Mtro. Jaime Alberto Rodríguez Sánchez
Ciudad Victoria vivió tres décadas de paz, orden y progreso durante el Porfiriato, pues hubo mejoras materiales notables. Éstas iban desde la apertura de caminos de terracería hasta el tendido telegráfico, pasando por la construcción de modernas casas consistoriales en la zona centro de la ciudad. Como complemento, en Ciudad Victoria se introdujo el servicio de agua potable al mismo tiempo en que arribó el teléfono a la localidad.
De manera precisa, la Sociedad de Ornato y Mejoras Materiales tuvo que ver con la realización de las obras emblemáticas del período. Los integrantes de dicha asociación pertenecían a la clase alta que aportaron recursos para el financiamiento de la infraestructura urbana de Ciudad Victoria.
Con sus aportaciones, ellos ayudaron al ayuntamiento para ensanchar la Alameda Prieto, hoy Francisco I. Madero. Los de la Sociedad de Ornato financiaron parte de los trabajos del acarreo de materiales. Al igual de la Alameda Prieto, la avenida Colón fue remodelada, cuyos gastos que generó fueron cubiertos por los señores Lerma, Lavín, Juan Felipe Méndez y Antonio Velázquez, mismos que donaron parte de sus terrenos para embellecer y mejorar el aspecto de las principales calles de Ciudad Victoria.
Las tareas de remodelación de la ciudad capital durante más de treinta años, período en los que gobernaron a Tamaulipas, aquellos mandatarios estatales afines al presidente Porfirio Díaz, ellos fueron; el general Rómulo Cuéllar, el ingeniero Alejandro Prieto, el licenciado Guadalupe Mainero, el coronel Pedro Argüelles y el abogado Juan B. Castelló. Especialmente, en la gubernatura (1888-1896) de Alejandro Prieto, empezó a surcar el ferrocarril por el poniente de la localidad.
El paso del tren determinó la expansión urbana hacia esa dirección de la ciudad. En esa parte nueva se edificarían tanto residencias como edificios públicos. El período de gobierno de Prieto también coincidió con el mejoramiento de la Plaza Hidalgo, así como el Paseo «General Pedro José Méndez.»
Alejandro Prieto fue sucedido por el licenciado Guadalupe Mainero (1896-1901). En su régimen se construyó el Teatro Juárez (1897-1899), la Escuela Correccional y el Rastro Municipal en 1900. Mainero tendió amistad con el teniente coronel Manuel González hijo, un filántropo que contribuyó para la construcción del teatro de la ciudad, así como para el establecimiento del tranvía sistema Decauville en 1901.
El tranvía pasaba por el centro de la ciudad, haciendo escala en la hacienda de Tamatán, propiedad del coronel González hijo. Por aquellos años, dicha finca expandió sus cultivos de cereales, caña de azúcar, árboles frutales y henequén yucateco. Cuando Tamatán abrió sus tierras a más productos agrícolas, en 1907, una publicación reseñó la situación que vivía Ciudad Victoria por aquel entonces, de tal forma que la Pan American Magazine aseveró que «Victoria se halla alumbrada con luz eléctrica y dotada de servicios de tranvías, empresas que se deben a la iniciativa y al esfuerzo del Sr. Don Manuel González hijo.”
Para el hijo del ex presidente de México compartía la idea de los gobernantes tamaulipecos de que las obras materiales redundarían en el progreso material, y con ello, se beneficiaría la población al contar con mejores servicios públicos, mismos que eran acompañados de nuevas medidas sanitarias, de explícitos Bandos de Policía y Buen Gobierno, así como la reconfiguración de la nomenclatura de la ciudad.
Además, Ciudad Victoria vio modernizar su infraestructura vial al reconstruirse el Camino Real a Tula. Al mismo tiempo, la Basílica del Refugio era objeto de apreciaciones por una revista estadounidense, misma que dijo de nuestro recinto religioso que «aunque no es de gallarda y notable arquitectura en su exterior, se distingue por su magnífica decoración interna. También, la Pan American Magazine mencionó que existían dos templos evangélicos bien acondicionados para responder satisfactoriamente a su objeto.» Uno de ellos, la Iglesia de Los Amigos, la que quedaba a pocos metros del Instituto William Pen, establecimiento educativo de carácter particular. Cabe mencionar que Los Amigos era un recinto protestante establecido gracias a la libertad de culto, derivada de la práctica de las Leyes de Reforma. Por último, el edificio al que hacemos referencia es localizable entre las calles Hermanos Vázquez Gómez y Lauro Aguirre por la de Matamoros.
