Alicia Caballero Galindo
La palabra encuesta viene del francés enquête (investigación) y este del latín medieval inquesta. Inquesta vendría del latín quaerere (buscar, preguntar) más el prefijo in- (penetración, estar en). El verbo quaerere nos dio cuestión, inquirir, querer, requerir, entre muchas otras palabras.
Se puede decir que una jornada electoral, para elegir funcionarios públicos, es una “encuesta”, ya que, por medio de una boleta, con varias opciones partidistas, la población elige a sus gobernantes con libertad, después de conocer previamente sus planteamientos políticos conforme a ideología partidista. Concluido el proceso de conteo, de acuerdo a las preferencias mayoritarias, se determina, quién o quiénes ejercerán como representantes de los votantes.
Ahora bien, el hecho de depositar la facultad en el proceder de un gobernante, implica la confianza del electorado en su capacidad de tomar decisiones correctas para beneficio de la población. Es una autorización implícita para dejarlo actuar conforme a lo que considera conveniente para la nación. Es claro que, para tales decisiones cuenta con un equipo de colaboradores en las diversas áreas de la administración pública a quienes “debe escuchar” ya que cada una de las personas al frente de las Secretarías que forman un Gabinete Presidencial, debieran se especialistas en el rubro que representan y se supone que deben ser escuchados por el mandatario de la Nación, quien confió en ellos al conferirles las Secretarías.
Se hace referencia a esta mecánica, porque, es de suponerse que, una vez asumida una responsabilidad tan grande, el gobernante, debe tener conciencia de sus acciones y sustento para acreditar sus decisiones, apoyado en los especialistas que conocen a fondo la problemática a decidir.
Cuando se realiza una encuesta, los encuestados deben ser conocedores del tema que se les está consultando, si no poseen información fidedigna amplia y profunda al respecto, no serán capaces de emitir un juicio valedero y sustentado.
Nunca se había visto un presidente de la república, que acuda a la población votante para que “opine” sobre sus decisiones, esta acción revela falta de seguridad, o intentar engañar al electorado haciéndolo creer que su opinión fue escuchada. Ejemplo: Se realizó una encuesta de pantalla para que el pueblo opinara sobre la cancelación del nuevo aeropuerto, olvidando que un estribillo de su campaña electoral, fue la cancelación de dicho proyecto, se engaña solo, igual ocurrió con la consulta sobre el avión presidencial, en ambos casos, se han perdido miles de millones de pesos. Ha salido más caro su capricho que la realización del proyecto cancelado, los gastos, los pagamos quienes somos contribuyentes… nuestro país, es tan rico, que ha absorbido “las brillantes ideas” del presidente y sigue funcionando con detrimento de la economía popular.
Una encuesta, plantea preguntas directas unívocas y contundentes, breves y concisas. La pregunta de la próxima encuesta reza: “¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento a las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?”
Considerando la mentalidad de nuestra población mayoritaria y la falta de experiencia en la comprensión lectora, ¿cree usted que la pregunta sea asimilada antes de tachar un sí o un no? Recordemos que para juzgar a un individuo, primero debe existir una denuncia concreta sobre un hecho determinado. Aquí no hay denuncia concreta, caso específico o delito tipificado. ¿Entonces?… solo deja traslucir la pregunta rencor ancestral y falta de objetividad.
Si hacemos un recuento de los avances del presente régimen gubernamental a nivel federal, podremos ver que se ha concentrado en asegurar votos por medio de dádivas, becas y dispersión mayúscula de recursos, olvidando el viejo adagio que puntualiza: si quieres abatir el hambre de un indigente un día, regálale un pez, si quieres ayudarlo a salir de la pobreza, ¡enséñalo a pescar!
Es tiempo de abrir los ojos; con el eslogan de “primero los pobres”, estratifica y polariza a la población en vez de unir. Con la vista siempre en el pasado, y un resentimiento acumulado por muchos años, solo piensa en castigar a los que se fueron, pero no propone nada para mejorar la economía, al contrario, hemos retrocedido.
En esa encuesta, debería incluirse el actual presidente en el juicio popular. Que les pregunten a los padres de niños con cáncer que han muerto por falta de medicamentos. ¿Y la pandemia? Se tomó a la ligera y somos el segundo país mas contaminado… el presidente se protegió con una estampa religiosa en lugar de usar cubrebocas. Su credibilidad se ha debilitado porque se ha hecho célebre su frase en las mañaneras “yo tengo otros datos”… La violencia crece cada vez más, no funcionó lo de “abrazos no balazos”…
Recordemos la descarada promoción de sus “gallos” para la próxima campaña electoral. A él ¿quién lo limita? Por qué el INE ¿no actúa?
La nueva encuesta nos costará a los contribuyentes 500 millones de pesos. ¿Si se hubieran invertido en mejora para las escuelas? Insiste en clases presenciales, para que los padres de familia se hagan cargo del mantenimiento de los inmuebles escolares que están abandonados. ¡hasta cuándo abriremos los ojos! No nos dejemos llevar por la farsa, México, somos todos los mexicanos sin distinción.