Victoria y Anexas
Ambrocio López Gutiérrez
Liquidadas electoralmente las fuerzas conservadoras en Tamaulipas la democracia se abrió paso y Tamaulipas se sumó al resto de las entidades de la república que han probado el llamado matrimonio igualitario. No importa que haya sido el último estado en sumarse a la corriente progresista, lo importante es que esa decisión del congreso local es una de las más relevantes evidencias de que las cosas comienzan a cambiar con un gobierno de izquierda como el que encabeza el cardiólogo Américo Villarreal Anaya quien ha manifestado en todos los foros donde se ha presentado que no dará tregua a la lucha que se libra a nivel nacional contra la corrupción.
Tradicionalmente la familia se componía de un padre (hombre) que tenía el rol de proveedor, de ahí el concepto de patrimonio; de una madre (mujer) cuya principal propósito era la reproducción de la especie. Por lo anterior, los que se oponen a las uniones entre personas del mismo sexo dicen que no se les puede llamar matrimonios porque implicaría que uno de los contrayentes pueda ser madre. Al margen de las consideraciones semánticas, la tendencia internacional es reconocer legalmente a las parejas que ya existían más las que se formen con las ventajas jurídicas como poder heredar bienes, recibir atención médica como dependiente del cónyuge. Lo cierto es que miles de hombres y mujeres de Tamaulipas están felices porque podrán casarse con quien se les de su regalada gana y gozar de todos sus derechos. El amor venció.
El medio digital publimentro.com.mx reseñó el acontecimiento: Con 23 votos a favor, 12 en contra y una abstención, el Congreso de Tamaulipas aprobó el matrimonio igualitario. En una sesión plagada de reclamos de grupos religiosos, los legisladores tamaulipecos aprobaron la reforma al artículo 132 del Código Civil de la entidad, por lo que las bodas entre parejas del mismo sexo ya son legales en todo el territorio mexicano. La tarde del 26 de octubre el pleno del Congreso estatal aprobó el dictamen propuesto por la diputada del Partido Acción Nacional (PAN) y ex militante de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Nancy Ruiz Martínez, el cual señala la inconstitucionalidad de la prohibición de los matrimonios igualitarios que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha reiterado.
La discusión del dictamen arrancó minutos antes de las 17 horas, en medio de un ambiente tenso entre grupos religiosos y miembros de la comunidad LGBT+, quienes se dieron cita en el recinto legislativo; sin embargo, fueron los colectivos religiosos, encabezados por los exdiputados locales Humberto Barrientos Barrón y Arturo Soto Alemán, quienes con gritos y cantos como “sólo Dios hace feliz al hombre”, intentaron reventar la sesión, y los legisladores tuvieron que cambiar la discusión a una sede alterna. Tamaulipas era el único estado de la República en el que se mantenía la prohibición a los matrimonios igualitarios, apenas unas horas después de que el Congreso de Guerrero le diera el sí a las uniones igualitarias el 25 de octubre.
Por cierto, Erick Jassiel Guzmán Ovalle, estudiante de la UAM de Ciencias, Educación y Humanidades, nos comparte fragmentos de su lectura de El Arte de Amar, del filósofo y sociólogo europeo Erick Fromm: No se trata de que piense que el amor carece de importancia. El matrimonio se efectuaba por un convenio, ese nuevo concepto de la libertad en el amor debe haber acrecentado enormemente la importancia del «objeto» frente de la función. Una mujer o un hombre atractivo son los premios que se quiere conseguir, de ese modo, dos personas se enamoran cuando sienten que han encontrado el mejor «objeto» disponible en el mercado, dentro de los límites impuestos por sus propios valores de intercambio, un error que lleva a suponer que no hay nada que aprender sobre el amor, radica en la confusión entre la experiencia inicial del «enamorarse» y de «permanecer» enamorado.
Si dos personas que son desconocidas dejan caer de pronto la barrera que las separa, ese momento de unidad constituye uno de los más estimulantes y excitantes de la vida, más personas que han vivido encerradas, suele verlo facilitado si se combina o inicia con la atracción sexual y su consumación. No existe ninguna actividad que se inicie con tantas esperanzas y expectaciones no obstante fracase tan a menudo como el amor. Si ello ocurriera con cualquier otra actividad que se inicie la gente estaría ansiosa por corregir sus errores o renunciaría a la actividad adecuada de superar el fracaso del amor, examinar las causas de tal fracaso y estudiar el significado del amor. El primer paso a dar es tomar conciencia de que el amor es un arte, debemos proceder en la misma forma en que lo haríamos si quisiéramos aprender cualquier otro arte.
