Se entiende por ideal, lo concerniente, relativo, perteneciente y alusivo a la idea que existe. La reflexión, pensamiento, juicio o el raciocinio, son abstracciones intelectuales, se introducen solamente en un arquetipo excelente en su línea. Es un adjetivo abstracto, derivado del latín.
Un ideal, en ética, es un principio o un valor que se plantea como un modelo de perfección a seguir. Como tal, se trata de un estado inalcanzable pero infinitamente aproximable. La creencia en los ideales se denomina idealismo ético.
Le evolución de la especie humana y su despegue de los demás seres vivos, son producto de dos factores determinantes; un nivel de desarrollo intelectual superior y el espíritu de investigación surgido del discernimiento por el afán natural de llegar a la perfección, éstos han sido los detonadores que han permitido su desarrollo a través de la historia.
Desde tiempo inmemorial, las sociedades humanas se han aglutinado formando grupos poderosos en torno a un ideario común. Estos idearios han marcado la historia. Recordemos algunas de las grandes culturas antiguas. Dentro de los pueblos helénicos, Esparta buscaba el ejército perfecto, se hizo notar en la historia por dicha formación. Atenas, que era también una polis helénica,(ciudad-estado), tenía como paradigma la búsqueda de la perfección en la belleza, el arte, y las ciencias. Era tal su convicción, que cuando nacía un niño con algún defecto visible, era entregado a las autoridades para que fuera sacrificado por no ser perfecto. El pueblo romano, se adueñó de casi toda Europa en aras de un ideal conquistador, esperaban adueñarse de todo el mundo conocido en su tiempo, hasta en Inglaterra, existen vestigios de su presencia. En un pueblo llamado Bath, a unos cuántos kilómetros de Londres, hay una terma romana que conserva el venero termal que alimenta la alberca central que aún se conserva, así como gran parte de su estructura original. Su decadencia fue originada en gran medida, cuando ingresaron a las filas de sus ejércitos mercenarios que se vendían al mejor postor y traicionaron los ideales de los romanos.
Dentro de la filosofía, el idealismo es la tendencia a considerar el mundo y la vida de acuerdo con unos modelos de armonía y perfección ideal que no se corresponden con la realidad.
La fuerza de los ideales, tiene también su cara nefasta; por un idealismo fanatizado figuras como Napoleón, Hitler, Lenin, Mussolini, Stalin, son ejemplos para no repetirse nunca.
En el otro lado de la moneda están las figuras con idearios positivos; los grandes profetas, Gandhi, Confucio, algunos Papas entre ellos sobresale Juan Pablo II, todos ellos con una mentalidad de amor a la humanidad y un idealismo que en algunos casos les costó la vida. Recordemos a Tomás Moro con su obra Utopía que habla de un país ideal…
Los países modernos se han forjado en torno a ideales de libertad, respalda a cada nación una historia de luchas en torno a su consolidación y un ideario político, social y económico que lo ha llevado a su status quo. En los países democráticos, se agrupan los ciudadanos en torno a sus ideales políticos y sociales que luchan por llegar al poder y poner en práctica sus doctrinas para bien de las mayorías.
En nuestro país, a partir de 1910, se establece una línea política bajo la cual, ha evolucionado; podemos decir que, existen tres vertientes en México, la liberal, la conservadora y la izquierda, surgida en la segunda mitad del siglo pasado, al influjo de la revolución socialista-comunista europea. En torno a estas formas de pensamiento, se ha fraccionado la población votante. Al permitir el pluripartidismo de los últimos tiempos, se han formado otras derivaciones surgiendo por lo menos, ocho partidos políticos, que pelean las distintas posiciones de elección popular. Se supone que cada una de estas organizaciones debiera tener un ideario propio, un plan de trabajo y las estrategias planeadas para alcanzar sus objetivos, guardando fidelidad a su grupo y al bien de las mayorías. Por desgracia, se ha perdido la ideología propia de cada partido, porque se ha vuelto una competencia desleal la contienda política, lo que importa hoy es llegar al poder, el objetivo que los lleva a tan encarnizada lucha dista mucho de ser el bien común, lo importante es llegar y servirse de la posición privilegiada para el logro de objetivos personales. ¿y el servicio a la nación?… ¡Bueno! Se hace lo que se puede…
Desgraciadamente, la población votante, carece de cultura política para emitir un voto razonado, la prueba de tal aseveración, la tenemos a la vista.
La única manera de salir del subdesarrollo, y hacer uso eficiente y eficaz del voto ciudadano, que nos confiere la democracia, es a través de la educación y ésta, se encuentra en manos del estado y es “conveniente” mantener a las mayorías, en un estado de letargo para que su manejo sea mejor.
La falta de ideales, el conformismo, la mediocridad y una educación de baja calidad, son el cáncer que corroe a la sociedad mexicana.
¿Hasta cuándo lo vamos a permitir? ¿Tenemos el gobierno que merecemos?
La respuesta está en la conciencia de cada mexicano que aún conserva ideales e intenta a su medida despertar conciencia y vislumbrar nuevos horizontes.
Mexicano:
¡Despierta! Arranca de tu ser esa apatía que en la marcha hacia el progreso ¡castra! Sé forjador de una nueva etapa ¡Que tu voz nunca muera en la garganta!, por el ámbito, vigorosa sea prolija, acrisolado enjambre de palabras de una idiosincrasia ¡Jamás cautiva!