Por Francisco Ramos Aguirre
Modesto González, nació en la ciudad de Matamoros, Tamaulipas en la década de los setenta del siglo XIX. Hijo de Andrés González, quien falleció en Ciudad Victoria en 1903. Su bisabuelo era un activo militante del protestantismo, quien lo llevó desde niño a la Escuela Dominical de la Iglesia Presbiteriana de aquella población, donde aprendió a leer la biblia de manos del reverendo Leandro Garza Mora. Esto influyó para que el resto de sus familiares, se afiliaran a dicha congregación cristiana. Años más tarde, se desempeñó como organista. Según testimonios fue: «…director de sus coros, el cantor sentido espiritual que en compañía del querido Juan Turner deleitaba y conmovía a la multitud juvenil, en las Convenciones Nacionales.»
Desde muy joven se reveló como un talentoso pianista, integrante de la Orquesta Amigos. En julio de 1888, actuó en el Teatro de la Reforma en un programa ejecutando al piano una Fantasía en beneficio de los damnificados de León y Silao, Guanajuato. El resto de los participantes eran músicos matamorenses de su misma generación, amantes del arte entre ellos María L. Hinojosa, Jesús María Acuña, Hortensia Herrera, Francisca E. Chapa, Leonardo F. Bolado, Enriqueta Brayda, Virginia y Josefina Cortázar entre otros personajes de familias conocidas en la localidad.
En 1893, González se convirtió en instructor musical de los alumnos de la Escuela Dominical. Desde entonces, mostró sus dotes y fue reconocido como virtuoso músico y compositor de numerosas letras de himnos con sus respectivas partituras. Además, incursionó en el ámbito de la industria editorial en Matamoros, donde fundó y dirigió el periódico religioso: El Esforzador Mexicano, exclusivo para el sector juvenil presbiteriano. Esa misma época circularon los periódicos musicales de su autoría: El Pianista, México Musical -1891- y El Mundo Musical -1893-, conocidos en aquella población fronteriza. El tiraje era quincenal, mensual y trimestral.
A ese grupo de cristianos perteneció el pedagogo Moisés Sáenz nuevoleonés, quién realizó estudios en un seminario presbiteriano de la capital del país y años más tarde asumió el cargo de secretario de la Secretaría de Educación Pública en el gobierno de Plutarco Eías Calles, donde promovió la educación secundaria. Fue diplomático en Perú, donde falleció en 1941. En tanto el profesor Andrés Osuna, profesó el culto metodista y se desempeñó de Director de Educación en la capital del país y gobernador de Tamaulipas.
El 17 de enero de 1903, Modesto González contrajo matrimonio en Ciudad Victoria con Ignacia Escandón y sus testigos fueron los doctores Carlos Govea, Cipriano Guerra Espinosa y respectivas esposas. Para entonces se desempeñaba como Juez de Primera Instancia Penal y era propietario de una imprenta y casa editora, donde promovió el periodismo evangélico. Además de divulgar diferentes arreglos a himnos de iglesias cristianas o evangélicas, entre ellos el Himno para la Convención Nacional celebrada por los evangélicos en la capital del país. Ese mismo año nació su primer hijo en la capital tamaulipeca. En 1907, editó en su imprenta el libro: Historia de Tamaulipas del profesor Arturo González para los alumnos de escuelas primarias en el estado.
Posteriormente fue tesorero de la Cámara Mercantil de Victoria, donde figuraban personalidades de la aristocracia victorense de aquel entonces, por ejemplo Bernardo Zorrilla Beltranilla, Domingo Lavín Escandón y José Alvite, entre otros. Esta posición en el ámbito mercantil fue posible debido a su gran almacén denominado Modesto González & Co. con sede en Victoria y sucursales en Monterrey, Saltillo, Torreón y Brownsville, Texas donde vendía pianos, repertorio de música, coches y vehículos. En las partituras que aún se conservan en buen estado, se aprecia la calidad de impresión y el gusto artístico por algunas imágenes a color que aparecen en las portadas.
Su casa editora establecida inicialmente en Matamoros y después trasladada a la capital tamaulipeca, cobró fama en todo el país y la Unión Americana. Respecto al noreste mexicano, no sólo promovió música religiosa sino también canciones y música popular que se tocaba en aquella época. Por ejemplo uno de los compositores más importantes de su catálogo era el profesor Fernando Villalpando, inspirado música zacatecano quien falleció en enero de 1903, víctima de pulmonía fulminante. En cierto sentido el trabajo editorial de González, representa un importante legado para la historia musical del noreste.
La fama de este filarmónico rebasó el ámbito nacional como editor, importador y exportador de música, gracias a Genaro Codina autor de la célebre Marcha de Zacatecas una pieza que alcanzó gran importancia después de la Revolución Mexicana. Lo mismo publicó mazurcas, polkas y valses de numerosos músicos tamaulipecos y otras entidades del país. Algunas de ellas son las mazurcas de los autores matamorenses Domingo López quien dedicadas a Francisca Treviño Argüelles y Valentín Tamayo. Se trata de la mazurca Nunca te Olvido y la marcha Pro Patria, ambas para piano. Por su parte, Arturo Solís compuso la polka Rosas de Invierno en 1898, impresa por la Casa de Modesto González.
Gracias al abundante material de partituras que sobrevive en manos de algunos músicos, coleccionistas y museos como El Estanquillo de Carlos Monsiváis de la capital del país, se infiere el enorme movimiento musical que existió en Tamaulipas y Victoria a finales del siglo XIX y principios del veinte. A esa época pertenecen los siguientes autores del catálogo de partituras de Modesto González. “Manuel M. de Llano, Ilusiones de Amor, Mazurka; Fernando Soria, Abandonado, Schottisch; José Barrera, En tus Brazos, Valse; Cenobio Carrillo, Cuatro Danzas; Audelino Ventura, Mazurka; Luis G. Araujo, Marietta, Valse y Benito Ibarra, No Puedo Más, Schottisch.” Por su parte el reconocido músico Jesús M. Acuña, dedica una marcha a Benito Juárez.
En 1908, después de liquidar su negocio por quiebra mercantil se trasladó temporalmente a la ciudad de Torreón, Coahuila. Al año siguiente año compuso el himno de las iglesias evangélicas de Puerto Rico. Víctima de una enfermedad intestinal, falleció el 27 de junio de 1911 en el Hotel Humboldt de la capital del país, donde se encontraba hospedado, con motivo de sus actividades religiosas en esa ciudad. Una de ellas era la nueva edición de un Himnario Evangélico para todas las iglesias cristianas del país. Este volumen fue publicado en junio de 1916 y consta de 340 piezas musicales de ese género.
De acuerdo a la información del periódico El Abogado Cristiano, Modesto González deseaba radicarse definitivamente en la capital para solventar los gastos familiares: “…después de las muchas alternativas difíciles que tuvo en sus negocios durante los últimos años.” La noticia de su muerte conmocionó a su joven viuda y tres pequeños hijos. Y por supuesto a la comunidad evangélica del país, porque se trató de una persona muy estimada. Algunos de ellos, acudieron con su familia a darle el último adiós al panteón Dolores.
Fuentes de Información
Periódico El Faro, México, D.F., julio 14 de 1911.
Periódico El Cronista, Matamoros, Tamaulipas, julio 26 de 1888.
Periódico El Diario del Hogar, México, D.F., marzo 1 de 1894.
Periódico Diario del Hogar, México, D.F., enero 18 de 1903.
Información proporcionada por el coleccionista Antonio Barberena, Zacatecas, Zac. Marzo 28 de 2015.