EL AMOR ES LA RESPUESTA al problema de la existencia humana. Cualquier teoría del amor debe comenzar con una teoría de la existencia humana y lo esencial en esto es el hecho de que ha emergido del reino animal. También existe la unión basada en la conformidad con el grupo, sus costumbres, prácticas y creencias y a veces el miedo a la no-conformidad se racionaliza como miedo a los peligros prácticos que podían amenazar al rebelde y la mayoría de la gente que ni siquiera tiene conciencia de su necesidad de conformismo porque hoy en día la igualdad significa identidad antes de unidad, la proposición de la filosofía del iluminismo, el alma no tiene sexo se ha convertido en una práctica general, la polaridad de los sexos está desapareciendo y con ella el amor erótico, que se basa en dicha polaridad, hombre y mujer son idénticos, no iguales.
La solución plena en el logro de la unión interpersonal, la fusión con otra persona, en el amor, ese deseo de fusión interpersonal es el impulso más poderoso que existe en el hombre, la incapacidad para alcanzarlo significa insana destrucción de sí mismo o de los demás, sin amor la humanidad no pudiese existir, si llamamos al amor al logro de la unión interpersonal estamos en serias dificultades ya que debemos saber a qué clase de unión nos referimos cuando hablamos del amor. En contraste con la unión simbiótica, el amor maduro significa unión a condición de preservar la propia integridad, la propia individualidad. El amor es un poder activo en el hombre, en el sentido moderno se refiere a una acción que mediante un gasto de energía, produce un cambio en la situación existente, así un hombre es activo si trabaja, estudia, hace deporte, sin tomar en cuenta que esto lo podría estar haciendo por una profunda sensación de inseguridad.
El ejemplo de la culminación sexual masculina radica en el acto de dar, darse a sí mismo, dar un orgasmo, dar su semen, el proceso no es diferente en la mujer, si bien algo más complejo, en la esfera de las cosas materiales, dar significa ser rico aunque no es rico el que tiene mucho si no el que da mucho, sin embargo la esfera más importante del dar es el dominio de lo específicamente humano porque el hombre da de sí mismo, de lo más preciado que tiene, de su propia vida, de su tristeza, de su alegría, de su interés, de su humor, de todas las expresiones y manifestaciones y de lo que está vivo en él sin que esto represente el sacrificio de su propios gustos o placeres, pero no solo en lo que atañe al amor significa recibir además del elemento del dar el carácter activo del amor se vuelve evidente en el hecho de que implica ciertos elementos básicos, comunes a todas las formas del amor. Esos elementos son cuidados, responsabilidad, respeto y conocimiento para que el amor sea la preocupación activa de la vida y el crecimiento de lo que amamos porque cuando falta esta preocupación activa no hay amor, se ama aquello por lo que trabaja y se trabaja por lo que se ama.
El cuidado y la preocupación implican otro aspecto del amor que es la responsabilidad que significa estar listo y dispuesto a responder y aunque podría degenerar fácilmente en dominación y posesividad, si no fuera por el respeto que no significa miedo o sumisión si no la capacidad de ver a una persona tal cual es, preocupándose por que se desarrolle tal como es ya que el amor es un hijo de la libertad, nunca de la dominación. El amor es la penetración activa en la otra persona, en la que la unión satisface mi deseo de conocer y como el amor es la única forma de conocimiento, que, en el acto de la unión, satisface mi búsqueda, la única forma de alcanzar el conocimiento total consiste en el acto de amar ese acto trasciende el pensamiento, trasciende las palabras sin embargo el conocimiento psicológico es una condición necesaria para el pleno conocimiento en el acto de amar, tengo que conocer a la otra persona y a mí mismo objetivamente para poder ver la realidad. La psicología como ciencia tiene limitaciones y así como la consecuencia última de la psicología es el amor. El problema de la polaridad hombre-mujer lleva a ciertas consideraciones posteriores sobre la cuestión del amor y el sexo, de hecho la atracción erótica no se expresa únicamente en la atracción sexual.
El amor entre padres e hijos. El amor infantil sigue el principio «Amo porque me aman», el amor maduro obedece al principio «Me aman porque amo», el amor inmaduro dice «Te amo porque te necesito» y el amor maduro dice «Te necesito porque te amo». En los primeros meses y años de vida, la relación más estrecha del niño es la que tiene con la madre, su nacimiento modifica la situación en algunos aspectos, pero tanto como pareciera todavía depende por completo de la madre, pero día a día se hace más independiente, la relación con la madre pierde algo de su significación vital, la relación con el padre se torna cada vez más importante. Para comprender ese paso de la madre al padre, debemos considerar las esenciales diferencias cualitativas entre el amor materno y el paterno. El padre es el que enseña al niño, el que le muestra el camino hacia el mundo y vincula al desarrollo económico- social.
