lila encendido con adornos del mismo color; Leonor Cuéllar, intensamente simpática, traje amarillo claro; Josefa Montemayor de Jaumave, graciosa y pálida, traje rosa adornado con amapolas rojas; Luz su hermanita tan blanca como aquella, traje guinda y aplicaciones de abalorio; Nazaria González, traje crema y lila con guías de flores naturales y una cruz al cuello en la que alguno hubiera deseado ser prendido; Ramona y Lidia Martínez, traje negro muy rico con adornos de flores de la estación; María Fernández, alta, esbelta, color apiñonado y ojos muy grandes y muy negros, traje especial negro nilo con adornos de gasa blanca; Juana Fernández gemela de ésta en cuanto a la belleza, con un lunar negro como sus ojos sobre el labio superior del lado izquierdo, traje crema con adornos de flores y Lía Roberts, simpática y bulliciosa con bien ceñida blusa crema y falda amarillo y negro,”
Su significativa intervención en diversos proyectos, refleja su vasta experiencia en el ramo de la ingeniería civil. En aquella época, los principales ingenieros de la localidad eran Manuel María Canseco, Eulalio R. Badillo, Luis Duvallón, Carlos Ledezma, Manuel M. Canseco, Carlos Argüelles, Carlos Toledano y otros ligados al poder político y económico del estado. Otra de sus obras cumbres fue la carretera de Xicoténcatl y otro entre Tula y Ocampo. En 1908 fundó y fue Vicepresidente de la Sociedad de Historia de Tamaulipas, junto a Fermín Legorreta, Alejandro Prieto, Adalberto J. Argüelles, Benjamín F. Prieto, Enrique Viruegas y otros intelectuales.
En 1910 simpatizó con el ideario de Francisco I. Madero. Durante el gobierno constitucionalista de los generales Luis Caballero y Raúl Gárate fue Jefe de la Comisión Agraria. Entre sus logros en dicho cargo destacan el registro de los títulos de propiedad; el Decreto de septiembre de 1914; la creación de las Delegaciones Agrarias Municipales; formación de listas de terratenientes del estado; proyectos de irrigación; construcción de presas y canales y medición de ejidos. En 1915, luego de la incursión villista a la capital tamaulipeca, abandonó la ciudad y se trasladó a Monterrey.
Su esposa María Josefa y su carrera en México
En 1894 contrajo matrimonio en Linares, Nuevo, León con María Josefa Hesiquia Segovia Garza, originaria de esa población (1872-1971). Se establecieron en Victoria y ella se hizo cargo de la crianza de ganado de alto registro, presente durante la exposición Agrícola y Ganadera de 1907. El rancho del matrimonio Duvallón en Villa de Casas se llamaba Margarita. El matrimonio de Josefa y José no procreó hijos, sólo adoptó una niña de apellido Castilla. Mientras radicaban en la capital del país. En 1906 lo encontramos en Colombres -actual Río Bravo- como administrador de la Hacienda La Sauteña, propiedad de Íñigo Noriega.
Director de Agricultura de Colima (1919); Titular de la Dirección de Agricultura de la Secretaría de Fomento, dirigida por el ingeniero Pastor Roauix (1917) y Director Auxiliar de la Comisión Nacional Agraria durante el gobierno de Venustiano Carranza (1916) de quien se ganó una cercana estimación. En diciembre de 1920 la residencia de San Pedro de los Pinos de la Ciudad de México donde vivía, fue asaltada mientras su hija adoptiva Francisca Castilla y parte de la servidumbre se encontraba en ella.
Tras la muerte de Carranza, colaboró en el gobierno del general Álvaro Obregón como Director de Caminos de la Secretaría de Comunicaciones. Es autor de El Estudio sobre el Suelo y sus Principales Elementos (1891) y colaborador del periódico El Demócrata sobre temas agrícolas (1921). Acerca de su fallecimiento se desconoce la fecha.
(Periódico La Voz de México/febrero 10/1893; El Siglo Diez y Nueve 08/01/1891; El Pueblo/diciembre 30/1916; Universal/agosto 16/1894; El Tiempo (marzo/22/1900); El Pueblo/marzo 18/1917; EL Pueblo/3 de marzo/1918;/ El Demócrata/26 de diciembre/1920; (periódico El Pueblo/0ctubre 25 de 1914; Actas de Cabildo del H. Ayuntamiento de Colima/Libro:92, Acta:77, 1919; Fojas: 22f-24f; Clasificación: F35 Posición; Sesión: Ordinaria; 1919-12-10;/ Carta a Venustiano Carranza/Centro de Estudios de Historia de México CARSO/12 de agosto de 1915 /3 fojas; Archivo General de la Nación/Archivos Digitales.)