México, por su situación geográfica, es el embudo donde confluyen las migraciones centro y sudamericanas con un objetivo: llegar a EEUU, país al que consideran el paraíso terrenal, donde reina la abundancia y podrán trabajar ganando dólares, El Sueño Americano. Para lograrlo, habrán de pasar vejaciones desprecios y hasta la muerte de algunos, el precio es alto, pero primero deben llegar, y allí está el problema, pasan inadvertidos grupos pequeños, pero cuando la migración es masiva, es imposible pretender que serán aceptados en el coloso del norte, entonces, quedan varados en México, y el “complaciente” gobierno federal primero “compra” el problema permitiéndoles el paso y después los protege bajo el lema de primero los pobres, pero…¿y los pobres de México?
El Puente Internacional Rodolfo Robles, que conecta Tecún Umán, Guatemala, con Ciudad Hidalgo, estado de Chiapas, México, es usualmente uno de los primeros filtros, pues los inmigrantes deben llevar consigo una visa mexicana o documento migratorio. Los campamentos en la frontera son una imagen común entre quienes aguardan el cruce de Guatemala hacia México.
La primera mega caravana, partió en desde San Pedro Sula, en Honduras, orillados, a decir de ellos, por la pobreza extrema y la inseguridad. Al salir eran aproximadamente 1,300 personas, pero al llegar a la frontera con México, el 17 de octubre de 2018, ya sumaban aproximadamente 6,000 migrantes. Y todos pasaron impunemente sin que el gobierno federal opusiera resistencia, al contrario, fueron apoyados, canalizando fondos económicos importantes, mientras nuestros coterraneos, morían de hambre y muchos niños sin estancias infantiles ni medicamentos para combatir enfermedades mortales como el cáncer en sus distintas manifestaciones, morían por falta de medicamentos, dicha carencia fue ocasionada por los “cambios” instrumentados por AMLO en el renglón de la salud.
A partir del éxito obtenido por esa caravana, siguieron otras que solo dejaron a su paso problemas, suciedad, violencia, hacinamiento y un gran desequilibrio. Es claro que no llegarían a pasar al vecino del norte, permaneciendo en condiciones insalubres en los distintos puntos de la frontera donde pretendían cruzar. A este problema debemos agregar la repatriación masiva de indocumentados mexicanos y de otras naciones centro y sudamericanas que fueron enviados a la frontera mexicana. De hecho, ha sido un gravísimo error permitirlo. No solo eso, México, canalizó a los países centroamericanos, un fondo de varios millones de pesos para “detener las migraciones”…todos los noticiarios y revistas de crítica política, abordaron el tema de las caravanas y sus consecuencias económicas, así como sus repercusiones políticas, dese todos los ángulos posibles, la población centroamericana, sumada con los inmigrantes mexicanos repatriados, representan un problema social, económico, político, grave, que dejó de mencionarse, a principios de este año, agravándose la situación a partir del 17 de marzo ante la pandemia del COVID19, que ha llenado todos los espacios noticiosos, olvidándose de los inmigrantes. ¿Ya desaparecieron? ¿Se regresaron a sus lugares de origen? ¡No! El problema persiste y lacera la economía del país, agravada por la pandemia, los inmigrantes también contraen COVID 19 e implica un gasto adicional atenderlos, pero ahora, el tema es la pandemia, sus consecuencias y la problemática que acarrea y llena todos los espacios periodísticos olvidando lo anterior, lo que no significa que desaparece, ¡se acumula! A los ya existentes. Esta es nuestra historia, se repite una y otra vez, los problemas se van colgando como uvas en un racimo, cuando pierden actualidad, dejan de ser noticia, pero siguen haciendo peso sobre el tronco que sostiene al racimo. Ese tronco fuerte y ramificado, lo constituye el grupo que produce sin rechistar, porque del buen funcionamiento de su economía, depende su subsistencia y la de sus familias. Es el sector de la población que paga impuestos puntualmente y cada vez aumentan sin piedad. Es el grupo que se siente responsable y preocupado por el futuro de sus hijos y los estimula y ayuda para que estudien y tengan un modus vivendi decoroso, ya que ese es su legado para formar individuos útiles y productivos. Es el sector de la población que se interese por un México mejor porque están en la misma barca. Generalmente, gente preocupada por una formación ética, intelectual y académica de las nuevas generaciones quienes serán los que luchen por un futuro mejor.
Debemos recordar: los movimientos que logran cambiar de rumbo a una nación para crecer, surgen de la clase media, nunca de las altas esferas ni de las mayorías oprimidas, que son siempre utilizadas a conveniencia de quienes piensan, planean y hacen posible el cambio.
Los que nada tienen viven a la deriva, y quienes tienen recursos económicos “de sobra”, además de “componendas” en el caso de pago de impuestos, no dependen de los vaivenes de la economía del país y poco les interesa el curso que tome la problemática económica.
El privilegio ganado a base de luchas, por tener libertad para escoger a nuestros gobernantes, no es cosa de juego, se escucha con más frecuencia de la deseada, en tiempos electorales opiniones irresponsables: “voto por quien me de la gana” “voto por X nada más por darle en la cabeza a Y” “yo voté por Mengano porque está guapo y se ve simpático” “Por Fulano no voto porque se ve feo” etc., “voy a votar por Tal, porque nos da subsidios” aunque tenga patas arriba a la nación… Podríamos continuar con expresiones infinitas en este sentido desde tiempo inmemorial, las masas se han manejado para beneficio de unos cuantos. Hay una frase muy socorrida nacida en el Imperio Romano “Al pueblo, pan y circo”. Las cosas, hasta la fecha, no han cambiado mucho, es tiempo de madurar como nación, para salir del subdesarrollo se requiere el esfuerzo y el compromiso de todos los mexicanos en torno a una misma meta, el crecimiento saludable. ¿Lo lograremos algún día?…