EL AMOR PATERNO es condicional, su principio es «te amo porque llenas mis aspiraciones, porque cumples con tu deber, porque eres como yo», este amor al igual que el de la madre tiene un aspecto negativo y otro positivo, el negativo consiste en el hecho mismo de que el amor paterno debe ganarse, de que puede perderse si uno no hace lo que de uno se espera, el aspecto positivo es igualmente importante. La persona madura se ha liberado de las figuras exteriores de la madre y del padre, y las ha fundado en su interior, y en contraste con el concepto freudiano del súper yo, las ha construido en su interior sin incorporar al padre y a la madre, sino elaborando una conciencia materna sobre su propia capacidad de amar, y una conciencia paterna fundada en su razón y su discernimiento. En esa evolución de la relación centrada en la madre a la centrada en el padre, y su eventual síntesis, se encuentra la base de la salud mental y el logro de la madurez, destacó el estudiante de la UAT.
El joven Guzmán Ovalle abordó también los objetos amorosos. El amor no es esencialmente una relación con una persona específicamente; es una actitud, una orientación de carácter que determina el tipo de relación de una persona con el mundo como totalidad, no con un objeto amoroso. La mayoría de la gente no comprende que el amor es una actividad, un poder del alma, cree que lo único necesario es encontrar un objeto adecuado y que después de todo viene solo. Dicen que el amor es una orientación que se refiere a todos y no a uno, la idea de que no hay diferencias entre los diversos tipos de amor, que dependen de la clase de objeto que se ama.
Amor fraternal. Es básico en todos los tipos de amor, por él se siente el sentido de la responsabilidad, cuidado, respeto y conocimiento con respecto a cualquier otro ser humano, el deseo de promover su vida, este se le entrega a todo ser humano; se caracteriza por su falta de exclusividad. Amor materno. Es una afirmación incondicional de la vida del niño y sus necesidades, la afirmación de la vida de un niño presenta dos aspectos, el cuidado y la responsabilidad necesarios para la conservación de la vida de un niño y su crecimiento. Es la actitud que inculca en el niño el amor a la vida, que crea en él el sentimiento de «es bueno estar vivo, es bueno ser una criatura, es bueno estar en la tierra», estos dos aspectos del amor materno se expresan muy brevemente en el relato bíblico de la creación. Dios crea el mundo y al hombre, sin embargo la verdadera realización del amor materno no está en el amor de la madre al pequeño bebé, sino en su amor por el niño que crece.
Amor a sí mismo. El amor es indivisible en lo que atañe a la conexión entre los objetos y el propio ser. El amor genuino constituye una expresión de la productividad, y entraña cuidado, respeto, responsabilidad y conocimiento, de ello se deduce que la persona deba ser objeto del mismo amor al igual que la otra persona. La información de la otra vida, felicidad, crecimiento y libertad propios, está arraigada en la propia capacidad de amar, esto es, en el cuidado, el respeto, la responsabilidad y el conocimiento. El egoísmo y el amor a sí mismo, lejos de ser idénticos, son realmente opuestos. El individuo egoísta no es sino la expresión de su falta de productividad, lo deja vacío y frustrado, es verdad que las personas egoístas son incapaces de amar a los demás, pero tampoco pueden amarse a sí mismas, acotó el alumno de la licenciatura en Ciencias de la Educación.
Amor a Dios. El amor a Dios tiene tantos aspectos y cualidades distintos como el amor al hombre y en gran medida encontramos en él las mismas diferencias. En el grado en que Dios representa la realidad esencial y la mente humana percibe la realidad en contradicciones, no puede hacerse afirmación positiva alguna acerca de Dios, examinando la diferencia entre la lógica aristotélica y la paradójica con el propósito de preparar el terreno para una importante distinción en el concepto del amor a Dios. Los maestros de la lógica paradójica afirman que el hombre puede percibir la realidad sólo en contradicciones, y que su pensamiento es incapaz de captar la realidad-unidad esencial, lo Uno mismo, llegando así a la conclusión de que el amor a Dios no es el conocimiento de Dios mediante el pensamiento, ni el pensamiento del propio amor a Dios, sino el acto de experimentar la unidad con Dios. En el sistema religioso occidental predominante, el amor a Dios es lo mismo que la fe en Dios, en su existencia, en su justicia, en su amor es una experiencia mental.