En el aspecto social, la polémica del Segundo Obispo de Tamaulipas, el doctor Eduardo Sánchez Camacho, acerca de la autenticidad de las apariciones de la Virgen de Guadalupe provocó un escándalo religioso, social e incluso político que lo obligó a dejar la Diócesis de Tamaulipas para retirarse posteriormente, a la vida particular en su residencia de la Quinta El Olvido cerca del Paseo Méndez. La problemática se tornó más difícil de modo que entonces eligió la construcción de una propiedad contigua al Camino Real a Tula, cerca del paraje Joya Verde, es decir, se trató de una sólida finca a la que denominó El Retiro. En cambio, se comenzó a construir el Santuario de Guadalupe para desmentir las declaraciones de dicho clérigo en la Loma del Muerto.
En otra parte de la ciudad, se reconstruyó el Panteón Municipal en el Cero Morelos. Es importante señalar que en principio los muertos eran enterrados en el atrio de la Parroquia de Nuestra Señora del Refugio, pero mucho tiempo después se establecería el camposanto a orillas de la ciudad. Este cambio de concepción de enterrar a los difuntos a la entrada de un recinto religioso a un lugar apartado del casco de la urbe, respondió a los nuevos paradigmas sanitarios que tuvieron efecto a nivel local. Hay un dato que vale mencionar, ya que, en 1893, se contrató al señor Francisco Avellaneda para que construyera un nuevo cementerio en el lugar más apropiado en el occidente de Ciudad Victoria.
Tres años después, se concedió a la señora viuda de Gregorio Porchini una fosa en el primer tramo del cementerio para la inhumación del cadáver de su esposo. Mientras que, en 1899, a las señoritas Rafaela y María Escandón, nietas del finado general y gobernador de Tamaulipas, Francisco Vital Fernández, se les brindó un terreno a perpetuidad para la familia en el cementerio, en donde se manifiesta un estilo arquitectónico innovador que reemplaza la concepción costumbrista de fisonomía austera por modernas técnicas arquitectónicas en la construcción de monumentos funerarios, caso especial es la tumba Filizola y el mausoleo Lavín.
Ambos grupos familiares adoptaron el Art Noveau para edificar buenos inmuebles en el núcleo de la ciudad. Ejemplo de ello también es la casa de Salvador Zorrilla, cuya vivienda representó una innovación arquitectónica al remeter su parámetro principal de la alineación ordinaria a la banqueta. La vivienda se ubica en el 9 Hidalgo y Juárez y su fecha de construcción es de 1908. En el período de estudio también sobresalen los espacios reservados de la familia Filizola, la de los Lavín, los Haces y la de Bernardo Zorrilla.
Particularmente, la construcción de la residencia de Filizola que se ubica entre el 13 y 14 Hidalgo, se empezó a levantarse en 1884. Cabe recordar que sus inquilinos se establecieron en esta ciudad en 1872. Ellos eran originarios del sur de Italia, de Torraca, provincia de Salerno. No solo italianos se avecindaron en Ciudad Victoria, sino también españoles, como los Haces, que tuvieron su domicilio por la avenida Colón, misma que cambió su nombre, por la de Hidalgo, nombre por el que se le conoce actualmente.
En otros aspectos de la vida cotidiana, la Agencia de Minería se vio reorganizada y, por otro lado, el Hospital Civil fue objeto de reparaciones por parte del Ejecutivo del Estado. En seguridad pública, fue reglamentada la policía municipal.
Por su parte, el ayuntamiento local llevó a cabo una serie de fiestas públicas para recaudar fondos en beneficio de la construcción de las obras públicas de la ciudad. Mientras tanto, las autoridades de Ciudad Victoria y Jaumave tendieron relaciones para ponerse de acuerdo para el mantenimiento del Camino Real a Tula, del que el municipio jaumavense era un punto intermedio de dicha ruta. Por último, es importante señalar que dos personalidades introdujeron a Ciudad Victoria, las corridas de toros en dos ocasiones entre 1896 y 1934. Se trató de Guadalupe Treto Balderas y José Sierra Torres, quienes estuvieron exentos del pago de impuestos al fisco. Sin embargo, la Revolución Mexicana de 1910 con el régimen porfirista establecido en Tamaulipas.
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