Colaboración en Julio Astillero y la Jornada San Luis.
Federico Anaya Gallardo:
Cuando finalmente quedó integrado el Comité Técnico de Evaluación (CTE) de 2023 para designar a cuatro consejeros del INE, la derecha quedó a disgusto pero expectante. Veamos quiénes quedaron. Propuestos por la CNDH, están Ernesto Isunza Vera (académico de CIESAS-Golfo) y Araceli Mondragón González (académica de la UAM-Xochimilco). Propuestos por el INAI, Sergio López Ayllón (académico del CIDE) y Maité Azuela Gómez (periodista de El Universal). Propuestos por la Jucopo, Enrique Galván Ochoa (periodista de La Jornada), Andrés Norberto García Repper Favila (abogado ligado a campañas obradoristas) y Evangelina Hernández Duarte (quien ha ocupado cargos diversos en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana federal).
Recordemos que la CNDH debió sustituir una de sus propuestas, retirando la nominación de María del Socorro Puga Luévano –luego de la andanada de críticas por la supuesta falta de “capacidad” de esta persona. Su nueva nominada, Mondragón González, cabía perfectamente dentro del “usual” marco académico y aunque de nueva cuenta el consejo ciudadano de la CNDH se quejó por no haber sido consultado, ya no hubo disputa. El Trife ya había determinado que ese consejo no tiene atribuciones para intervenir en la nominación.
Del otro lado de la trinchera ideológica, López Ayllón había sido criticado por tener “un ‘prejuzgamiento’ que afectar[ía] su imparcialidad”. (Liga 1.) De hecho, se señaló que el exdirector del CIDE es parte de una plataforma de cursos jurídicos llamada Inteli-Iuris que tiene, entre sus aliados estratégicos, a un despacho que ofrece diversos servicios de litigio (medios de impugnación en materia constitucional-electoral). Pese a estos señalamientos, Morena y sus aliados no impugnaron a López Ayllón. Maité Azuela, la otra nominada del INAI, también es considerada como opositora al obradorismo, pero su postulación tampoco fue atacada judicialmente.
Así las cosas, antes de que se decidiesen los tres nominados de la Jucopo las derechas y las izquierdas podían considerarse “empatadas”, con los dos postulados de CNDH en el campo progresista y las dos nominaciones de INAI del lado conservador. Por otra parte, tres de estas cuatro personas provenían de la Academia, siguiendo en esto la misma tendencia de los anteriores CTE.
En ese contexto, las nominaciones de Galván Ochoa, García Repper Favila y Hernández Duarte parecieron romper el balance ideológico. Específicamente, los posicionamientos de García Repper como litigante a favor de Morena en recientes procesos electorales, parecerían inadecuados. Pero, querida lectora, debemos recordar que los CTE previos nunca han sido estrictos en materia de neutralidad: ¿o ya hemos olvidado las nominaciones de los priístas Moreno Collado (2014) y Valadés Ríos (2020)? Por otra parte, las credenciales ciudadanas de Galván Ochoa en La Jornada difícilmente podrían ser impugnadas; mientras que los trabajos de Hernández Duarte en el área de seguridad de la Administración López Obrador fueron de carácter técnico y sin impacto político-electoral.
Así las cosas el CTE 2023 se instaló el jueves 16 de febrero de 2023. (Liga 2.) Cosa interesante, pese a que MC había votado en contra de las nominaciones de Jucopo, el día de la toma de protesta del comité el coordinador de la fracción naranja, Jorge Álvarez Máynez, “manifestó su aprobación por el compromiso que refirieron los integrantes del Comité, especialmente hacia la ciudadanía.” Y aunque PRI, PAN y PRD se habían abstenido en la nominación, la vicecoordinadora perredista, Elizabeth Pérez Valdez le manifestó al CTE 2023 “que las y los mexicanos esperan mucho de [su] trabajo”.
