Por Hilario Ledezma Loredo
Se dice que James Carville fue el cerebro y estratega de la triunfadora campaña de Bill Clinton a la Presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica.
Una de sus frases o puntos centrales fue “la economía, estúpido”, de ahí la frase se ha ido deformado o mejor dicho, ajustándola a un tema al que no se le da la importancia adecuada.
El recién estrenado Gobierno de Tamaulipas no se ha apoderado todavía del gobierno ni de la gobernabilidad ni de las instituciones.
El pueblo le dio a Morena en el 2021 la mayoría en el Congreso con el propósito de frenar a Francisco García y a su desprecio por la ley, a sus excesos.
La torpeza morenista, que no se justifica ni con las traiciones, le dio al PAN una mayoría que el pueblo no le había otorgado, o sea que los morenistas traicionaron al pueblo, no cumplieron con la orden de apoderarse del Congreso, se los quitaron con una facilidad de risa.
La mayoría panista modificó la constitución y le puso candados al propio Congreso para reformarla, nombró a un fiscal a modo y le hizo una superfiscalía, llenó el Poder Judicial de personas que además de no ser imparciales ni honestas, tampoco habían destacado en el ámbito jurídico y mucho menos tenían trayectoria judicial.
Ese Congreso aprobó cuentas públicas sospechosas, nombró fiscales, consejeros del ITAIT, consejeros de la Judicatura, regalaron seguridad al gobernador prófugo y demás desmanes que dificultan y dificultarán gobernar al recién instalado gobierno.
El gobierno estatal se propone crear y fusionar secretarías, nombrar jueces, echar abajo decisiones del Congreso, hay que aprobar presupuestos y muchas cuestiones que requieren de la aprobación de los diputados.
Lo que parecen ignorar y olvidar los ¿operadores? ¿asesores? del gobierno es que no tienen la mayoría en el Congreso, que sus diputados no tuvieron la habilidad de tomar el control y terminaron sacados hasta de la Junta de Coordinación Política, la que les regresaron al último, después de que el PAN-Cabeza ya habían cumplido su cometido, blindarse contra el nuevo gobierno, como dice mi abuela “ya pa qué”.
Todos en la calle dicen y saben que se necesita un peso completo (había esperanzas con Santiago Nieto) para negociar y, si se necesita, doblar jueces, fiscales, diputados, comisionados, alcaldes e imponer la voluntad ciudadana de que el gobernador Américo Villarreal aplique sus ideas y propuestas, decisiones que a final de cuentas terminarán decidiéndose en el Congreso.
Pero para todo eso se requiere de alguien que sea un político experimentado que pueda negociar con mano derecha y mano izquierda con los diputados propios, extraños, enemigos, socios de ocasión y traidores.
El peso completo que designaron para esa tarea se llama Rómulo César Pérez (subsecretario de enlace legislativo), con amplia experiencia en acomodar archivos en dependencias públicas, en pegar calcomanías y defender al PRI, hablar mal del Peje y de los chairos en redes sociales, en ser chofer asistente-carga maletas-asesor (todavía no se ponen de acuerdo del cargo y tareas que hacía) de diputados de Morena, en ser aplaudidor y asistente a mítines de campaña, pero no en tareas legislativas.
Como presidente del Consejo de Morena se desapareció en los momentos finales de la validación del triunfo del Dr. Américo Villarreal, no se le vio organizando o exigiendo el respeto a la elección, apareció días después para festejar (con conferencia de prensa y todo).
Para su nuevo cargo tiene la desventaja de no ser abogado, y además, no se tiene conocimiento de que tenga una trayectoria académica significativa (egresado del CEU, una escuela patito de Nuevo León, muy por debajo en calidad y prestigio de la UANL, la UDEM y el ITESM, que son las instituciones emblemáticas de esos lares como licenciado en ¿administración de empresas!!!!!?).
Presume de tener una maestría en Ciencias Políticas, pero al pedir referencias nos pasaron el dato de que nada más cursó dos materias en la UAT, no llegando más lejos porque lo reprobaron por presentar un trabajo final plagiado en una materia, desconociéndose si obtuvo ese grado en alguna otra institución seria o patito.
Los morenos dicen que tal personaje, como presidente del Consejo estatal está impedido para ocupar un cargo público y debe escoger entre el partidista y la subsecretaría.
La discusión verdadera es si ese individuo tiene las credenciales, experiencia, conocimiento y carácter para negociar con los diputados todos los temas pendientes, sin los que el gobernador no podrá tomar realmente el poder, sanear instituciones, o presentar proyectos innovadores.
Sus asesores cercanos deberían orientarlo al respecto, les sugiero que no utilicen la frase de la campaña de Clinton, pero le podrían decir “Señor, es muy importante la negociación con el Congreso, hay que poner a una persona capaz (y sin deudas alimentarias)”.