LA TEORÍA DEL AMOR. Cualquier teoría del amor debe comenzar con una teoría del hombre, de la existencia humana. Si bien encontramos amor, o más bien, el equivalente del amor, en los animales, sus afectos constituyen fundamentalmente una parte de su equipo instintivo, del que sólo algunos restos operan en el hombre. Lo esencial en la existencia del hombre es el hecho de que ha emergido del reino animal, de la adaptación instintiva, de que ha trascendido la naturaleza -si bien jamás la abandona y siempre forma parte de ella- y, sin embargo, una vez que se ha arrancado de la naturaleza, ya no puede retornar a ella, una vez arrojado del paraíso un estado de unidad original con la naturaleza- querubines con espadas flameantes le impiden el paso si trata de regresar. Cuando el hombre nace, tanto la raza humana como el individuo, se ve arrojado de una situación definida, tan definida como los instintos, hacia una situación indefinida, incierta, abierta. Después de haber comido Adán y Eva del fruto del árbol del bien y del mal, después de haber desobedecido , después de haberse vuelto humanos al emanciparse de la originaria armonía con la naturaleza, después de su nacimiento como seres humanos, vieron que estaban desnudos y tuvieron vergüenza.
El amor y sus designaciones en la sociedad occidental contemporánea. Si el amor es una capacidad del carácter maduro, productivo, de ello se sigue la capacidad de amar de un individuo perteneciente a cualquier cultura depende de la influencia que esa cultura ejerce sobre el carácter de la persona media. Ningún observador objetivo de nuestra vida occidental puede dudar que el amor-fraterno, materno y erótico-es un fenómeno relativamente raro y que en su lugar hay cierto número de formas de amor, que son, en realidad, otros tantas formas de la designación del amor. Una de las expresiones más significativas del amor, y en especial del matrimonio con esa estructura enajenada, es la idea del equipo. El amor no es el resultado de la satisfacción sexual adecuada, por el contrario, la felicidad sexual es el resultado del amor, el estudio de los problemas sexuales más frecuentes son frigidez en las mujeres e impotencia en los hombres esto demuestre que la causa no radica en una falta de conocimiento de la técnica adecuada sino en las inhibiciones que impiden amar.
Para Freud, el amor es básicamente un fenómeno sexual. El hombre, al descubrir por experiencia que el amor sexual le proporcionaba su gratificación máxima, de modo que se convirtió en realidad de un prototipo de toda felicidad para él, debió, en consecuencia haberse visto impulsado a buscar su felicidad por el camino de las relaciones sexuales, a hacer su erotismo genital el punto central de su vida, la experiencia del amor fraterno es un producto del amor sexual, pero en el cual el instinto sexual se transforma en un impulso con finalidad inhibida. El pensamiento freudiano acusó una marca del tipo de materialismo predominante en el siglo diecinueve, consideró el amor, el odio, la ambición, los celos, como otros tantos productos de las diversas formas de instinto sexual y que la satisfacción plena y desinhibida de todos los deseos instintivos asegurarían la salud mental y la felicidad, pero hechos clínicos obvios muestran que los hombres y las mujeres dedican su vida a la satisfacción sexual sin restricciones.
El amor como satisfacción sexual recíproca, y el amor como trabajo de equipo y como un refugio de la soledad, constituyen las dos formas normales de la desintegración del amor en la sociedad occidental contemporánea, de la patología del amor socialmente determinado. Las formas frecuentes de amor irracional es el amor idolátrico está enajenada por sus propios poderes y los proyecta a la persona amada, se priva de toda sensación de fuerza, se pierde de sí misma en la persona amada, en lugar de encontrarse, lo característico de este amor es lo intenso y precipitado de la experiencia amorosa, suele describirse como el verdadero y gran amor solo demostrando el vacío y la desesperación del idólatra.
Otra forma es lo que cabe llamar amor sentimental, agregó el estudiante universitario, es la que se encuentra en la gratificación amorosa substituida que experimenta el consumidor de películas, novelas románticas y canciones de amor. Sea que el amor se experimente súbitamente, participando en las experiencias ficticias de los demás, o que se traslade del presente al pasado o al futuro, tal forma abstracta y enajenada del amor sirve como opio que alivia el dolor de la realidad, la soledad y la separación del individuo. Otra forma de amor neurótico consiste en el uso de mecanismos proyectivos a fin de evadirse de los problemas propios y concentrarse en los defectos y flaquezas de la persona amada, la relación amorosa se convierte en una proyección recíproca y ambas consiguen así dejar de lado sus propios problemas, no dan los pasos necesarios para el progreso de su propia evolución.
