Federico Anaya Gallardo
El domingo 26 de febrero de 2023 un convoy de cuatro vehículos de los dragones urbanos de Nuevo Laredo abatió en la colonia Cavazos Lerma de aquella ciudad fronteriza a los jóvenes Gustavo Pérez Beriles, Wilberto Mata Estrada, Jonathan Aguilar Sánchez, Alejandro Trujillo Rocha y Gustavo Ángel Suárez Castillo. Todos tenían entre 20 y 25 años. Sobrevivieron al incidente un herido grave (Luis Gerardo “N”) y un joven ileso (Alejandro Pérez Beriles). (Ligas 1 y 2.) Este último relató que los militares le preguntaron si quería vivir y ante su obvia afirmativa, lo grabaron diciendo que ellos, los jóvenes, tenían la culpa de lo ocurrido y que venían huyendo. (Liga 3.)
Que ese video de celular no haya visto la luz pública y que, en cambio, desde el jueves 2 de marzo de 2023 el capitán Elio “N” haya reportado que la tropa bajo su mando abrió fuego sin provocación y sin órdenes, nos indican que ¡al fín! algo está cambiando. (Liga 4.)
Pero no echemos campanas al vuelo, lectora. Nunca jamás –ni siquiera en momentos de transformación y ni aún bajo gobiernos progresistas– se logran avances sin el esfuerzo desde abajo de todas y todos. Recordemos que, al inicio, el mayor escándalo del 26 de febrero fueron los videos en que veíamos a los vecinos de la colonia Cavazos Lerma confrontando a los militares –y a estos disparando al aire y al suelo sus armas. (Liga 5.) Luego nos enteramos que esas escenas eran la segunda parte de la tragedia de los jóvenes acribillados. La agresión ocurrió en la madrugada, todavía oscuro, y a las pocas horas la gente, ya de por sí molesta, se oponía a que fuesen los militares quienes se llevasen la camioneta en que fueron asesinados los muchachos. Imaginaban que esas maniobras servirían sólo para el encubrimiento. Después de todo, esas vecinas y vecinos habían visto el estado en que quedaron los cadáveres. El 1 de marzo de 2023, El País publicó un reporte de Pablo Ferri sobre las autopsias: “Un cuerpo con 12 heridas de bala y la cabeza destruida, otro con 10 y la espalda y las piernas hechas pedazos, otro con un único tiro en la sien…” (Liga 6.)
Ferri no es cualquier reportero (que luego pecan de superficiales) y no habla únicamente desde una de las tribunas periodísticas que hoy suelen atacar al obradorismo (El País). En 2019, Daniela Rea, Mónica González Islas yél publicaron La Tropa: Por qué mata un soldado (México: Aguilar). El proyecto que dio origen a este libro se llamó cadenademando.org y lo patrocinó no sólo El País sino PiédePágina –una red de medios independientes y populares mexicanos que hoy en día no se ha sumado al coro anti-populista y que acompaña críticamente al obradorismo hecho gobierno. Rea, González y Ferri dedicaron casi cuatro años (2016-2019) a estudiar cómo es que se generan y se obedecen las órdenes que terminan en la muerte de una persona.
Así que podemos confiar en los ojos y claves con las cuales Ferri realizó su nota del 1 de marzo. Ese día, El País tuvo acceso al informe que sobre las necropsias realizó la Fiscalía General de Justicia del Estado de Tamaulipas –en apoyo técnico a las diligencias que realiza la Fiscalía General de la República. Las cinco víctimas recibieron en total 30 balazos. Las autopsias revelaron que los disparos les alcanzaron desde tres direcciones distintas –lo que corresponde al número de vehículos militares involucrados (cuatro). Se puede presumir que hubo unas sesenta detonaciones en total. Ferri también visitó el lugar de los hechos y reportó que los balazos afectaron también “una vivienda cercana a la masacre, en la fachada y los cuartos interiores, donde viven un matrimonio mayor, su nieto, su esposa y los hijos de ambos, de dos y cuatro años. Ninguna de estas personas sufrió heridas.” Si recordamos, lectora, que en el vehículo de los jóvenes no había armas ni nada ilegal, es patente el abuso en el uso de la fuerza.
Al día siguiente de que El País publicó su nota, el 2 de marzo de 2023, Ferri participó en Momentum, un espacio noticioso creado por PiédePágina y RompevientoTV. (Liga 7.) Allí, el periodista y sus anfitriones (Ernesto Ledesma y Violeta Núñez) debatieron la especie (es decir, el rumor sin fundamento) de que los jóvenes estaban de alguna manera involucrados en el crimen organizado. Ferri explicó que había platicado con el padre de Wilberto, uno de los asesinados, quien iba de copiloto. Ferri le preguntó sobre las actividades de su hijo. El periodista aclaró que “no era ningún secreto para entonces que en redes sociales estaban circulando fotos de su hijo con armas de alto poder, con equipo táctico y junto a vehículos serigrafiados con las letras ‘cdn’ (Cartel del Noreste). Esto es una realidad y no hay por qué ocultar[la].” Así las cosas, preguntó al padre si sabía de lo que estaba saliendo en las redes. El padre respondió que no, pero que “una vez sí le [vio] que se había tomado una foto con una pistola, hace años, pero ya le regañé”. (Nota lectora, el tiempo presente del deudo que acaba de perder a su hijo.) Ferri le dijo que estas fotos eran más serias y preguntó al padre si podía enseñárselas. El padre aceptó. Las observó y “se [le] quedó mirando [a Ferri] y … [le] dijo que nada que ver”. Ferri nos recuerda que el padre estaba en medio del velorio, atravesado por el dolor. (entrevista, minutos 15:30 & ss.)
