Cirila Quintero Ramírez
Desde hace unas semanas se desato una fiebre por atraer la inversión de TESLA a diferentes estados de la República Mexicana, a raíz de las declaraciones del Presidente que el empresario Elon Musk buscaba instalar una planta enorme (llama gigafábrica) para producir autos eléctricos de bajo precio (https://es-us.finanzas.yahoo.com/noticias/l%C3%B3pez-obrador-confirma-tesla-instalar%C3%A1-164547449.html). De entrada, el Presidente dijo que le solicitaría a Musk que viera al sur como una región potencial para establecer su planta, (https://www.eleconomista.com.mx/empresas/AMLO-dice-que-no-hay-decision-tomada-sobre-ubicacion-de-la-inversion-de-Tesla-20230220-0024.html), algo muy congruente con el proyecto que planteo al inicio de su administración a INDEX, agrupación más importante de maquila, en el año 2019, en torno a que la maquila se instalara en el sur. La petición estaba relacionada con la “cortinas” para frenar la migración, sin embargo, el capital tiene lógicas de establecimiento muy diferentes, alejadas de los planes nacionales gubernamentales. El presidente también enunció que la inversión no se iría a Nuevo León, estado que ya había visitado y recorrido desde el aire Musk, en compañía del gobernador Samuel García y su esposa Mariana Rodríguez, desde octubre de 2022, dado la falta de agua, y que se insistía el gobierno no daría los permisos correspondientes, https://playersoflife.com/monterrey/amlo-amaga-con-no-dar-permisos-si-tesla-elige-nuevo-leon/
Ante esta situación, ¡13 estados, a través de sus gobernadores, “levantaron la mano” para recibir la inversión! (https://oncenoticias.digital/economia/13-estados-levantan-la-mano-para-ser-sede-de-tesla/229032/) Así de necesitados estamos de inversión. La experiencia de TESLA debería mover a la reflexión empresarial y gubernamental de la enorme dependencia que tenemos de la inversión extranjera, en lugar de estimular y balancearla con la inversión nacional. Despues de una serie de conversaciones entre el mandatario mexicano y el empresario, TESLA se quedó en Nuevo León como había previsto Musk desde el inicio, https://www.xataka.com.mx/automovil/amlo-elon-musk-tuvieron-llamada-habra-planta-tesla-mexico-estara-nuevo-leon. La resolución no debería extrañarnos porque el capital no se somete a los órdenes o deseos de los gobiernos nacionales. Los inversionistas corporativos o individuales definen en sus cuarteles generales, después de minuciosos estudios en sus costos los lugares donde se establecer, y ven al mundo como un gran tablero de ajedrez en dónde mueven sus inversiones como más le convenga. Si los gobiernos nacionales no lo aceptan simplemente se retiran. Ante la actitud del gobierno mexicano, se empezaron a mencionar lugares alternativos a la inversión como como Bangladesh o el mismo Estados Unidos en la región de Austin. El capital goza de una total libertad para instalarse donde desee. Analistas, como David Harvey, muestran la enorme movilidad de que goza el capital y lo difícil de ponerle límites. Otros como Jefferson Cowie, en su libro Capital Moves, muestra con el ejemplo de RCA como la gran trasnacional de televisores se ha movido entre Estados Unidos y México, siempre buscando la mano de obra barata, sin ningún freno gubernamental.
El capital no solo termina tomando las decisiones más convenientes para sus intereses, sino que los gobiernos nacionales, los estatales y locales, ilusionados por la enorme cantidad de empleos, más no calidad, que va a crear, les ofrecen a los inversionistas toda clase de facilidades y ventajas; infraestructura, mano de obra, logística, etc, y lo más preocupante, las distintas localidades entran en competencia entre ellos para atraer a la inversión, buscando ser el más atractivo para el inversionista y así derrotar a los otros que buscan la atracción de la inversión. Este proceso se denomina whipsawing y se trataría de la competencia que el capital desata tanto a nivel empresa entre trabajadores para elevar su rendimiento, como entre compañías para elevar la productividad, o bien entre países, para elegir dónde colocar sus inversiones. Los gobernantes deberían ser conscientes de como el capital los confronta, y en su lugar crear alianzas en donde no solo uno se beneficie sino varios y su poder de negociación con el inversionista sea mayor, salvo el trabajo conjunto de Nuevo León con Jalisco, no se difundieron otras estrategias conjuntas que hayan surgido durante esta búsqueda para atraer la inversión.
