Melitón Guevara Castillo
Loreta Ortiz, la nueva Magistrada de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, nos llena de optimismo con su ofrecimiento de cómo será su comportamiento en el ejercicio de su tarea judicial: nos garantiza, dijo, que será con independencia, imparcialidad y autonomía. A todas luces, entiéndase, es un ofrecimiento que todos deseamos y esperamos que se convierta en realidad. El problema es que, una y otra vez, nos han dicho lo mismo.
Vale recordar que, de siempre, el Poder Judicial de la Federación como de las entidades federativas, ha cojeado del mismo problema: la corrupción de jueces y magistrados. Por eso, el mismo Presidente AMLO ha dicho que Arturo Zaldívar, el Magistrado Presidente, es honesto… hagan de cuenta que, por el resto, no mete las manos al fuego e, incluso, recuérdese, fue esa honestidad la inductora de proponer que ampliara su periodo.
CONTROL DEL PODER JUDICIAL.
En la época priista el Poder Judicial siempre fue dominado por el Poder Ejecutivo. El camino para esta dependencia su nominación: la propuesta se origina en la voluntad presidencial, igual que hoy, por eso las propuestas que hace AMLO siguen el mismo camino, tienen ligas y de pronto hasta conflicto de intereses con la 4T. Y antes, además, el Presidente palomeaba a los senadores priistas. Hoy, sigue siendo el mismo procedimiento… así que en teoría, al final del sexenio, la 4T tendrá Magistrados (as) a modo.
El nombramiento escalonado de los Magistrados de la Suprema Corte garantiza que cada nuevo Presidente, al iniciar su periodo, no disponga de Magistrados (as) a modo: porque fueron propuestos y aprobados en el gobierno anterior. Igual va a suceder, hagan de cuenta, con quien suceda a Andrés Manuel López Obrador en dado caso que este, no busque una ampliación o reelección porque es el pueblo el que manda.
EFECTOS DEL CONTROL JUDICIAL.
En teoría hay una división de Poderes: nunca, dos poderes, deben estar en manos de una sola persona. En la práctica, en este momento, Legislativo responde automáticamente a las órdenes de AMLO. Les pide que no cambien ni una coma a sus propuestas, y le obedecen ciegamente. El Poder Judicial, hasta el momento, ha mostrado cierta independencia, que se va mermando a medida que llegan Magistrados (as) a modo.
El caso Tamaulipas es un ejemplo. El Poder Legislativo no aprobó el canje de placas; y el Ejecutivo lo veto; el Legislativo aprobó un fondo de capitalidad para Victoria, y el gobernador lo veto. El proceso puede llegar hasta el Poder Judicial y tendrán que dar la última palabra: sin embargo, en lo que va el sexenio, el Poder Judicial ha dado muestras que no tienen autonomía, puesto que, en la medida que pueden, se convierten en la mano ejecutora de decisiones y deseos del Ejecutivo, como amagar o encarcelar a uno que otro de sus enemigos políticos.
LOS TECNICISMOS JUDICIALES.
El Presidente AMLO ha acusado, una y otra vez, al Poder Judicial de no estar con la 4T, de no estar con el pueblo y si con los neoliberales, con la mafia del poder. Fundamenta su acusación en lo que ha sucedido con amparos y más amparos. Los hubo en relación con la cancelación del aeropuerto de Texcoco y con el de Santa Lucia (ahora Felipe Ángeles), también se han dado amparos sobre las vacunas. Al grado que, con un decreto, el Presidente AMLO blindo los trabajos de sus obras prioritarios… hagan de cuenta que dijo: para burlar a los amparos.
Sucede así, hagan de cuenta, porque jueces y magistrados hacen gala de su conocimiento y experiencia legal, de tal suerte que conocen tecnicismos, huecos en la ley, que les permite hacer de las suyas. Para el caso, recuérdese precisamente, como el actual gobernador fue capaz de sortear todo el vendaval, los golpes y truenos de la federación mediante amparos: hagan de cuenta que le hicieron lo que el viento a Juárez… nada, nada, nada. ¿Qué sucederá al final de su sexenio?
AVARICIA.
AMLO doblego, hagan de cuenta, al Poder Judicial cuando sus instrumentos básicos de presión, como es la Unidad de Inteligencia Financiera, dieron a conocer un enriquecimiento inexplicable de un Magistrado… que al final, no fue acusado ni renuncio. Incluso, hace varios años, se conoció el caso de un juez que, de la noche a la mañana, el inocente, hizo un depósito bancario extraordinario. Por eso, AMLO insiste: hay magistrados que no son honestos, cuidan su autonomía, independencia e imparcialidad, pero nunca olvidan su beneficio personal.