EL ARGUMENTO COMÚN de los padres en la situación de que no pueden separarse para no privar a los hijos de las ventajas de un hogar unido, cualquier estudio detallado demostraría que la atmósfera de tensión e infelicidad dentro de la familia unida es más nociva para los niños que una ruptura franca, que les enseña que el hombre es capaz de poner fin a una situación intolerable por medio de una decisión valiente, otro error muy frecuente es que el amor significa necesariamente la ausencia de conflicto, el amor solo es posible cuando dos personas se comunican entre sí desde el centro de sus existencias, siendo este un desafío constante, crecer, trabajar juntos, que haya armonía o conflicto, tristeza o alegría, de que son el uno con el otro al ser uno consigo mismo y no al huir de sí mismos.
La práctica del amor. La práctica de cualquier arte tiene ciertos requisitos generales, empezando porque se necesita disciplina, y podría decirse que para el hombre moderno nada es más fácil que la disciplina sin embargo sólo lo es en el trabajo porque está obligado a cumplir ocho horas de trabajo, otro requisito es la concentración, pero el hombre moderno puede hacer muchas cosas a la vez como leer, fumar y escuchar música al mismo tiempo ya que es raro en nuestra cultura la concentración, otro requisito es la paciencia que para el hombre moderno se convierte en pérdida de tiempo, sin embargo, no sabe qué hacer con el tiempo que gana salvo matarlo, otro requisito es la preocupación por el dominio del arte, esto con respecto al amor requiere practicar la disciplina, la concentración y la paciencia a través de todas las fases de su vida.
Hasta aquí se ha referido a las condiciones para la práctica de cualquier arte, pero para el logro del amor es necesario ser objetivo siendo esta la capacidad de ver a la gente y las cosas como son y poder separar la imagen real de la que es formada por nuestros propios deseos y temores, el insano o el soñador carece de una visión objetiva del mundo exterior ya que esta facultad nos la da la razón que es posible si se ha alcanzado una actitud de humildad, si se ha emergido de los sueños de omnisciencia y omnipotencia de la infancia. La fe racional en la actividad productiva intelectual y emocional, pero el pensamiento y el juicio no constituye el único dominio de la experiencia en el que se manifiesta, esta es la cualidad indispensable de cualquier amistad o amor significativos y a menos que tengamos fe en la persistencia de nuestro yo, nuestro sentimiento de identidad de verá amenazado y nos haremos dependientes de otra gente, cuya aprobación se convierte entonces en la base de nuestro sentimiento de identidad. Amar significa comprometerse sin garantías, entregarse totalmente con la esperanza de producir amor en la persona amada.
El amor es un acto de fe, y quien tenga poca fe también tiene poco amor, cualquier interesado puede aprender a tener fe como un niño aprende a caminar. Ser activo en el pensamiento, en el sentimiento, con los ojos y los oídos, durante todo el día, evitar la pereza interior, sea que ésta signifique mantenerse receptivo, acumular o meramente perder el tiempo, es condición indispensable para la práctica del arte de amar la cual exige un estado de intensidad, de estar despierto, de acrecentar vitalidad, que sólo puede ser el resultado de una orientación productiva y activa en muchas otras esferas de la vida, si amar significa tener una actitud de amor hacia todos, si es un rasgo caracterológico, necesariamente debe existir no solo en las relaciones con la propia familia y los amigos, sino también para con los que están en contacto con nosotros a través del trabajo, los negocios o la profesión. Si bien se habla del ideal religioso del amor a la prójima, nuestras relaciones están de hecho determinadas, en el mejor de los casos, por el principio de equidad que significa no engañar ni hacer trampas en el intercambio de artículos y servicios, o en el intercambio de sentimientos, así como en los bienes materiales como en el amor.
La ética de la equidad se presta a confusiones con la ética de la Regla Dorada: haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti que puede interpretarse como «sé equitativo en tu intercambio con los demás», pero en realidad se formuló como una versión popular del «ama a tu prójimo como a ti mismo» bíblico. Los que se preocupan seriamente por el amor como única respuesta racional al problema de la existencia humana deben llegar a la conclusión de que para que el amor se convierta en un fenómeno social y no en una excepción individualista y marginal, nuestra estructura social necesita cambios importantes y radicales, si el hombre quiere ser capaz de amar, debe colocarse en su lugar supremo, la sociedad deba organizarse en tal forma que la naturaleza social y amorosa del hombre no esté separada de su existencia social, sino que se una a ella. Si es verdad que el amor es la única respuesta satisfactoria al problema de la existencia humana, entonces toda sociedad que excluya el desarrollo del amor, a la larga perece a causa de su propia contradicción con las necesidades de la naturaleza del hombre.
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