La experiencia de TESLA también saco a la luz, las atrasadas y tradicionales formas gubernamentales que existen para atraer inversiones, exención de impuestos, dotación de terrenos, mano de obra abundante, infraestructura, suficientes recursos naturales, etc (https://www.tyt.com.mx/nota/los-11-estados-que-levantan-la-mano-para-la-planta-de-tesla-en-mexico), en lugar de un esquema más estructurado que combinará las ventajas para TESLA y para la localidad y las comunidades de donde se establecen. En ningún ofrecimiento leí o escuche que mencionara el involucramiento y la responsabilidad de TESLA desde el inicio con sus trabajadores y con las comunidades en donde se instalaría. Los estados deberían atraer inversiones diciendo lo que ofrecen, pero también las obligaciones que adquieren al establecerse en sus localidades, como salarios dignos, condiciones laborales justas, compromiso con el medio ambiente, etc. Hay que terminar con la mentalidad de sujeción y esclavista de dar todo al capital sin exigir su compromiso social.
Por otra parte, a la luz de experiencias industriales anteriores, los gobiernos deberían terminar con sus planes y decisiones cortoplacistas, es decir, no solo pensar en los empleos que creará la inversión en el corto plazo sino evaluar los costos que esto traerá y como la empresa puede colaborar con los gobiernos para asumir estos costos. La historia industrial y laboral de nuestro país está llena de ejemplos de inversiones que llegaron, trajeron auge por un tiempo a las localidades y después de unos años, algunas veces de décadas, como industrias automotrices, las mineras, siderúrgicas, etc, dejaron pueblos fantasmas, o ciudades abandonadas en donde la población asumió los costos laborales como los despidos y afectación de las familias de los trabajadores en Fundidora de Monterrey, o bien los mineros en Coahuila, y como ellos o sus hijos tuvieron que desplazarse a otros lugares para buscar trabajo. Por esta historia, es recomendable frenar la euforia y el beneplácito del gobierno mexicano, y sobretodo neolonés, de lo que representa esta inversión y estar comenzar a preparar, al lado de la construcción de la empresa, un proyecto social de cómo está planta sería la primera autosustentable y responsable no solo con sus trabajadores sino con sus alrededores.
La interrogante que surge sería: ¿estamos en los albores de una nueva era de industrialización responsable, sustentable, etc? En donde el papel de los gobiernos resulta central, o bien en el corto o mediano plazo, el gobierno neolonés estará solucionando las problemáticas sociales, como sería la falta de agua, migración acentuada, salarios buenos pero sin poder adquisitivo para vivir dignamente, que conlleva esta instalación? El preámbulo de la instalación, no ha sido prometedor, ni innovador, mientras los propósitos de TESLA de porque instalarse en Santa Catarina han sido muy claros, como sería la cercanía con la frontera, la exención de impuestos para exportar, existencia de proveedores, mano de obra calificada, etc (https://www.msn.com/es-mx/dinero/noticias/cinco-razones-por-las-que-tesla-quiere-llegar-a-nuevo-le%C3%B3n-y-no-a-otros-estados/ar-AA181OLG?ocid=winp1taskbar&cvid=0ec4ef605daf4900b43653aa7ec17322&ei=46)., por el otro lado, el gobierno neolonés no ha enunciado de manera clara las ventajas industriales y sociales que traerá esta planta al estado. Hemos oído la creación de empleos, salarios buenos, aunque más bajos que en la frontera, creación de proveedores, sin embargo, habría que recordarle que esa historia es la misma que se contaron los gobernantes fronterizos hace más de cinco décadas con la instalación de maquiladoras del norte de México. Sin embargo, también podemos comentarle que muchos de estos objetivos no se cumplieron. Por ejemplo, en la parte industrial, ciertamente, surgieron pequeños y medianos proveedores pero desaparecieron cuando la gran maquiladoras para las que producía cerraron sus puertas; en la parte laboral, no fue mejor, miles de empleados han sido despedidos cada vez que hay crisis económicas internacionales, en ambos casos han sido los gobiernos locales y los trabajadores, los que han asumido el costo de un proyecto industrial en donde solo se pensó en el beneficio del empresariado pero no en el de los trabajadores y de las ciudades receptoras. Ojalá y Nuevo León en diez o veinte años cuente una historia no solo de éxito empresarial de TESLA sino de los empleos dignos y las comunidades sostenibles que generó su instalación en Nuevo León.
Fuente: https://www.colef.mx/opinion/la-teslamania-y-la-ilusion-de-poder-controlar-y-atraer-al-capital/