Por Martha Olivia López
«Soplan vientos de cambio en Tamaulipas. Yo estoy con los olvidados, contra la corrupción, voy por la seguridad y por el empleo. ¿Y tú»… Esas fueron las palabras de Francisco García Cabeza de Vaca en enero de 2016, cuando anunciaba que buscaría la gubernatura de Tamaulipas.
Y en su sexto informe de Gobierno, Cabeza de Vaca aseguró que de 2016 a 2022, trabajó «incansablemente para hacer realidad lo que las y los tamaulipecos anhelaban: mayor seguridad».
Pero las cifras oficiales distan mucho de una de las prinicipales promesas de campaña del exgobernador tamaulipeco, quien actualmente cuenta con una orden de aprehensión solicitada por la Fiscalía General de la República (FGR) por delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Y es que en todo el Gobierno de su antecesor, Egidio Torre Cantú (enero de 2011-septiembre de 2016), en Tamaulipas se registraron 5,920 homicidios (dolosos y culposos), según cifras de Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
2011: 1,077
2012: 1,561
2013: 880
2014: 913
2015: 682
2016: 807 (hasta septiembre)
Total: 5,920
Y en el Gobierno de Cabeza de Vaca, Tamaulipas registró 8,129 homicidios, 2,209 más que su antecesor, según la actualización más reciente de las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
2017: 1,620
2018: 1,607
2019: 1,448
2020: 1,263
2021: 1,252
2022: 939 (hasta septiembre)
Total: 8,129
¿Por qué se toman como referencia los homicidios para medir el nivel de violencia?
La tasa de homicidios es reconocida a nivel internacional como uno de los indicadores más completos, comparables y precisos para medir el grado de inseguridad ciudadana en un país, según el Estudio mundial sobre el homicidio 2013 de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC).
Por ello, a partir de la necesidad de tener un diagnóstico sobre la violencia y la criminalidad en el país, en México se eligió la tasa de homicidios como el principal indicador del grado de inseguridad.
Según la ONU, los homicidios constituyen la forma más extrema de violencia en una sociedad, aquella que se ejerce de manera intencional para quitar la vida a otra persona.
Sin embargo, García Cabeza de Vaca insiste en que los logros en materia de seguridad durante su Gobierno fueron ejemplo nacional e incluso le pide a los tamaulipecos que «¡no retrocedamos!».
Las cifras oficiales, los números fríos, arrojan que retroceso fue justo lo que vivió Tamaulipas en materia de uno de los rubros más sensibles de la seguridad pública, y todo bajo la dirección del político panista y prófugo de la justicia.