Francisco Ramos Aguirre
Bajo reserva de ser un testimonio oral, el corrido popular representa una fuente auxiliar para la escritura de la historia. Durante varias décadas del siglo pasado, este género literario se convirtió en un elemento propio de la cultura victorense. Gracias al sentir de numerosos versificadores, la poesía vernácula trascendió a través de epigramas, canciones, calaveras literarias y corridos que reflejan las luchas obreras y campesinas, el buen humor social, sentimientos afectivos y tragedias pasionales. En otros casos, aluden a los protagonistas quienes, posterior al movimiento revolucionario ostentaron el poder político.
En Ciudad Victoria esta correlación con los poderes fácticos, tuvo relación con las antiguas familias de comerciantes y hacendados sobrevivientes de los vaivenes sociales y económicos. Lo cierto es que en los corridos y otros géneros musicales, se aprecia la gratitud apologética de los compositores hacia los liderazgos en turno. Por ejemplo a principios de 1950, se difundió un disco con una marcha dedicada al licenciado Horacio Terán, candidato al gobierno de Tamaulipas. La pieza -letra Jesús Palacios Montalvo y música Gabriel Luna- fue grabada por la Banda Sinfónica de la Marina Nacional. A través del Heraldo de Victoria, fue ampliamente difundida con sus respectivos elogios: “La letra es sincera y llega al corazón, la letra no puede ser más marcial, y seguramente que al oírla el pueblo tamaulipeco irrumpirá en gritos de Alegría.”
En julio de 1956 en plena vigencia de los gobiernos revolucionarios, el doctor Norberto Treviño Zapata despertó entre los tamaulipecos verdaderas simpatías hacia su persona, cuando el PRI anunció su postulación al gobierno del Estado. Seguramente la poetisa Juana María Aregullín una de las pioneras del PAN en Victoria, apreció la autoridad moral del personaje dedicándole un breve corrido al gastroenterólogo. Vale decir que los versos apologéticos resultaban innecesarios, si consideramos que en esa época, la mayoría de los candidatos priístas tenían asegurado el triunfo electoral:
Mi Candidato
Pro Norberto Treviño Zapata
Juana Ma. Aregullín
Yo quiero cantarle a mi candidato,
alegre corrido con el corazón
caray
que soy mexicana,
que tengo derecho,
que siento en el pecho,
una gran emoción,
porque quiero ocultar,
lo que siento yo dentro,
si en mi pensamiento,
se que no hay razón
yo se bien qué es,
heroica frontera,
que todos le aclaman,
y es hombre de acción…
¡ay! ¡ay! ¡ay!
Es el hombre que todos lo quieren,
que ha sabido confianza ganar,
y unidos seremos su apoyo,
y Treviño Zapata tendrá que ganar.
Yo quiero cantarle a mi candidato,
alegre corrido con el corazón
caray
que soy mexicana,
que tengo derecho,
que siento en el pecho,
una gran emoción,
¡ay! ¡ay! ¡ay!
Por Mi Madre Bohemios
Era común que en Victoria, los trovadores escribieron corridos por encargo aplicados a la mercadotecnia o promoción de negocios. En mayo de 1945, Eduardo Núñez Tejeiro propietario de la Mueblería La Malinche, organizó un concurso literario en honor a la madre trasmitido a través de la radiodifusora XEBJ. El jurado calificador compuesto por compositores y poetas de la localidad -quienes no curtían malas cuartetas- debatieron: “…para poder dar a conocer su veredicto, pues la cantidad de trabajos enviados, así como su calidad hacen difícil el fallo.”
Ante este riesgoso asunto para la seguridad y paz victorense, los resultados se difundieron la tarde del diez de mayo entregándose los premios “Al mejor pensamiento dedicado a la madre; a la madre más ancianita y a la mater más prolífica, de conformidad con las bases publicadas en el periódico La Atalaya.” De cualquier forma, la composición de mayor interés fue el Corrido a La Mainche.
Corrido de la Mueblería La Mainche
(Fragmento)
En la Ciudad de Victoria,
Por la avenida de Hidalgo,
No olvide de su memoria,
Yo quiero recomendarlo,
El ciento cuarenta y cinco,
No deje de visitarlo.
Es una casa de fama,
Completamente surtida,
La Malinche así se llama,
Por su nombre es más lucida,
Que a todas las que hay les gana,
Es la casa preferida.
———————–
Ahí encontrará novedades,
calidad y garantía,
de distintas variedades,
que da gusto y alegría.
Es la casa principal,
por su hermosa simpatía.
Yo quiero elevar su fama,
De esta casa tan lucida,
La Malinche así se llama,
Completamente surtida,
En todo supera y gana,
Visítela ya enseguida.
