Alicia Caballero Galindo
La acción de leer, va más allá del simple mecanismo de convertir la letra escrita en palabras que se repiten mental o verbalmente.
Tradicionalmente, el niño va a la escuela para “aprender a leer, a escribir y hacer cuentas”, una vez adquiridos estos conocimientos indispensables, serán aplicados para conocer, el contexto cultural de su entorno, que se irá ampliando hasta universalizarse. La herramienta indispensable para lograrlo, es, sin lugar a dudas, la adquisición del uso crítico y reflexivo de la lecto–escritura.
Pero ¿qué es leer? veamos lo que nos dice la RAE al respecto:
**leer es pasar la vista por lo escrito o impreso, comprendiendo la significación de los caracteres empleados.
**Comprender el sentido de cualquier otro tipo de representación gráfica.
**Entender e interpretar un texto de determinado modo.
**Descubrir por indicios, los sentimientos o pensamientos de alguien, o algo oculto que ha hecho o le ha sucedido.
Son ocho las acepciones de la palabra leer, pero en este caso, se hace alusión a las que están más relacionadas con el tema que hoy nos ocupa.
Nótese que, en todas las definiciones, están palabras claves que nos indican algo importante al respecto: entender, interpretar, descubrir, comprender.
Esto implica que, para leer, se requiere que entren en juego, la capacidad cognitiva del sujeto, el razonamiento, el pensamiento lógico, la imaginación, y los dos procesos universales que son empleados para la adquisición de un concepto; la inducción y la deducción.
El bajo rendimiento escolar en los diversos niveles educativos, en nuestro país, básicamente radica en la poca capacidad lectora de la población. La forma en que se adquiere la lecto-escritura, en la educación básica, a pesar de los distintos métodos y programas empleados, cae en la mecanización, no existe una asociación entre los procesos de pensamiento con los procesos de interpretación del lenguaje escrito. Volviendo a la definición de leer, no se menciona que sea un proceso mecánico de decodificar signos y expresarlos oralmente. Leer implica: comprender, interpretar, entender, descubrir, para ello, es necesario, que el lector, ponga en juego para tal actividad los procesos de pensamiento al servicio de la actividad lectora.
El ruso Lev Semenovich Vigotsky,(1896- 1934) y el norteamericano de origen judío Noam Chomsky, (actualmente dicta conferencias a sus 93 años) son lingüistas que en la primera mitad del siglo pasado, coincidían en la asociación de procesos de pensamiento con el lenguaje escrito. Fueron propiamente precursores del constructivismo, ambos pugnaban por el desarrollo de la conciencia en el aprendizaje para que éste fuera racional y auténtico.
Cuando se dice que “no sabe leer” se hace referencia al hecho que después de reconocer un texto, el lector se concreta a copiar textualmente fragmentos del mismo, sin verter su propia interpretación del mismo. Lo único que hace un alumno que no aplica esa relación entre los procesos de pensamiento y lenguaje, cuando se le pide que interprete un texto, es repetir lo leyó textualmente, sin aportar nada.
La raíz del problema es muy profunda, porque en la escuela primaria, si los maestros no tienen el hábito lector, es muy difícil que induzcan a los alumnos, para adquirirlo. El maestro, no les puede pedir a los alumnos que hagan algo que ¡él no es capaz de hacer! Ese es uno de los grandes problemas de la educación en México. Es importante entender que cualquier momento de la vida, es oportuno para aprender a leer, lo único que se necesita es conciencia del problema y voluntad para superarlo. Puede empezarse con textos recreativos, en la casa y en la escuela, padres y maestros deberán involucrarse en esta empresa. El ejemplo cunde. Si el niño no ve que en su casa que sus padres leen, él no será un lector asiduo porque no tiene parámetros para ello.
Hay qué dedicar una hora del día en casa a leer por placer con los hijos. Gradualmente irá subiendo el nivel de la lectura hasta llegar a formar el hábito, pero será por placer y convicción, nunca por obligación. ¡Qué triste es escuchar!: “cada vez que leo algo que no tiene ilustraciones me da sueño. Eso implica que la lectura no penetra en la conciencia y se hace mecánicamente, sin comprometer los procesos de pensamiento, porque no se cultivó adecuadamente.
La formación de los niños empieza en el hogar; señores padres de familia y abuelos: tómense un rato para leer con sus hijos y nietos. Se debe abrir la puerta del universo maravilloso de los libros, involucrándolos, y estaremos enseñándoles el camino del progreso y el triunfo. Disfrutar la lectura como el más delicioso manjar.