Según diferentes organismos internacionales y nacionales, persiste un panorama oscuro en el que de cada 10 víctimas de trata de personas sólo se tiene conocimiento de una.
El Índice de los Derechos de la Niñez, elaborado por Mario Luis Fuentes y Saúl Arellano (UNAM, 2018), revela que México es un país inseguro que no logra cubrir a cabalidad los derechos de las niñas y niños, situación que se ha agravado a raíz de la pandemia por el virus SARS-CoV-2, estima la investigadora de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), Carmen Gabriela Ruiz Serrano.
En el contexto del Día Mundial contra la Esclavitud Infantil, que se conmemoró ayer, añade: “Nos encontramos en una situación de urgencia nacional, en la que tenemos que mirar hacia la construcción de escenarios de seguridad que involucren a todos los niveles y las instituciones. No criminalizar las condiciones de pobreza, sino coadyuvar para que los escenarios puedan ser lo suficientemente favorecedores, para que ese sector de la población pueda tener el ejercicio de derechos al que tanto se aspira en nuestra nación”.
La doctora en Trabajo Social señala que las cifras de diferentes organismos internacionales y nacionales acerca de las modernas formas de esclavitud infantil (trabajo y matrimonio forzosos) coinciden en un panorama oscuro en el que de cada 10 víctimas de trata de personas sólo se tiene conocimiento de una.
Según el más reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo y la Organización de Naciones Unidas Estimaciones mundiales sobre la esclavitud moderna (2023), 49.6 millones de personas vivían en condiciones de esclavitud moderna en 2021, de las cuales 27.6 millones se enfrentan a trabajo forzoso; de ellas, 6.3 millones a explotación sexual comercial forzosa, y de ésta última cifra 4.9 millones son mujeres y niñas, es decir, 12 % de las personas de trabajo forzoso son menores de edad y de éstas más de la mitad víctimas de explotación sexual comercial.
“De acuerdo con la UNICEF en nuestro país hay aproximadamente 40 millones de personas niñas –es decir, en el rango de 0 a 17 años–, pero de ellas la mitad vive en condiciones de pobreza, y las que lo hacen en contextos de referente indígena, 9 de cada 10 no logran satisfacer a cabalidad sus necesidades fundamentales, lo que coloca a sus sistemas de familia en una situación de vulnerabilidad”, precisa.
La especialista agrega que de acuerdo con la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL) se sabe que México es la segunda nación de esa zona del planeta con mayor prevalencia en trabajo infantil. Se tiene un estimado de 3.2 millones de niñas y niños a nivel nacional que trabajan entre los 5 y los 17 años.
Adicionalmente, el Buró de Asuntos Laborales Internacionales del Departamento de Trabajo de Estados Unidos estimó que derivado del impacto económico que ha tenido la pandemia por la Covid-19 en 2022 el trabajo infantil habría aumentado 5.5 %, lo que significa un promedio de 177 mil niños y niñas.
Carmen Gabriela RuizTenemos que mirar hacia la construcción de escenarios de seguridad que involucren a todos los niveles y las instituciones”
Escuela Nacional de Trabajo Social
Ese efecto ha sido llamado sindemia por la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) y alude a afectaciones derivadas del SARS-CoV-2 en materia de salud y en cómo atentó a otras esferas, como el acceso al derecho a la educación, que los niños y niñas hayan tenido que salir de los espacios educativos y que en México agudizó las desigualdades que de por sí ya teníamos, precisa la maestra en Terapia Familiar.
Ruiz Serrano añade que los grupos delictivos han venido a aprovechar esta situación de desigualdad y precariedad para utilizar la mano esclava infantil, no sólo en temas de mendicidad forzada, sino además en otras industrias.
“En relación con los estragos o afectaciones que nos dejó la sindemia, tenemos ahora el primer lugar como país productor de pornografía infantil; si esto no nos alerta, no sé qué más tenemos que vivir como sociedad para poder cuestionarnos y resignificar el tipo de relaciones que estamos estableciendo con niñas y niños”, enfatiza.
Un informe elaborado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos estima que de 2017 a 2022 se abrieron un aproximado de 3,896 carpetas de investigación, en las cuales al menos 1 de cada 3 víctimas identificadas se encuentra en el rango de 0 a 17 años, es decir, afectan a niñas, niños y adolescentes y 40 % de estas víctimas identificadas se encuentran en trabajos forzados.
“Esas estadísticas nos dan una cuantificación; sin embargo, las afectaciones a nivel biopsicosociocultural son enormes. Atentar en contra del desarrollo integral de los niños se traduce en contra de la humanidad, y del desarrollo que vamos a tener como sociedad, por lo que es justo colocar la mirada en estrategias que no sólo se centren en las niñas, sino que también puedan cobijar a sus escenarios comunitarios o familiares”, considera la investigadora universitaria.
Contra este problema, Ruiz Serrano invita a reflexionar sobre las violencias que vivimos en nuestro país y sus expresiones relacionadas con la perspectiva adultocéntrica, es decir, pensar que niñas y niños tienen capacidades inferiores respecto al mundo adulto, lo que los invisibiliza como sujetos sociales, actores políticos o productores de cultura.
Responsabilidad social
La experta en trata de personas estima indispensable erradicar prácticas de crianza relacionadas con el abuso corporal como medidas disciplinarias y repensar que la protección de los pequeños es una responsabilidad social, pues el uso del golpe como castigo lo único que hace es generar un tejido hostil y perpetuar la violencia.
“Propongo desplazarnos y pensar en las personas niñas más como sujetos sociales de acción y decisión. Entender que, si bien no tienen una experiencia acumulada como en el mundo adulto, son seres humanos que se encuentran en una etapa de desarrollo con atributos y habilidades. En la medida que reconozcamos este papel protagónico tendremos una sociedad más justa y con mejores condiciones”, finaliza la especialista.
El Día Mundial contra la Esclavitud Infantil recuerda el asesinato de Iqbal Masih en 1995, un pequeño de 12 quien desde los cuatro fue esclavizado, maltratado, pero a los 10 escapó para convertirse en un importante activista por los derechos de la infancia.
Artículo original de: https://www.gaceta.unam.mx/mexico-sin-cubrir-a-cabalidad-los-derechos-de-ninas-y-ninos/?fbclid=IwAR0ZrcXpTBmoOpQzSY1UBv3ltMTLwx3tFtH4aPw2uJtUa5rYyZNkg80LhX8