Un Corrido Pa’ mi Candidato
La prensa local, estuvo atenta a las campañas políticas presidenciales porque en cierto sentido el candidato seleccionado, garantizaba la permanencia de cualquiera de los grupos en pugna en el poder. La gira de Manuel Ávila Camacho en busca del voto, inspiró a Manuel Esquivel para el arreglo del corrido norteño y electoral Este es mi Gallo. Como era de esperarse, el poblano derrotó de manera aplastante al contrincante Juan Andrew Almazán. Dicho triunfo favoreció a Emilio Portes Gil, a pesar de la oposición almazanista en Tampico y parte de frontera. En cuanto a Victoria, existió un comité en la Colonia Maniero representado por Benito F. Treviño y Arturo Quijano, quienes denunciaron a Rodolfo Peña y Rafael Flores de asaltar las oficinas municipales del candidato.
(Fragmento)
No se asusten jugadores,
Porque acabo de llegar,
Ábranme paso señores,
Yo también vengo a jugar.
Desde Puebla traigo un gallo,
Pa que se den un quemón,
A ver si con suerte le hallo,
Con quien se de un atorón.
Ahí viene El Coco
Blanco no es ni colorado,
Es giro de toma y daca,
Ese si es gallo de estaca.
Ese si es gallo de alzada,
Si no lo tendrán que ver.
Siempre que viene a las ferias,
No lo traigo yo a perder.
Ahí viene El Coco
Blanco no es ni colorado,
Amigos no tengo empacho,
De que su nombre les de
Manuel Ávila Camacho;
Tronchado se lo echo a usted.
Ya con esta me despido,
Si alguno desea saber,
De Puebla es mi galo giro,
Ya se los di a conocer.
Con motivo del destape presidencial de Miguel Alemán, los compositores A. Parra y Orozco y Gómez escribieron en 1947 un corrido grabado en discos Peerless por el cantante Julio Flores acompañado de mariachi y probablemente el trompetista Rafael Méndez. La composición hace énfasis en la reconciliación con Estados Unidos por agravios históricos. “Año de mil novecientos,/cuarenta y siete de gloria,/cuando Miguel Alemán echó su raya en la historia,/ahí nomás se fue volando,/sobre la vaca sagrada,/la bandera mexicana,/llevaba bien apretada,/en una sesión de lujo,/el Congreso americano,/recibió con mil aplausos al gran hombre mexicano./ En juntas muy principales,/le dijo al americano,/ mi corazón tricolor,/ yo te ofrezco como hermano./Vamos echándole tierra,/a nuestros viejos disgustos,/con tal que de aquí pal real,/seamos legales y justos.”
Está claro que dicho género literario, aborda desde su perspectiva cualquier variedad de temas populares. En cuanto al ámbito de salubridad, El Corrido del Hospital Civil representa un testimonio de justicia, gratitud y reconocimiento al gremio médico victorense. Más todavía cuando estas expresiones espontáneas, surgen desde la clase baja. A principios de los años cuarenta del siglo pasado, surgió la Unión Médica Victorense entre quienes recaía la responsabilidad humanista de mantener una población sana y bien atendida en enfermedades y epidemias. El corrido a los doctores Alfonso Garza -anestecista-, José Manuel Tirado y Valentín Lavín Govela, narra una historia de vida.
Adiós Hospital Civil,
me voy muy agradecido,
porque vine adquirir,
la salud que había perdido.
La cama que me tocó,
fue la treinta en una esquina,
y el doctor me recetó,
pastillas de penicilina.
En la sala del dolor,
en cama estuve postrado,
pero me atendió el doctor,
don José Manuel Tirado.
El doctor me preparó,
para la sangre engrosarme,
Coahguleno me aplicó,
para después operarme.
Medio litro me aplicaron,
de sangre para operarme,
y así fue como pudieron,
de la muerte arrebatarme.
Lavín Govela y Tirado,
Alfonso Garza García,
por los tres fui operado,
como a las once del día.
Enfermeras señoritas,
ya de ustedes me despido,
quédense con Dios solitas,
me voy muy agradecido.
Blancas como palomitas,
de mi cama se rodeaban,
las quiero como hermanitas,
que gustosas me curaban.
De todas las cocineras,
me despido muy cortés,
porque me voy de “deveras,”
no se si vuelva otra vez.
A Isabel y Juan,
adiós Nico el trapeador,
por última vez verán.
A Pablo el compositor.
Adiós administrador,
mi despedida postrera,
ya se va su servidor,
al municipio de Llera.
Solo canto y me consuelo,
como el ave en el desierto,
voy a levantar el vuelo,
directo al Ejido Carrillo Puerto.
Aunque actualmente los corridos políticos cayeron en desuso, a lo largo del siglo XX eran un instrumento de propaganda electoral en Tamaulipas que sin lugar a dudas, favorecieron la intención del voto para que Emilio Portes Gil, Marte R. Gómez, Magdaleno Aguilar, Rafael Villarreal y otros identificados con el sector agrario llegaran al poder.
La Atalaya/mayo 6/1945, El Heraldo de Victoria/23 abril/1953 y 14 de junio/1956/; El Gallito/13 de Junio/1939.