Hasta allí el reporte puntual de los hechos. Entonces el reportero nos da su opinión sobre lo reportado: “—Si me preguntas a mí, pues no creo que ‘nada que ver’ sea la realidad. Yo supongo que este chico … sí había estado estaba metido en cuestiones del crimen organizado en la ciudad. Pero la realidad es que el sábado [25 de febrero] por la noche [los chicos] habían estado en una discoteca. No tenían armas. No tenían cartuchos. [El 26 de febrero] no les dispararon a los militares”.
Exactamente lo que dijo el presidente López Obrador en La Mañanera de ese mismo 2 de marzo de 2023: “… aclarar una cosa: aunque se trate de supuestos sicarios, no se debe de permitir la ejecución de nadie. Ya no estamos en el tiempo de ‘mátalos en caliente’ o ‘remátalos’, no, eso no”. (Liga 8.)
Por eso mismo es que el comandante supremo anunció desde el 2 de marzo de 2023 que el general secretario de la Defensa Nacional solicitó la intervención de la CNDH. Y por eso mismo es que el subsecretario de derechos humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez, señaló el 15 de marzo de 2023 que los hechos señalaban con toda claridad que los jóvenes iban desarmados, que no hubo enfrentamiento con los militares y que por lo mismo estamos ante una ejecución extrajudicial. (Liga 9.)
Para terminar, regresemos a Ferri y la mesa de Momentum. Dijo allí el reportero que los rumores acerca de la filiación de las víctimas con el crimen organizado son “una nebulosa en la que se trata de, pues bueno, de distraer la atención de lo que realmente es importante” (entrevista, 16:41-16:50). Tiene razón. ¿A quién beneficia esa nebulosa?
Recordemos que el pasado 12 de marzo de 2023 marcharon en varias ciudades militares y familiares de militares protestando, entre otras cosas, contra la investigación a que están sometidos quienes ejecutaron a los cinco de Nuevo Laredo. Es decir, una protesta que demanda la impunidad de los militares. (Liga 10.) Hubo dos mil personas en la Ciudad de México.
No es prudente ignorar la potencial liga entre todos los hechos que te he comentado el día de hoy, lectora. Por un lado, el comandante supremo –quien ordenó desde 2018 detener cualquier agresión y no comprometerse en enfrentamientos– subrayó que no se permitirían estas violaciones de derechos humanos. El alto mando invitó a la ombudswoman a investigar. El subsecretario civil del ramo califica los hechos como ejecución. Por otra parte, los medios tradicionales y las redes presentan a las víctimas como “malos” justificando la violencia que recibieron; y luego se organizan marchas pidiendo la impunidad. Lo primero es la acción de un gobierno que prometió no violar derechos humanos. Lo segundo es la reacción de los violadores.
Algunos comentaristas subrayaron que en las marchas de militares veíamos al pueblo: “Con esta #MarchaVerdeOlivo queda claro que hay militares de arriba y militares de abajo. A estos últimos tampoco les gusta el estado de cosas. #TodosTenemosDerechos #NoALaMilitarizacion”. (@Chamberlin_MW, Liga 11.) Improbable.
En todos los precedentes (los pocos que hay) de movilizaciones callejeras de militares la demanda ha sido la contraria: el general Gallardo demandaba un ombudsman militar, el teniente coronel Hildegardo Bacilio Gómez denunciaba las iniquidades de la justicia militar. Los varios casos que se han reportado recientemente siguen el mismo patrón: en ninguno se pide la impunidad, en ninguno de defiende la violación de derechos humanos. Para entender la reciente marcha, debemos recordar, lectora, que el coronel Ramírez Canchola debió dejar en octubre de 2022 el mando del 16 Regimiento de Caballería Motorizada, el de dragones urbanos de Nuevo Laredo, por otras ejecuciones extrajudiciales. Las “marchas militares” son aliento de dragones mayores: esos mandos violadores de derechos humanos a quien Beatriz Pagés, desde Siempre!, lleva años invitando a que desobedezcan al presidente de la República.
Ligas usadas en este texto:
Liga 1:
https://politica.expansion.mx/mexico/2023/03/02/que-paso-nuevo-laredo-tamaulipas-jovenes-muertos
Liga 5:
https://twitter.com/TMattiaceHRW/status/1630100683566219265
Liga 7:
https://www.youtube.com/watch?v=aIVtJJwZlro
Liga 11:
https://twitter.com/Chamberlin_MW/status/1635119339144880129