Si la civilidad se imponía entre los partidos que deberán analizar las cuatro quintetas formadas por el CTE 2023, esto no ocurrió en el resto de los actores. Por ejemplo, el Trife intervino de última hora señalando que la quinteta para la consejería-presidencia del INE debería ser sólo de mujeres –porque era obligatorio que en el periodo 2023-2032 la persona titular fuese mujer. Esto es un ejemplo patético de la irresponsabilidad de ese tribunal. Recordemos que las y los magistrados habían revisado la primera convocatoria aprobada por la Cámara de Diputados federal desde el 23 de diciembre de 2022. ¿Por qué no incluyeron este tema en aquella resolución? Como sea, esta aclaración de última hora era innecesaria. El principio de paridad de género se incluyó en la Constitución General desde 2019 y siendo que Lorenzo Córdova Vianello es varón, la próxima presidencia del INE necesariamente debe ser ocupada por una mujer. El CTE 2023, la Cámara de Diputados y la Suprema Corte de Justicia de la Nación están obligadas a aplicar el principio de paridad y por lo mismo, a alternar el género, porque el Artículo 1 Constitucional les obliga a defender el derecho humano a la Igualdad.
Veamos ahora otro principio constitucional duro. La no-reelección se incluyó como parte de las reglas para conformar el Consejo General del INE. El Artículo 41 fracción V Apartado A primer párrafo de la Constitución ordena: “El consejero Presidente y los consejeros electorales durarán en su cargo nueve años y no podrán ser reelectos.” Una prohibición simple y llana.
Sin embargo, la consejera electoral Carla Astrid Humphrey Jordán, designada por la Cámara de Diputados en 2020 y cuyo periodo en el INE terminará en 2029, decidió inscribirse como aspirante a consejera presidenta este año de 2023. Si se permitiese su participación y llegase a ser designada (sea por el voto de 66% de las y los diputados, sea mediante insaculación) entonces su periodo total en el INE sería de doce años. Esta extensión de su mandato como consejera es evidentemente una forma de reelección. Correctamente, el CTE 2023 eliminó a Humphrey de la lista de aspirantes que cumplen con los requisitos.
Recordemos, lectora, el siguiente antecedente: La CNDH nominó a Humphrey Jordán como una de sus personas en el CTE 2020. Rosario Piedra Ibarra debió modificar su propuesta porque Humphrey declaró que ella quería participar en el proceso y ser consejera electoral. En otras palabras, Carla Astrid escogió públicamente ser consejera electoral hace tres años. Tuvo la suerte de que dos tercios de la cámara federal la apoyasen en su pretensión. Conocía las reglas del juego y las aceptó. Aparte, su área de conocimiento es el Derecho (es abogada por el ITAM), por lo que no puede decir que no conocía el impedimento. Si en su plan de vida estaba ser consejera presidenta del INE lo único que debía hacer era esperar, cumplir con excelencia su trabajo en el CTE 2020 y postularse en 2023 para la Presidencia del INE.
Humphrey ha impugnado la decisión del CTE 2023 de excluirla ante el Trife. De nuevo el Lawfare. De nuevo la irresponsabilidad. No debemos sorprendernos. Cuando cabildeó a la bancada de Morena en 2020, ella se había comprometido a respetar el principio de Austeridad Republicana y cumplir el mandato constitucional de no ganar más que el presidente de la República. No cumplió.
Los estadunidenses tienen un dicho: Have one’s cake and eat it too (“Tener su pastel y comérselo”). La idea es que hay personas comodinas que se creen con derecho a disfrutar las partes buenas de algo sin lidiar con los costos o responsabilidades. O más directamente: Hay gente que cree que puede tener dos beneficios simultáneos, aunque estos sean incompatibles. ¿Queremos que una persona así sea la Consejera Presidenta del INE?
La Democracia implica la absoluta libertad de las personas que actúan en política. Esto puede dar pie a comportamientos irresponsables como los que he mencionado aquí. Pero de todo se aprende y todo sirve para hacernos más conscientes.
Artículo original:
https://julioastillero.com/libre-juego-de-fuerzas-autor-federico-anaya-gallardo/
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